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martes, 2 de enero de 2024

El Secreto del Exito Financiero y La Distribución de la Riqueza


El Secreto del Éxito Financiero y La Distribución de la Riqueza

La riqueza de un país depende de la prosperidad de sus ciudadanos, no se puede considerar próspera a una nación donde la mayoría vive en la pobreza y solo unos pocos son dueños de los recursos; la falta de empleo y los trabajos mal pagados solamente originan una economía raquítica y una distribución injusta de la riqueza.

Antes de tratar sobre la forma de lograr el éxito financiero, vamos a hablar un poco sobre la distribución de la riqueza en un país.
Hasta el año 2012, en México, había 54 millones de pobres, de acuerdo con Centro de Análisis Multidisciplinario de la UNAM, esto es casi la mitad de la población del país, algo que no ha cambiado mucho, pues en el 2020 la cifra, según datos del CONEVAL, era de 55.7 millones; pero también tenemos al hombre que pelea los primeros lugares como el más rico del mundo; que contrastes
En la economía de un país, la riqueza fluye siempre de manera sencilla y lógica, de hecho, cada uno de nosotros hacemos que la riqueza se concentre en unos cuantos, pensemos en alguna marca reconocida, la que quieran, bebidas, botanas, ropa deportiva, telefonía, electrónica, etc., cuando compramos sus productos y los preferimos sobre los de otra marca, estamos concentrando mayor riqueza en esa empresa y le damos cada vez más fuerza para que domine el mercado y nos imponga sus precios y condiciones, entonces; porque no racionalizamos nuestras compras y tratar de adquirir algunas marcas que son de su competencia, esto sería una forma de modificar la concentración de la riqueza, haciendo que haya un mayor número de empresas con recursos para promover la generación de empleos y la competencia.

Si tenemos la fortuna de tener un negocio, hagamos lo posible por pagar buenos sueldos, por dar un buen servicio, por hacer crecer el negocio y contratar personal adicional; vamos a repartir la utilidad que obtengamos en 4 partes iguales; una de ellas para el negocio mismo, para que siga creciendo, otra para el dueño del negocio, como recompensa por la inversión de su capital, otra para los empleados como reconocimiento al esfuerzo y buen servicio que realizan; y la restante para los clientes, como agradecimiento por su fidelidad al negocio y preferir nuestros productos.

Esta podría ser una buena forma de iniciar con un reparto más justo de la riqueza que circula en la economía de un país; y depende exclusivamente de nosotros.

Ahora vamos a ver un poco lo que sucede en la economía de nuestras familias. Si consideramos al dinero como unidad de medida del éxito financiero, existen muchas personas que con el tiempo logran alcanzarlo. ¿En qué se diferencian de nosotros?, tenemos los mismos sueños, los mismos deseos de superación, algunos de ellos fueron, inclusive, compañeros nuestros en la escuela o en el trabajo, iniciamos igual que ellos, con los mismos conocimientos y oportunidades; aparentemente nunca fueron más inteligentes ni se esforzaron más que nosotros, y sin embargo ellos lograron el éxito y nosotros seguimos igual; ¿hay algo que saben ellos y que nosotros desconocemos; es cuestión solo de suerte, o hay algo más?

Cuando vemos que suceden cosas buenas en las vidas de otras personas quisiéramos saber que técnica usaron, nos sentimos admirados de su éxito, o deseamos tener la buena suerte que parece que siempre los acompaña. ¿Cuántos de nosotros seguimos esperando hacernos millonarios a través de la lotería, los pronósticos deportivos, el melate, o apostando en juegos de azar?
 
