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viernes, 29 de noviembre de 2013

Hábitos para un Liderazgo Efectivo-II Misión de Vida


Hábitos para un Liderazgo Efectivo-II Misión de Vida

No actúes como si te quedaran cien años de vida
Marco Aurelio
Cuando en las empresas  un líder se ocupa constantemente de las actividades de operación diarias, termina por convertirse en administrador; y las funciones del líder y del administrador son totalmente diferentes, el líder guía, señala el camino, analiza los cambios del ambiente, detecta oportunidades, define la cultura, ayuda a establecer la misión y valores; y un administrador trabaja para mantener lo que ya fue establecido, crea procedimientos, programas de mejora, formatos de control, guías, manuales, etc.

En la vida personal sucede algo similar, si nos enfocamos solo en las actividades necesarias para cubrir nuestras necesidades básicas como alimentación, casa, vestido; y nos olvidamos de establecer lo verdaderamente importante; nuestra misión en la vida, nuestros valores y nuestras metas y objetivos, corremos el riesgo de ser arrastrados por el día a día, y estar tan ocupados en seguir a la mayoría, en lograr lo que por lo general se considera el éxito, cosas como una mejor posición en el trabajo, más dinero, conocimientos, y títulos; que no nos damos cuenta de que no son más que objetivos vacíos, y que en ocasiones los alcanzamos sacrificando aquello que realmente es importante; podemos llegar a una edad avanzada y arrepentirnos, no por lo que hicimos mal, sino por haber dedicado tanto tiempo al trabajo, por no haber expresado nuestros sentimientos, por lo que dejamos de hacer para vivir nuestra vida, para lograr nuestra misión. Por eso es muy importante definir nuestro propósito de vida; para saber hacia dónde dirigirnos.

¿Estamos haciendo todo lo posible para cumplir con nuestra misión de vida; y lo más importante, tenemos bien claro cuál es nuestro propósito de vida?

En el ambiente que sea, un líder debe tener bien claro cuál es su misión; y no estamos hablando solo de la misión de la empresa, sino de su misión personal, de su propósito de vida, de lo que lo hace feliz. Nuestra misión de vida es realmente lo más importante para nosotros, tan importante que no nos importan ni el tiempo ni los recursos que debamos invertir para hacerla realidad; una vez definida, siempre nos señala el camino a seguir.

Cuando analizamos nuestra vida, no es complicado darnos cuenta que estamos haciendo mucho menos de lo que podemos, mucho menos de lo que planeábamos lograr a esta edad, y muy probablemente, mucho menos de lo que esperábamos en la vida. Cuando llevamos una vida más o menos cómoda y además logramos un poco de admiración, respeto y tal vez algo de autoridad, entonces pensamos que no nos va tan mal y nos sentimos satisfechos y conformes con lo que hemos logrado, pero ¿esto es todo, no hay nada más?

Sin entrar en el terreno de la competencia, ¿Qué hay de nuestro deseo de ser un mejor hijo, un mejor esposo, un mejor padre, un mejor amigo o un mejor compañero de trabajo?

¿Qué sucedió con la verdadera vida que deseábamos tener; en que estuvimos tan ocupados que sin darnos cuenta abandonamos nuestros sueños y a pesar de tanto trabajo solo alcanzamos a obtener el pan de cada día?

¿Qué pasó con nuestra idea de contribuir a lograr un mundo mejor, de liberar todo el potencial que había en nosotros, de desarrollar al máximo nuestras capacidades y desempeñarnos de la mejor manera posible en las actividades diarias de la vida?

¿Qué es lo realmente importante para nosotros, porqué estamos haciendo lo que hacemos?

Tener bien claro nuestro propósito en la vida y nuestros valores nos permite alinear nuestras actividades en la familia con otras actividades que desempeñamos, de modo que nuestra conducta y actitudes sean congruentes con nuestros valores más importantes. De nada nos serviría lograr el éxito profesional si en el ambiente familiar tenemos un completo desorden.

Tenemos una serie de condicionamientos mentales que hacen que nuestra misión no sea muy clara de definir, pero cada uno de nosotros tiene la posibilidad de reescribir estos condicionamientos y adaptarlos para alcanzar la misión que hemos elegido.

Nuestro propósito de vida se convierte en la guía para tomar las decisiones más importantes de nuestra vida, sin dejarnos influir por las emociones que surgen en la interacción diaria, además, evitaríamos muchas de las enfermedades mentales o emocionales que son el resultado de una vida vacía, sin significado, sin razón de ser, sin propósito de vida.

Para ayudarnos a lograr nuestra misión, la naturaleza nos proporcionó a cada uno de nosotros un guía interno, un sistema automático que nos lleva a lograr lo que establecemos como importante; pero con tantas preocupaciones y actividades que tenemos, es difícil detenernos un momento y meditar sobre cuál es nuestra misión en la vida, cual es el propósito que orientará a nuestro guía interno a lograr lo que es verdaderamente importante. Pero en lo más profundo de nosotros tenemos un gran aprecio por nuestra familia, valoramos a nuestros hijos, los amamos, queremos ayudarlos, que no les falte nada. Pero no siempre se tienen claramente estos valores a la vista, estamos atrapados en un mar de actividades relacionadas con el trabajo, con la escuela y la forma en que interactuamos con nuestra familia tiene muy poco que ver con los sentimientos que tenemos hacia cada uno de ellos.