La obtención de la riqueza y su acumulación no es un tema de suerte o de casualidad; como casi en todo, existen algunos principios básicos que si se siguen aseguran el éxito financiero.
La persona que no sigue estos principios y no controla sus deseos, gasta demasiado, se llena de deudas y vive esclavizada, trabajando casi exclusivamente para cubrir sus adeudos. Los bancos y algunas tiendas departamentales son la versión moderna de las tiendas de raya anteriores a la revolución mexicana, donde se vivía como esclavo y se trabajaba solo para cubrir parte de los intereses de la deuda que se tenía con ellos, lo mismo sucede ahora a través de las tarjetas de crédito. Tal vez suena exagerado, pero si nuestras deudas nos dejan solo lo suficiente para pagar un lugar donde vivir, ropa, transporte y comida, ¡algo estamos haciendo mal!; aparte de la libertad que tenemos; ¿en que nos diferenciamos de los esclavos de la antigüedad?; también ellos trabajaban todo el día y tenían casi las mismas cosas. La manera más tonta de vivir en la sociedad actual es trabajar solo para que al recibir nuestro sueldo tengamos que destinar la mayor parte a pagar las deudas adquiridas mediante tarjetas de crédito de bancos y tiendas departamentales; somos prácticamente sus esclavos, estamos trabajando para ellos.

La riqueza fluye por diferentes caminos y uno de ellos es el ahorro
Antes que nada, sin excepción, reserva por lo menos un 10% de tus ingresos en cada pago que recibas, semanal, quincenal, o mensualmente; este será el inicio de tu éxito financiero; trabajas todo el año para pagar por tu vivienda, tu ropa, tu transporte, tu comida, etc., ¿y cuánto queda para ti?, después de separar el 10%, destina el 20% para pagar tus deudas y con el otro 70% organízate y cubre tus gastos y los de tu familia, no compres más de lo que puedas pagar.

El hábito del ahorro nos permitirá contar con fondos suficientes para afrontar cualquier tipo de gasto imprevisto sin recurrir al endeudamiento.

Controlar nuestros gastos hace que la riqueza se quede con nosotros, nunca gastes más del 70% de tus ingresos.
Normalmente adaptamos nuestro nivel de gastos a los ingresos que recibimos; si recibimos un pago adicional o un incremento de sueldo, también incrementamos nuestros gastos; esto no debe ser así, debemos limitarnos a lo necesario para estar en posibilidades de incrementar nuestro patrimonio; para esto podemos apoyarnos elaborando un registro detallado de nuestros gastos mensuales, de esta forma contaremos con la información necesaria para poder definir si podemos ahorrar un % mayor; nuestro detalle de gastos debe hacer una separación por tipo de gasto (frutas y verduras-carnes-lácteos-refrescos-botanas-dulces y galletas-ropa-zapatos-cigarros-bebidas alcohólicas-medicinas-renta-gasolina-transporte-deudas-etc.)

Con esta información determinamos que gastos podemos eliminar sin dejar de cubrir nuestras necesidades básicas. Probemos eliminando completamente los gastos en bares y restaurantes, los refrescos, pasteles, botanas, dulces, chocolates, helados galletas, cigarros y bebidas alcohólicas. Para los gastos en regalos vamos a obsequiar cosas que no sean costosas, por ejemplo libros y películas; para los niños algún juego de mesa (rompecabezas-memoramas-ajedrez) estos no son tan costosos y además les ayudan en el desarrollo de sus habilidades.

Aprende a decir no, tenemos que educar nuestro carácter para ser capaces de controlar nuestros deseos, y en ocasiones los de las personas que dependen de nosotros, para no caer en la tentación de comprar algo que puede acarrearnos mayores deudas, o impedir nuestro ahorro del 10% de nuestros ingresos solo porque nos gusta, está de moda, está de oferta, o tiene meses sin intereses.

No pagues rentas, en lugar de esto podemos evaluar adquirir una casa, aunque sea a crédito, si las cantidades que pagaremos por el crédito son similares a lo que pagamos de renta, no estaremos gastando mucho más de lo que ya gastamos y estaremos invirtiendo en algo que será nuestro.

Planea tus compras, si tenemos pensado comprar algún bien que consideramos necesario, no nos apresuremos, vamos a planear el mejor tiempo para hacerlo; en el caso de un auto, cuando ya se acerca la presentación de los nuevos modelos, las compañías automotrices empiezan a ofrecer descuentos y promociones en los modelos del año actual; si vamos a comprar algún electrodoméstico, vamos reservando el dinero para su adquisición y esperemos los periodos en que las tiendas ofrecen descuentos adicionales, de esta forma nos saldrá más barato.

No pagues intereses, si ya tienes un problema de deudas, haz todo lo posible por pagarlas y evita pagar intereses, o por lo menos busca la forma de transferir tu deuda con alguien con quien pagues una tasa menor de interés; de lo contrario estarás trabajando para aumentar la riqueza de otros; utiliza las tarjetas de crédito solo como un medio de pago y nunca de financiamiento, paga cada mes el saldo total de tu estado de cuenta de modo que no tengas más costos que la cuota anual; recuerda que los pagos destinados a tus deudas no deben rebasar el 20% de tus ingresos.

Si pides dinero prestado, primero asegúrate de que lo vas a poner a trabajar y que los rendimientos que genere sean suficientes como para pagar el préstamo y dejarte beneficios.

Haz que el dinero trabaje para ti; el 10% que ahorras debe producirte beneficios.
Que tu dinero produzca rendimientos, inviértelo en algo seguro, no lo prestes, no lo arriesgues y no te dejes llevar por promesas de grandes ganancias en poco tiempo, esto normalmente no existe, tampoco inviertas en algo que no conoces, antes de arriesgarte asesórate con expertos sobre el tipo de inversión que deseas realizar, ten cuidado, pues hay muchas personas y empresas tratando de atraer la riqueza hacia sus propios bolsillos.

Invierte en un banco, las cantidades que vayas ahorrando ponlas a trabajar de modo que te generen intereses y reinvierte también estos intereses, de esta forma tu inversión seguirá creciendo; busca el banco que de la tasa de interés más alta

Invierte en un fondo de inversión, de los que manejan bancos y casas de bolsa, pero antes solicita información a algún asesor sobre los rendimientos que ha generado en los años anteriores, trata de combinar rendimiento con seguridad, verifica si la casa de bolsa cobra alguna comisión por el manejo de los fondos.

Invierte en acciones, si decides tomar mayores riesgos por la posibilidad de conseguir mayores rendimientos, puedes invertir en acciones, pero antes asesórate con algún experto, dale seguimiento al rendimiento de las acciones que pretendes comprar durante 3 meses, por lo menos, revisa la información histórica y las noticias sobre las empresas que te interesen y considera siempre que la inversión en acciones es a largo plazo.

Crea un negocio, si el importe que ya tienes ahorrado te permite invertir en algún negocio, antes de iniciarlo prepárate adecuadamente, consigue toda la información que puedas sobre el tipo de negocio que te interesa, pregúntale a los expertos; si deseas iniciar una panadería, no le preguntes a tu amigo que trabaja como empleado en alguna oficina, o a alguien que trabaja como herrero; pregúntale a quien tiene un negocio igual al que deseas; ten cuidado con las opiniones de amigos y familiares, pues encontrarás mucha gente que te dirá que tal negocio no funciona aunque no tengan ni idea sobre lo que funciona o no de ese negocio.; y sobre todo, nunca inicies un negocio sin haber elaborado el plan del negocio, esto te asegura que consideraste todas las situaciones antes de iniciarlo. Si deseas adquirir una franquicia, analízalo bien, puede ser una opción más segura si la marca es reconocida, pero el esquema de estos negocios hace que en ocasiones trabajes casi exclusivamente para enriquecerlos a ellos. Cuando el negocio esté en funcionamiento trata de aplicar la regla de repartir la utilidad en 4 partes iguales.