Si se nos complica definir cuál debería ser nuestra misión en la vida, podemos utilizar un recurso del que ya hemos tratado anteriormente, podemos hacer una visualización. Primero vamos a buscar un lugar tranquilo donde podamos estar por lo menos 30 minutos sin ser interrumpidos; podemos utilizar música clásica en un tono muy bajo; ahora, imaginemos que en una fecha muy lejana, estamos asistiendo a nuestro funeral; podemos ver que están reunidos nuestra familia,  amigos y algunos compañeros de trabajo para despedirse de nosotros; durante la ceremonia hablarán varias personas, nuestros hijos, nuestra esposa, algunos de nuestros amigos y tal vez algún compañero del trabajo; imaginemos lo que cada uno de ellos va a decir de nosotros, como nos conocieron, como nos consideraban, como fue nuestra relación; ¿Qué es lo que diría cada uno de ellos; como se expresarían de nosotros?

¿Nos gusta lo que visualizamos, nos sentiríamos satisfechos, que cambiaríamos?; vamos a intentarlo, aún tenemos la oportunidad de hacerlo mejor.

Todos tenemos la oportunidad de ser líderes en alguna actividad de nuestra vida, vamos a poner todo nuestro esfuerzo y empeño en desarrollar y utilizar nuestras habilidades para construir un mundo mejor en beneficio de todos; si eres estudiante trata no solo de ser mejor, sino de ayudar a tantos compañeros como puedas; si eres político, trabaja en beneficio de la gente y no del tuyo; si eres directivo en alguna empresa, defiende los derechos de la mayoría, no solo los de los accionistas, si eres policía, realmente cuida el orden y protege a las personas; si tienes una empresa, reparte las utilidades en 4 partes iguales, una para los dueños, una para el negocio, una para los clientes y una para los empleados; de esta forma lograremos un mundo más justo.

Que diferente sería nuestra vida si tuviéramos bien definida nuestra misión y con ella en la mente nos desempeñáramos en nuestras actividades diarias para hacerla realidad.


La siguiente liga contiene un relato sobre la Misión de Vida:
http://rbb-desarrollo.blogspot.com/2013/11/mision-reencarnacion.html

Reencarnación o Vida Eterna


¿Reencarnación o Vida Eterna?
¿Creemos en la reencarnación y en la vida eterna, porqué creemos en ella, se debe solo a la fe o es una necesidad sicológica, tiene bases reales, y sobre todo, como afecta nuestra conducta este tipo de creencias?

El tema de la reencarnación y la vida eterna es algo que está presente en la vida de muchos de nosotros y tiene una gran influencia sobre nuestra conducta.

La creencia en la reencarnación ha estado presente en la humanidad desde las culturas más antiguas, sobre todo en las religiones orientales, como el Hinduismo, Budismo y Taoísmo, y también en las de las tribus de Africa, de América y Oceanía. La reencarnación afirma que la esencia de las personas, conocida como alma, espíritu, conciencia o energía, después de morir nace en un nuevo cuerpo; inclusive algunos afirman que este ciclo se repite de manera constante con la finalidad de cumplir una misión; lograr el aprendizaje y desarrollo necesarios, que nos permitirá alcanzar la liberación y la unión con una entidad de consciencia más alta; con Dios. La creencia de que una persona fallecida volverá a vivir con otro cuerpo ha sobrevivido incluso dentro de las religiones judeocristianas (cristianismo, judaísmo e islam). Todas las religiones originadas en el hinduismo afirman que la reencarnación ocurre en un ciclo sin fin, llamado la rueda del karma, mientras nuestras buenas acciones no sean suficientes para terminar con él.

En la mitología de la religión brahmánica, al momento de la muerte, el alma abandona el cuerpo, y es arrastrada por los mensajeros del dios encargado de juzgar el karma de las almas, para ser juzgada. Dependiendo de las acciones que realizamos, buenas o malas, el alma reencarna en un ser superior, intermedio o inferior. En el que la vida humana es un estado intermedio. Este proceso sin fin recibe el nombre de samsara (vagar). Las religiones orientales se refieren a este vagar como una vida sin propósito ni sentido en la que donde nos enfocamos en el entretenimiento, codicia, acumulación de bienes.

Cada alma viaja por esta rueda y la dirección la marcan nuestros actos. Según el hinduismo popular moderno, el estado en el que renace el alma está determinado por sus buenas o malas acciones (karma) realizadas en anteriores encarnaciones.

La liberación de la reencarnación se consigue después de haber expiado el peso de su karma, es decir, todas las consecuencias procedentes tanto de sus buenos como de sus malos actos. Este proceso es continuo hasta que el alma está completamente evolucionada y se identifica o alcanza al creador del mundo, en donde es salvado de la desgracia de la necesidad de más renacimientos.

Luego de su última muerte sale del universo material y se funde en la Luz Divina

La tradición tibetana indica que ha de pasarse por el bardo, que significa literalmente ‘estado intermedio’ o ‘estado de transición’, inmediatamente después de la muerte.

El budismo plantea como la rueda de los nacimientos se terminará cuando todos los seres vivos hayan logrado la iluminación.