Protege a tu familia y a tu patrimonio
Contrata un seguro, para tu casa y tu auto, para ti un seguro de vida y para tu familia uno de gastos médicos mayores; con esto proteges a tu familia en caso de que faltes y también te aseguras de no afectar tu patrimonio por algún gasto imprevisto, investiga las diferentes empresas aseguradoras si existen planes que incluyan todas estas coberturas, o si puedes encontrar alguna opción con beneficios similares.

Aumenta tus habilidades para adquirir riqueza
Toma algún diplomado que desarrollen tus habilidades, para lograr que la riqueza fluya hacia ti, no inviertas la mayor parte de tu tiempo en juegos de video y en estar siempre al pendiente de Facebook, de los personajes famosos, o de alguna otra tecnología similar, adquiere los conocimientos que te permitirán lograr el éxito financiero, ¿Cómo crees que invierten su tiempo las personas que logran atraer la riqueza? Actualmente no necesitas acudir a alguna universidad para adquirir conocimientos, existen alternativas en línea, libres de costo a través de las cuales puedes ir adquiriendo nuevos conocimientos; siempre es recomendable que sepas algo de contabilidad, administración ventas y mercadotecnia.

No dejes pasar las oportunidades
Si no trabajas en desarrollar tus habilidades ni en incrementar tu patrimonio, puede ser que se te presenten oportunidades de lograr incrementar tu riqueza y por no estar preparado, las pases por alto y no las aproveches, cuando las oportunidades llegan a nosotros debemos estar técnica y financieramente preparados y no dejarlas pasar, cuando estamos seguros de que una inversión va a tener buenos rendimientos debemos aprovecharla. No hay que dejar las cosas para después, si tenemos una buena idea, o identificamos una buena inversión, hay que aprovecharla, hay que tener la iniciativa, los conocimientos y los recursos necesarios para no dejarla pasar.

Hay muchas otras formas de hacer que la riqueza se quede con nosotros y que vaya creciendo con el tiempo, pero estoy seguro de que si seguimos la mayoría de las que aquí se presentan lograremos que parte de la riqueza que hoy transferimos a las empresas y negocios a través de nuestras compras se quede con nosotros, trabaje para nosotros y, con el tiempo, se incremente lo suficiente como para no depender económicamente de nadie.

Si quieren leer más sobre el tema les recomiendo el libro “El hombre más rico de Babilonia”, de Georges S. Clason

Si has terminado de leer esto y todavía piensas que el éxito y la riqueza que logran otras personas es solo cuestión de suerte y no de trabajo, sigue apostando al melate, la lotería o los pronósticos deportivos, o aplicaciones de apuestas, pero no olvides que lo que se adquiere sin ningún esfuerzo se pierde rápidamente.

¡Libera tu potencial!

jueves, 30 de enero de 2014

Visión de vida, metas y objetivos.


La importancia de tener una visión para la vida
Recordemos la última vez que nos fuimos de viaje; es asombroso cuanto tiempo invertimos en planificar unas vacaciones si lo comparamos con lo poco que planificamos un viaje de mucha mayor importancia y duración, nuestras propias vidas; tal vez es porque muchos no creemos tener la posibilidad de modificar nuestro destino, tal vez pensamos que todo ya está predeterminado y que hagamos lo que hagamos nada se va a modificar, y por lo tanto no tratamos de cambiarlo, nos conformamos con lo que va apareciendo en nuestra vida; otros simplemente no tenemos, o no sabemos cómo adquirir o construir una visión propia para la vida, no vamos más allá de unas vagas ideas de bienestar general y comodidades que, como todo ser humano, deseamos tener, y solo vamos reaccionando ante lo que nos llega en el día a día; si acaso nuestra planeación se limita a las siguientes semanas o meses. Sin embargo, para conseguir algo, para tener éxito en cualquier actividad, hay que ir más allá, hay que pensar en el largo plazo; hay que utilizar en ello todos nuestros recursos; hay que hacer un esfuerzo consciente para determinar un rumbo específico, un destino hacia el cual dirigirnos; definir qué es lo más importante, que queremos en la vida y la manera en que vamos a lograrlo.