El cristianismo rechaza la reencarnación por considerarla una doctrina contraria a la resurrección de la Biblia. La doctrina de la reencarnación fue abolida por el emperador Justiniano, pero la abolición no fue firmada por el Papa, a quién Justiniano encarceló por negarse a firmarla. Solamente la firmaron los obispos del concilio que convocó Justiniano para la abolición, pues originalmente eran los emperadores quienes convocaban los concilios en vez de los Papas.

Algunas denominaciones cristianas, han promovido la creencia en la reencarnación principalmente iglesias de la Nueva era. Estos grupos normalmente aseguran que tales doctrinas se pueden encontrar en la Biblia o en la tradición cristiana primitiva.

Diversos grupos cristianos en los primeros tiempos, como los gnósticos, asumieron la creencia en la reencarnación, ya que esta concepción estaba muy extendida en el mundo clásico y antiguo. Algunos de los Padres anteriores al Concilio de Nicea para combatir esta filosofía trataron este tema en sus escritos, rechazándola y tratando de mostrar sus contradicciones a un pueblo que en aquellos días, probablemente, no tenía problema en asumir dicha creencia, dentro del marco del cristianismo primitivo, al estar éste influido por muchas tradiciones anteriores.

Durante el siglo pasado, el psiquiatra Ian Stevenson, ha investigado numerosos informes de niños que afirmaban recordar una vida pasada. Llevó a cabo más de 2.500 estudios de caso, en un período de 40 años. Stevenson documentaba metódicamente las declaraciones de cada niño, y posteriormente encontraba la identidad de la persona fallecida con la que el niño se había identificado, y verificaba los hechos de la vida de la persona fallecida que coincidían con los recuerdos del niño. Sin embargo, una gran mayoría de casos de reencarnación notificados por Stevenson se originaron en sociedades orientales, donde las religiones dominantes a menudo permiten el concepto de reencarnación.

Algunos escépticos sugieren que las afirmaciones de evidencia de la reencarnación se originan en el pensamiento selectivo y en los falsos recuerdos, que resultan de un sistema de creencias propio y de miedos básicos, y por lo tanto no se pueden tener en cuenta como evidencia.

Una objeción sobre la reencarnación incluye el hecho de que la gran mayoría de la gente no recuerda vidas anteriores, y que no hay ningún mecanismo conocido por la ciencia moderna que permita a la personalidad sobrevivir a la muerte y viajar a otro cuerpo.

Otra de las objeciones a la reencarnación, es que sería inconsistente con el crecimiento de la población.

Existen en Internet numerosas comparaciones entre personajes famosos actuales con fotos de personas que murieron hace muchísimos años y que son tan parecidas que lo muestran y utilizan para respaldar la idea de la reencarnación.

No deberíamos dejar que este tipo de ideas nos influyan de tal manera que nos apartemos de nuestra verdadera Misión en la vida; el creer en una vida eterna o en una posible siguiente oportunidad a través de la reencarnación, nos puede desviar de lo realmente importante; liberar e incrementar el potencial con el que nacimos; no debemos permitir que estas capacidades se duerman en nuestro interior, debemos utilizarlas para nuestro beneficio y el de los demás; debemos construir un mundo mejor para todos aquí y ahora.

El tema de la reencarnación y de la vida eterna es algo complejo, pero de lo que estoy seguro es que encontraremos la respuesta algún día; hay demasiadas cosas en este mundo que no conocemos y que no por ello dejan de ser reales; en mi caso siempre he pensado que la personalidad del ser se pierde en el momento de la muerte; que no hay una consciencia que pueda sobrevivir; que los elementos de la identidad se desintegran; y si hay algo parecido a la vida eterna es a través de la herencia, una persona hereda sus características físicas a sus descendientes directos; y tiene la oportunidad de heredar también parte de sus ideas a través de la educación y formación de sus hijos; y sin embargo aún queda la esperanza de que sea cierto.

Mi padre y mi madre viven en mí, como yo mismo vivo en cada uno de mis hijos.


La siguiente liga contiene un relato sobre la reencarnación:
http://rbb-desarrollo.blogspot.com/2013/11/mision-reencarnacion.html

viernes, 15 de noviembre de 2013

El Reino de los Cielos


Un mundo mejor

“El Reino de los Cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo, si un hombre lo descubre, lo tapa y, feliz de haberlo encontrado, va, vende todo lo que tiene y compra ese campo”
Evangelio de San Mateo



Esta parábola del evangelio describe perfectamente cuál debería ser nuestro comportamiento cuando, en la vida, llegamos a encontrar algo tan valioso que deseamos obtener a cualquier precio, sin importar los esfuerzos o recursos que tengamos que invertir en ello, a lo largo de los años, muchas veces he reflexionado sobre el significado de estas palabras; la mayoría le damos un significado religioso por el origen de las mismas, pero además, todavía tenemos la ilusión y seguimos esperando que el Reino de los Cielos prometido por la religión llegue algún día; otros interpretamos que se trata solo de un reino de tipo espiritual, al que llegaremos, si nos portamos bien, después de nuestro paso por este mundo; pero en mi caso, yo siempre lo he comparado con las cosas más importantes en mi vida, aquello que vale la pena lograr; en cómo podría hacer para alcanzarlo, en lo que tendría que sacrificar para hacerlo, y también en cómo me sentiría al realizarlo; pero también me he dado cuenta que la importancia que le damos a las cosas va cambiando con el paso de los años y con la situación en la que nos encontramos; cuando somos solteros, las cosas más importantes son muy diferentes a cuando iniciamos una familia, o cuando tenemos ya tiempo de haberla formado, en el aspecto profesional, tal vez lo más importante es el deseo de lograr una mejor posición laboral y un mejor ingreso, pues se traducirá en mejores condiciones de vida para nosotros y nuestra familia, pero esto también puede llegar a cambiar con los años, si ya conseguimos lo anterior, tal vez ahora lo más importante no sea el ingreso ni la posición, tal vez ahora sea el reconocimiento de nuestras ideas, el verlas aplicadas en los procesos de trabajo de la empresa para la que colaboramos; o tal vez lo más importante sea la influencia que podemos tener sobre las personas con las que interactuamos diariamente, el ser reconocidos por los demás; o quizá ahora nos encontremos en un momento en que lo más importante sea lograr la seguridad económica al llegar a la edad del retiro laboral.