Sin tener antes una visión es imposible preveer aquello que necesitamos para lograrla. Si no tenemos claro el destino al que deseamos llegar en la vida tampoco podremos determinar que habilidades, conocimientos, tiempo o dinero debemos adquirir e invertir en tratar de llegar a él; y de esta forma podemos llegar a los 40, 50, o 60 años con una sensación de que algo hizo falta en nuestra vida, que algo no se llevó a cabo; de que pudimos haber logrado mucho más y perdimos la oportunidad; de que nos vendimos por unos centavos pudiendo haber pedido a la vida mucho más.

Tener una visión para la vida y fijar metas y objetivos para alcanzarla se puede comparar con la elección que hacemos de un destino para las vacaciones y los planes necesarios para llegar allí. El problema es que la mayoría de nosotros pasamos más tiempo planificando cosas sin importancia que el que le dedicamos a planear nuestras vidas; la reunión con nuestros amigos de la siguiente semana, una salida al centro comercial, adquirir algún nuevo videojuego o teléfono inteligente y otras semejantes; el problema no son el tipo de actividades que realizamos, el problema es que al no estar relacionadas con las metas y objetivos de nuestra visión de vida, podemos estar desperdiciando una cantidad importante de recursos en ellas. Y así vamos por la vida, preocupándonos solamente por cubrir nuestras necesidades básicas, o por cosas que, al no tener un rumbo fijo, no nos conducen a nada, y sin embargo, seguimos esperando que algún día las cosas cambien, ¿pero cómo van a cambiar si no sabemos a dónde ir?
Al igual que en las vacaciones, donde la elección del destino es lo más importante para la planificación del viaje; en la vida, lo más importante es saber hacia dónde dirigirnos; tener una visión para la vida. Hay que tener una imagen lo más clara posible de lo que queremos lograr en el futuro.

Algo que ignoramos muy seguido en la carrera del día a día es que nuestro principal activo no son los bienes que poseemos o el capital que tenemos invertido, sino nuestro tiempo. Mientras nos esforzamos en cumplir con nuestras actividades diarias, con todo aquello que no está conectado con las metas y objetivos de una visión de vida, el tiempo pasa y no se detiene por nada ni por nadie. ¿No sería de mucho mayor provecho si enfocamos todos estos esfuerzos en seguir un rumbo preestablecido?..., ¡Claro que sí!
Vamos a evaluar por un momento la opción de seguir en la vida sin tener claridad sobre a dónde queremos llegar y por lo tanto, sin las metas y objetivos necesarios para alcanzar nuestra visión y hagamos la siguiente pregunta:
¿Cómo será nuestra vida dentro de 5, 10 o 20 años más?
Cada uno de nosotros somos responsables por las elecciones que hacemos en la vida y uno de los remordimientos más grandes que podemos tener en el futuro no es por lo que hicimos mal, sino por todo aquello que no hicimos. Por eso hay que elegir lo mejor posible y dedicarnos conscientemente a elaborar un plan de metas y objetivos para alcanzar la visión que tenemos en nuestro corazón y en nuestra mente, para lograr aquello que más deseamos.