Entonces, tal vez el Reino de los Cielos debe ser algo mucho más importante que solo lograr los objetivos personales que nos proponemos a lo largo de la vida.

El Reino de los Cielos no es un lugar físico, representado por alguna iglesia en particular; tampoco es algo fuera de este mundo, ni algo que esté por llegar; como lo anuncian los profetas de algunas religiones; el reino de los cielos es un mundo casi perfecto, y la posibilidad de encontrarlo está dentro de cada uno de nosotros, es una forma de vida, una manera de ser; es un proceso constante de búsqueda del conocimiento, del aprendizaje y desarrollo de nuevas habilidades y de superación, tanto personal como de aquellos que nos rodean; es el trabajo realizado día a día para la creación de un mundo mejor del que hemos recibido, un mundo donde no existan la desigualdad, la injusticia ni la pobreza.

"Busquen primero el Reino y todo lo bueno que este supone, y todas esas cosas las recibirán por añadidura”
Evangelio de San Mateo


Cuando alguien logra encontrarse en la vida el equivalente al Reino de los Cielos se nota en sus ideas, en sus palabras y en su comportamiento, algunos llaman a este descubrimiento estado de santidad, otros estado de gracia, kundalini, tao, felicidad, etc., pero todas estas formas de nombrarlo se refieren a una situación muy especial en la que nuestro cuerpo, nuestra mente y nuestras emociones se alinean de una manera tan perfecta que la energía vital fluye a través nuestro sin limitación alguna y se manifiesta en cada aspecto de nuestra vida; y lo que es más importante, influye en las todas las personas que nos rodean. Cuerpo, mente y emociones, perfectamente alineados, como un caleidoscopio, que nos permite ver y transmitir la belleza del universo a todo lo que nos rodea.

Al realizar nuestra búsqueda personal y constante de este mundo perfecto, estamos cumpliendo con la responsabilidad que como seres humanos adquirimos en el momento de nuestro nacimiento, si, genéticamente hablando, representamos lo mejor de nuestra especie, debemos hacer todo lo posible para liberar e incrementar el potencial con el que nacimos; si somos la combinación de las mejores características de incontables generaciones de ancestros, no debemos permitir que estas capacidades se duerman en nuestro interior, debemos mejorarlas y utilizarlas sin miedo y sin restricciones para beneficio nuestro y de quienes nos rodean; ahí está la verdadera riqueza; ahí está realmente el Reino de los Cielos; en construir un mundo mejor para todos los que vivimos en el.

La posibilidad de construir un mundo mejor siempre ha estado entre nosotros; se va haciendo realidad para aquellos que creen en el, y que poco a poco, en su corazón y en su conciencia, a través de sus palabras y sus actos lo van construyendo día a día.

Los invito a poner todo nuestro esfuerzo y empeño en desarrollar y utilizar nuestras habilidades para construir un mundo mejor en beneficio de todos, con la misma alegría y dedicación como lo haríamos si hubiéramos encontrado realmente un tesoro; si eres estudiante trata no solo de ser el mejor, sino de influenciar positivamente y ayudar a tantos compañeros como puedas; si eres político, trabaja en beneficio de la gente y no busques solo tu beneficio personal; si eres directivo en alguna empresa, defiende también los intereses de tus empleados de tus clientes y proveedores, no solo los de los accionistas, si eres policía, realmente cuida el orden y protege a las personas sin abusar de tu autoridad; si tienes una empresa, reparte los beneficios en partes iguales, una para los dueños, una para el negocio, una para los clientes y una para los empleados; si tienes facilidad para adquirir conocimientos, compártelos con tantas personas como te sea posible; si tienes la capacidad para liderar a otros, trata de influir en ellos para impulsarlos a lograr cosas positivas; de esta forma lograremos un mundo más justo y estaremos haciendo realidad el Reino de los Cielos.

Vale la pena reflexionar un poco y preguntarnos si con nuestros pensamientos, palabras y actos, estamos logrando crear un mundo mejor para todos los que vivimos en el.



¡Despierta, libera tu potencial, trabaja en tu mente…!

jueves, 14 de noviembre de 2013

Hábitos para un Liderazgo Efectivo-I Iniciativa



¡Iniciativa!

Todos hemos escuchado, o leído numerosas historias de personas que pasaron una infancia difícil; que iniciaron su vida profesional ganando un salario de miseria y sin embargo con el paso de los años lograron un éxito tan grande que llegaron a fundar grandes empresas prácticamente de la nada, o que incluso llegaron a ser presidentes de una nación; ¿Qué características desarrollaron estas personas para alcanzar los logros que tuvieron?