¿Cómo podemos adquirir una visión para nuestra vida?
Tomemos un tiempo para pensar y meditar con cuidado acerca de lo que más deseamos en la vida, para esto hagamos las siguientes preguntas:
-¿Qué es lo más importante para mí?
-¿Qué propósito tiene lo que estoy haciendo?
-¿Qué estoy dispuesto a sacrificar para que esto suceda?
Si logramos contestar sinceramente estas 3 preguntas vamos a tener la claridad suficiente para planear nuestro futuro y esto, junto con las metas y objetivos para lograrlo, nos va a dar las energías necesarias para levantarnos diariamente y continuar trabajando hasta alcanzar cada una de esas metas y alcanzar nuestra visión de vida.
La vida tiene mucho que ofrecer, ¿porqué conformarnos solo con mirar como otros logran lo que se proponen, porque no tomar la parte que nos corresponde de éxito y felicidad de la misma manera en que lo hacen ellos?, pensemos en grande y no nos dejemos limitar por nuestra situación actual, ni por opiniones de amigos, parejas o familia; no nos quedemos solo con las ideas de lo que consideramos posible alcanzar; no permitamos que nadie nos arrebate nuestros sueños.
Trabajemos en adquirir una visión de la vida que sea emocionante para nosotros y que valga la pena seguir, sin importar los obstáculos que encontremos. A medida que caminamos en una vida con propósito y visión, nuestra mente se abre y ya no va a encontrar las cosas tan difíciles de lograr.
Una vez que tengamos una visión de lo que deseamos lograr para el futuro, vamos a cuantificarla y a ponerle fecha; por ejemplo, no basta con querer alcanzar la independencia financiera, tenemos que ponerle cifras y un límite en el tiempo; la libertad financiera para algunos es vivir sin deudas, para otros es ganar $ 1,500,000 de pesos al año y otros piensan que tener 30 millones de dólares ahorrados e invertidos apenas es suficiente.
Una vez que establecimos nuestra visión vamos a fijar metas de corto, mediano y largo plazo donde establezcamos cifras y fechas de cumplimiento; esto nos permitirá evaluar nuestros progresos en el camino hacia el logro de nuestra visión; recordemos que una meta solo es un sueño con una fecha tope y que depende principalmente de nosotros mismos que se realice o no.
Vamos a obligarnos a salir de nuestra zona de comodidad; a la mayoría no nos gustan los cambios por naturaleza; sin embargo, siempre aprenderemos más y desarrollaremos nuestras habilidades y nuestra capacidad de superación cuando enfrentemos situaciones desconocidas que demanden esfuerzos adicionales. Sin batalla no hay victoria, sin lectura y meditación no hay aprendizaje, y sin trabajo no hay recompensa… ¿simple no?
Es probable que, mientras leemos esto, algo se despierte en nuestro interior; que tome fuerza en nosotros el deseo de cambiar las cosas, de lograr más y de vivir con un propósito; vamos a escuchar con cuidado nuestra voz interior, no ignoremos estos sentimientos; vamos a iniciar acciones hoy, el tiempo está en marcha y avanza sin detenerse; ¡la vida no es eterna, vamos; a movernos...!

Publicación relacionada:
http://rbb-desarrollo.blogspot.com/2013/07/proposito-o-vision-de-vida.html


martes, 31 de diciembre de 2013

Mente y Logro de Objetivos (Como funciona la mente-V)

¡Nada es imposible!