La mayoría de nosotros tenemos los mismos sueños que ellos tenían, los mismos deseos de superación, ¿Qué los hace diferentes a nosotros?; son muchas las características que presentan cada uno de ellos, pero un rasgo común es que eran personas proactivas, tenían una gran iniciativa.

Cuando vemos que suceden cosas buenas en las vidas de otras personas, nos preguntamos ¿Cómo lo han hecho?, quisiéramos saber su técnica, nos sentimos admirados de las familias y las empresas basadas en principios sólidos, de su fuerza y madurez, de la unidad entre sus integrantes, o de su cultura y valores que se adaptan tan bien al cambio, y que siempre logran resultados por encima de lo esperado.


Ante una situación difícil la mayoría nos quejamos y después nos resignamos y buscamos la forma de adaptarnos a la nueva situación, pero ellos no,  siempre deciden hacer algo, no aceptan las situaciones negativas que se presentan en su vida, trabajan para crear las situaciones que desean. Si quieren una vida saludable, hacen ejercicio y se alimentan adecuadamente, si desean progresar en su trabajo, se preparan desarrollando las habilidades que les permitirán ser más productivos y eficientes; si desean ser mejores, trabajan en fortalecer su carácter y fuerza de voluntad; en general nunca están quietos, siempre están buscando la forma de lograr lo que desean.


El mundo actual es mucho más complejo que en el siglo anterior, hace apenas poco más de una década estábamos ante el surgimiento de las empresas punto com. La tecnología y la comunicación hacen el mundo más estresante y exigente; vivimos en la época de la globalización, la información y el conocimiento y casi todo lo que hacemos, ya sea bueno o malo, queda registrado en algún lugar, no hay forma de esconderse en un mundo tan interactivo y tan interconectado como el actual.
En nuestra vida personal y profesional, enfrentamos problemas y retos distintos a los que estábamos acostumbrados. En una sociedad donde todo mundo quiere ser líder y alcanzar el éxito, ¿Cómo hacemos para sobresalir, para ser mejores personas, para conseguir lo que nos proponemos, para tener un mejor futuro para nosotros, para nuestra familia, y para las personas con quiénes convivimos?

Actualmente se considera al éxito y al liderazgo más como una característica de la personalidad y de la imagen pública, y esto influye en que una persona trabaje casi exclusivamente en dos campos; en el desarrollo de habilidades y técnicas de relaciones públicas que hacen funcionar los procesos de la in­teracción humana y en la actitud mental positiva expresada en una gran cantidad de frases motivadoras. Pero el concentrarnos en esto no es garantía de que obtendremos lo que deseamos, pues podemos encontrar una gran cantidad de personas que alcanzan una posición de liderazgo y tienen gran éxito material pero no encuentran la felicidad; y la razón es que hemos dejado a un lado el desarrollo de las características que nos garantizan una mejora continua y nos permitan alcanzar el verdadero éxito y la felicidad.
La idea actual de éxito y liderazgo consiste en conseguir beneficios en la vida de una forma rá­pida y sencilla, “Hágase millonario sin preocupaciones”, y de esta forma, sin esforzarnos, sin inversión de ninguna clase, sin modificar nuestra conducta, queremos obtener todo lo que deseamos sin pasar antes por un proceso de trabajo y de­sarrollo de las habilidades necesarias; este esquema de “Conviértase en líder en una semana”, promete beneficios sin demasiado esfuerzo; y por lo general, este tipo de procesos no logran la verdadera felicidad ni los resultados esperados.
En las empresas con frecuencia sucede lo mismo, las áreas responsables del Recurso Humano se enfocan en desarrollar solo las habilidades que puedan ser de beneficio para la empresa, sin preocuparse por el aspecto interior de las personas, sin fortalecer el carácter de las mismas, y cuando los resultados son ausentismo, alta rotación, falta de lealtad, falta de compromiso y mal clima laboral, vuelven a buscar otros métodos que solucionen los problemas, pero ignorando los principios naturales en los que se basa una cultura de confianza.
Hace tiempo acostumbraba comer en un restaurante que normalmente estaba lleno de clientes, después lo vendieron, y al nuevo propietario le interesaron más las utilidades así que decidió servir porciones más pequeñas. Durante poco tiempo, con costos más bajos, las ganancias crecieron; pero los clientes empezaron a desaparecer; y el negocio comenzó a tener problemas, el propietario trató de revertir la situación, pero fue demasiado tarde, desapareció la confianza y los clientes no regresaron, hasta que finalmente cerró. El dueño se enfocó solo en los beneficios y se olvidó de conservar la fuente de tales beneficios, los clientes.

En nuestra vida personal podemos encontrarnos en la misma situación, podemos estar enfocando nuestros esfuerzos solamente en los beneficios y descuidar la fuente de los mismos, esa fuente es nuestra propia persona; podemos estar olvidando fortalecer aquello que nos da la capacidad para producir tales beneficios de manera permanente, se trata de nuestro carácter y nuestra personalidad.
El proceso para lograr el liderazgo y la efectividad personal debe centrarse en fortalecer el carácter de la persona; ese es el enfoque que debemos aplicar si queremos desarrollar las habilidades para lograr un liderazgo efectivo y continuo, trabajar primero nuestros aspectos internos para estar en condiciones de modificar las situaciones externas. Esto es algo que no cambia con los avances tecnológicos y que seguirá vigente no importa la época, es lo que distingue a las personas que logran sus propósitos de aquellos que solo la van pasando.
Uno de los aspectos fundamentales a fortalecer cuando hablamos del carácter es el hábito de la iniciativa. A la iniciativa se le conoce también como drive, empuje, o proactividad, y significa no aceptar las cosas como vienen, es actuar para que suceda lo que deseamos que suceda en cualquier situación de nuestra vida, es aceptar que nosotros somos los responsables directos de la situación actual en que nos encontramos y empujar a que las cosas se realicen lo más cercano a lo que deseamos utilizando al 100% nuestras habilidades, o desarrollando las que necesitamos; es no dejarle a otros las decisiones sobre nuestra vida, y que lo que somos sea el resultado de cada una de nuestras decisiones y no las de ellos.
¿Cómo se llega a desarrollar el hábito de la iniciativa?, muchas veces se debe a la necesidad; cuando tienes hambre, no te queda más remedio que hacer algo para ganarte la vida, otras veces se produce un cambio de pensamiento cuando una enfermedad o accidente amenazan tu vida, o cuando te conviertes en esposo o esposa, en padre o abuelo; estas son situaciones que te cambian completamente el enfoque con el que ves las cosas y que te motivan a iniciar un cambio interno; otras veces simplemente porque deseamos ser mejores personas.
¿Somos personas con iniciativa, estamos constantemente buscando oportunidades, o esperamos a que lleguen a nosotros?, ¿iniciamos algo de inmediato, o nos intimida abandonar nuestra zona de confort y lo analizamos durante meses y meses?; recordemos que incluso una decisión correcta no tiene ningún beneficio si se toma demasiado tarde, “sabía que era la decisión correcta, pero no la tomé a tiempo”

¿Qué cualidades tiene una persona con iniciativa?
Tienen objetivos, saben lo que quieren y una vez que se deciden no se detienen hasta lograr lo que desean.

Actúan, se esfuerzan en lograr sus objetivos, no esperan a que alguien los motive, saben que es su responsabilidad salir de su zona de confort y hacen las cosas que tienen que hacer cuando deben hacerse, no esperan a que se presente la oportunidad, ellos la crean.

Se arriesgan, están siempre dispuestos a correr riesgos porque saben que no hacer nada implica un costo mayor.  Además, si no toman el balón, no pueden dirigir al equipo.

Aceptan equivocarse, cuando las cosas no salen como esperaban no se detienen a lamentarse, aprovechan el aprendizaje obtenido y vuelven a intentarlo hasta que lo consiguen.

Terminan lo que inician, esta es una de las cualidades fundamentales de una persona responsable, es muy valioso contar con personas que tomen su responsabilidad y terminen hasta el último detalle lo que han iniciado.

Siempre están aprendiendo, trabajan constantemente en el desarrollo de sus habilidades a través del aprendizaje formal, de la lectura o mediante algún asesor/coach.

No se conforman, cuando logran sus metas, se ponen nuevos retos; algunos líderes, al alcanzar una meta como titularse, lograr el puesto deseado, recibir un reconocimiento o alcanzar la independencia financiera, piensan que ya es suficiente y no se esfuerzan más, cuando sucede esto, dejan de crecer.

Tanto en el ámbito personal, como en el profesional, si queremos desarrollarnos y ser mejores; debemos trabajar en fortalecer nuestro carácter, nuestra parte interna, ir construyendo los hábitos necesarios para convertirnos en las personas que debemos ser; la iniciativa es uno de ellos.


¡Libera tu potencial; trabaja en tu mente!

viernes, 4 de octubre de 2013

Manual para lograr el éxito-XI Integridad y Valores


Integridad y Valores

¡Ten cuidado con tus pensamientos, tus palabras y tus acciones, alguien en tu familia, escuela, trabajo o entre tus amigos podría estarte tomando como ejemplo!

¿Estoy conforme con lo que he obtenido de la vida hasta ahora?, ¿tengo lo necesario para lograr mis metas y alcanzar mis sueños, soy del tipo de persona que atrae a la gente, que se fija metas y hace que las cosas ocurran? Si me tomo el tiempo para analizar detenidamente mi conducta, ¿encuentro que poseo las cualidades que necesito?, ¿quiero lograr un cambio positivo en mi forma de ser y no encuentro la forma de conseguirlo?, ¿quiero un mejor futuro para mi familia?; estas son algunas de las preguntas que tenemos que hacernos constantemente y responderlas sinceramente si es que queremos desarrollar de manera sostenida nuestro potencial. Para lograr la fortaleza de carácter y la personalidad necesaria para dar respuesta afirmativa a todas estas preguntas y lograr el éxito se requiere tiempo, esto es algo que se debe trabajar en nuestras actividades diarias, en la familia, la escuela, el trabajo, o con los amigos. Una buena forma de iniciar es revisando cómo anda nuestra escala de valores y nuestra integridad.

No es fácil, en esta época, ser comprometidos y congruentes en nuestros pensamientos, palabras y conducta con nuestros valores. Vivimos una época en la que los medios de comunicación nos influyen fuertemente y por lo general solo pensamos en nosotros mismos y en nuestro beneficio, y esto hace que los valores morales se vayan deteriorando, o vayan desapareciendo poco a poco.

Los valores son ideales y creencias sobre lo que es bueno y determinan nuestra manera de ser al influir en nuestras ideas, nuestras emociones y nuestra conducta.

Cada uno de nosotros le damos más importancia a unos valores que a otros, y de esta forma construimos nuestra escala personal de valores; estos forman parten de nuestra personalidad, influyen en nuestras decisiones y fortalecen nuestro sentido del deber, consideramos y sentimos que hacemos algo incorrecto cuando actuamos en contra de ellos.

Aprendemos los valores desde la infancia, principalmente en la familia y la escuela, y cada uno de nosotros les asignamos un significado propio de acuerdo a nuestra experiencia. La importancia que les damos se va modificando con los años, dependiendo de nuestras necesidades e intereses y esto transforma nuestra escala personal de valores.

Hace poco leí en una revista de negocios que la mayoría de las Universidades en México, a partir de los años 80’s, dejaron de incluir materias de tipo humanista, especialmente aquellas que refuerzan los valores individuales como la lealtad, la ética y la tolerancia y se enfocaron en transmitir los conocimientos necesarios para cumplir labores técnicas en el trabajo, y habilidades en el manejo de tecnologías de la información, y esto se ve reflejado tanto en la sociedad como en el mercado laboral con una pérdida progresiva de valores; además, si a esto, agregamos la cantidad de videojuegos, programas de televisión y películas que se exhiben, en donde se resalta que el robo, la violencia, el engaño, la homosexualidad, el fraude, la prostitución, la búsqueda de dinero a cualquier precio, la irresponsabilidad, y la falta de lealtad son aspectos “normales” de la vida actual y en algunos casos, inclusive dignos de admiración; imaginen la situación a la que nos enfrentamos. En las empresas esto se traduce en una menor lealtad, robo hormiga, altos índices de rotación, fraudes, ausentismo, robo de información y de clientes; en la sociedad se ve reflejado también en el incremento en los índices de accidentes y criminalidad, en la búsqueda del beneficio personal sin tomar en cuenta los intereses de los demás; tenemos otros ejemplos, como la búsqueda de mayores utilidades en las empresas a costa los bajos sueldos de sus empleados, o de perjudicar a las empresas de su competencia, o incluso crear adicciones entre sus clientes, usuarios o consumidores.

Si solo nos enfocamos en desarrollar habilidades como la disciplina, el logro de resultados y un alto desempeño, tendremos algunas ventajas sobre la mayoría, estos son aspectos útiles, pero para lograr el verdadero desarrollo y un crecimiento personal sostenido, nos debemos enfocar en los aspectos que, con base en buenos valores, refuercen nuestro carácter, que lleguen a formar parte de nuestra personalidad.

Cuando se hacen encuestas a los hombres de negocios, líderes políticos o religiosos, y se les pregunta qué cualidad creen que es la más importante para su éxito como líderes, la mayoría de las respuestas son: integridad y valores.

Las personas con buenos valores e integridad no dicen una cosa y hacen otra totalmente diferente, pues eso sería fingir, sería hipocresía; y aún si usáramos las mejores técnicas y procedimientos de influencia para lograr que otras personas hagan lo que queremos, que trabajen mejor, que se sientan motivadas, que tengan aprecio por nosotros y que formen un buen equipo y se caigan bien entre ellos, mientras nuestro carácter sea influenciado por la hipocresía y la falta de valores, entonces, a largo plazo no podremos conseguir el éxito. Nuestros actos, contrarios a nuestras palabras, originarán desconfianza, y todo lo que hagamos, aun usando las llamadas técnicas de liderazgo e influencia, sonará falso, será visto como una simple manipulación.

Las personas íntegras viven sus valores y lo que piensan, siempre podemos confiar en ellas y nos sirven de ejemplo a la mayoría de nosotros ya que actúan de manera coherente con sus valores personales, los cuales generalmente son compartidos por su comunidad, tratan de hacer siempre lo correcto; esto no quiere decir que no busquen beneficiarse de lo que hacen, pero en sus actos siempre evitan afectar los intereses de otras personas. En algún momento de su vida decidieron que su actitud y su forma de ser era lo más importante y, en línea con sus valores, actúan de manera congruente con su forma de pensar y de expresarse en su familia, escuela o trabajo, nunca piden más de lo que ellos mismos están dispuestos a dar y son una motivación constante para el desarrollo personal de quienes los rodean

Si pudiéramos elegir nuestra forma de pensar, de hablar y comportarnos, ¿cómo nos gustaría ser?

Hagamos una pequeña lista con las cualidades personales que nos gustaría poseer, solo actitudes y no aspectos físicos; estoy casi seguro que entre ellas estarían algunas como, la independencia, el respeto, la libertad, la honradez, la justicia, la lealtad, la tolerancia, la puntualidad, la salud, el trabajo, el ejercicio, la previsión, el aprendizaje, la confiabilidad, la disciplina, la fuerza de voluntad, la verdad, la actitud positiva, la fidelidad, la bondad, autodominio, fortaleza, la generosidad, la gratitud, la paciencia, la responsabilidad, etc. Una vez terminada, esta sería nuestra lista de valores, aquello que sabemos que es bueno y que nos gustaría poseer.

Deberíamos tener esta lista siempre a la vista, revisarla constantemente para ver si nuestra escala de valores ha cambiado, si estamos siendo congruentes con los mismos.

En caso de que quisiéramos adquirir algún valor nuevo o reforzar los que ya tenemos, siempre podemos utilizar el método de visualización mental, que vimos en las publicaciones anteriores, grabar cada uno de ellos en nuestra mente, y hacer todo lo posible por ser fiel a estos valores, esto se expresará diariamente a través de nuestros pensamientos de nuestras palabras y nuestros actos.

Siempre es mejor dar mayor peso a los valores que ayuda a fortalecer nuestro carácter y personalidad y no confundir valores con habilidades; los primeros afectan directamente la forma en que nos comportamos y las habilidades nos proporcionan ventajas técnicas.

Entre los valores que afectan nuestra personalidad están, el interés por los demás, la fuerza de voluntad, la disciplina, el compromiso, el respeto, la independencia, la libertad, la honradez, la justicia, la lealtad, la fidelidad, la tolerancia, la verdad, etc.

Entre las habilidades que nos proporcionan ventajas sobre la mayoría de la gente tenemos a la lectura rápida, la memorización, la visualización, los métodos de comunicación efectiva, la concentración, etc.

¡Vamos a adoptar buenos valores, y a ser congruentes con ellos en nuestros pensamientos, nuestras palabras y nuestros actos!



Me imagino como sería yo, si tengo buenos valores y además pienso, hablo y actúo con base en ellos.

lunes, 1 de julio de 2013

7 Hábitos de la gente altamente efectiva (Reseña)



Hábitos de la gente efectiva
La gente que presenta altos estándares de productividad en las actividades diarias que desarrolla tiene algo en común; los hábitos que ha logrado desarrollar a través del tiempo, estos le permiten alcanzar un alto grado de éxito en el trabajo, la escuela o cualquier otra actividad que realizan:
Proactividad, significa la capacidad para controlar lo que sucede en tu entorno, el no aceptar las cosas como vienen, el trabajar para que suceda lo que tú deseas que suceda en tu vida, el no aceptar que otras personas, o eventos ajenos a ti, controlen tu vida y tu desarrollo, tú eres el responsable directo de la situación actual en que te encuentras, no aceptar un no por respuesta, el empujar a que las cosas se realicen lo más cercano a lo que deseas utilizando el 100% de tus habilidades, no dejar a otros las decisiones sobre nuestra vida y que hagamos que lo que somos sea el significado de cada una de nuestras decisiones y no las de otros.
Planeación, establecer metas, saber hacia dónde te diriges, tener objetivos claros, contar con una misión/visión de nuestra vida, todo esto es esencial en la vida de cualquier persona pues de otra manera puede invertir una cantidad considerable de tiempo dirigiéndose hacia ningún lado, quién no tiene metas no enfoca sus esfuerzos pues no sabe a dónde llegar, la planeación es uno de los 3 elementos básicos en cualquier proyecto que iniciamos.
Priorizar, administrar el tiempo, realizar primero lo primero, enfocar esfuerzos, saber que es lo más importante para nosotros; después de establecer los objetivos se debe elaborar un plan de trabajo en el que se señalen las actividades a realizar destacando cuales de ellas son críticas en el proceso, aquellas sin las cuales el resultado no sería el esperado,
este orden debe aplicarse no solo a los proyectos sino a las actividades diarias que desarrollamos, hacer primero lo urgente e importante.
Ganar-Ganar, buscar siempre en cualquier actividad que desarrollemos que existan beneficios para todos los participantes, no se puede obtener un beneficio mediante el perjuicio de otro.
Entender, tratar de ponernos en el lugar de los otros, escuchar y asegurarnos de haber entendido de manera adecuada el punto de vista de la otra persona para entonces buscar soluciones que convengan a ambas partes, no aferrarse a uno u otro punto de vista, tratar de llegar a un tercero con el que ambas personas estén conformes y de esta manera establecer procesos de ganar-ganar
Sinergia, trabajo en equipo, interdependencia, el todo debe ser más que la suma de sus partes, trabajar con base en la confianza, lealtad y principios, lograr una verdadera interacción.
Desarrollo, ser capaces de lograr el desarrollo y mejora de nuestras habilidades en los aspectos físico, mental y espiritual, si no procuramos el mantenimiento y mejora constante significa que llegará el momento en que nos quedemos estancados y se pierda la relación P/CP, esto es que nuestra producción (P), lo que hacemos, no pueda crecer porque la capacidad de producción (CP), habilidades, no se han desarrollado.
Estos son 7 de los hábitos considerados básicos en las personas con un alto nivel de efectividad, después de analizar cada uno de ellos podríamos realizar un resumen como el siguiente:
En toda actividad que desarrollamos se realizan 3 pasos básicos, la planeación de la actividad, la ejecución y la validación o control; esto apoyado en los criterios de ganar-ganar y entender antes de ser entendido y trabajando en equipo logran que una persona sea exitosa, dejamos como un tema aparte, por la importancia que representa, el de la búsqueda constante del desarrollo personal, el perfeccionamiento y/o la adquisición de nuevas habilidades con la finalidad de incrementar nuestra capacidad de afrontar y solucionar satisfactoriamente los problemas que se nos presenten.
¿Cuántos de estos hábitos tienes Tú, porque no hacer un plan para empezar a desarrollarlos?

¡Despierta, libera tu potencial, trabaja en tu mente…!