La época de fin de año siempre es un tiempo de fiestas y celebraciones, pero también es un tiempo para reflexionar; para recordar a quienes ya no están con nosotros y también alegrarnos por quienes han llegado a nuestra vida; para hacer un balance de lo que logramos y de lo que dejamos pendiente; una época donde recordamos los objetivos que establecimos el año anterior; de alegrarnos y sentirnos satisfechos por aquellos que logramos y tal vez sentir remordimiento y lamentarnos, o encontrar las razones por las que no los cumplimos.
¿Por qué no fuimos capaces de lograrlos; por qué nos ponemos metas que sabemos que no vamos a cumplir, por qué si deseamos algo, hacemos lo contrario, por qué algunas personas logran sus objetivos y otras no, cómo saber si las metas que nos proponemos son las adecuadas, las correctas, por qué queremos lograrlas y para quién?.
Existen incontables ejemplos; si queremos ahorrar, vamos a dejar de gastar en cosas que no necesitamos, no nos vayamos de parranda cada semana, vamos a comer en casa en lugar de hacerlo en algún restaurante; si queremos bajar de peso, vamos a iniciar dejando de comer galletas, botanas, chocolates y refrescos; si queremos estudiar un diplomado, vamos a investigar las opciones y los horarios, tanto presencial como en línea. Todo se puede, solo debemos saber cómo.
Para ayudarnos en el logro de cualquier objetivo que nos propongamos, nuestra mente es el principal recurso que tenemos; solo debemos estudiarla, saber cómo funciona y aprovecharlo.
Nuestra mente está compuesta por todo un sistema de redes neuronales de información e ideas que hemos adquirido a través de los años; estas redes están interrelacionadas íntimamente unas con otras. Las ideas e información que no se muestran compatibles con este sistema son rechazadas, no creídas, y, por lo tanto no tienen ningún efecto en nuestra conducta; por otra parte, las ideas compatibles son aceptadas de inmediato y se integran al sistema de redes neuronales. Toda esta información acumulada le permite a nuestra mente funcionar, tanto de manera consciente como subconsciente, como un mecanismo automático buscador de metas; que opera como un dispositivo electrónico que busca objetivos concretos; un mecanismo constituido por el cerebro, los sentidos y el sistema nervioso, el cual es empleado y dirigido por la mente.
Este mecanismo de nuestra mente es impersonal, funciona automáticamente con el objeto de llegar a las metas de éxito o de fracaso que le hayamos programado; lo único que requiere es que se le establezcan objetivos determinados, claros y definidos.
Este sistema guía no es exclusivo del ser humano, todo ser viviente posee uno para la consecución de sus objetivos, para ayudarle a lograr sus fines; en los seres irracionales se halla limitado a evitar el peligro y cubrir sus necesidades básicas con el objeto de asegurar la supervivencia de su especie.
En el ser humano, el proceso es más complejo, pues no se limita solo a la supervivencia, cubre también sus necesidades espirituales y emotivas. El mecanismo guía del éxito en el hombre le ayuda a encontrar soluciones a sus problemas, a crear nuevas ideas, a buscar y aprender nueva información, a explorar nuevos lugares, a desarrollar una mejor personalidad, en resumen a lograr el éxito en cualquier actividad.
Para ejemplificar como funciona este mecanismo guía de nuestra mente, y como nos ayuda en el logro de nuestros objetivos, imaginemos una escena donde el jardinero central de un equipo de béisbol empieza a correr para atrapar una pelota que viene en pleno vuelo; en fracciones de segundo su mente debe calcular la velocidad de la bola, su trayectoria, la velocidad del viento, la velocidad a la que debe correr para llegar al punto de intercepción, la curvatura de caída, la posición, movimientos y velocidad de sus compañeros, y otra gran cantidad de cálculos; la mente del jugador realiza todo esto de manera automática, casi sin pensarlo, el mecanismo automático de logro de metas funcionando de manera perfecta, registrando los datos que le llegan del medio ambiente a través de los sentidos, enviándolos al cerebro, buscando la información necesaria almacenada en las redes neuronales, recuerdos de pasados éxitos y fracasos en situaciones similares; haciendo los análisis necesarios y enviando las respuestas a la mente del jugador, todo esto en milisegundos; con esta información, la mente del jugador envía las señales a los músculos necesarios y este acelera en la dirección correcta para interceptar la pelota; y aún para hacerlo más complicado, la mente del jugador detecta que le van a faltar algunos centímetros para lograrlo y recalcula todo el escenario nuevamente y ordena a los músculos necesarios que intervengan, y el jugador, gracias a un impulso adicional de los  músculos de sus piernas, sale volando en el aire y atrapa la bola en pleno vuelo. ¡Objetivo cumplido!; esta situación es un ejemplo perfecto para describir la forma en que nuestra mente, de manera automática, nos ayuda en la búsqueda de los objetivos que le proponemos.
¿Pero, y que pasa si falla?, bueno pues que tal vez la mente del jugador no tenía la información suficiente, almacenada en sus redes neuronales, por lo tanto registra esta información de modo que pueda ser utilizada en el futuro para lograr un objetivo similar; pero lo importante es que el sistema guía de logro de metas funciona a la perfección; lo único que debemos asegurar son dos cosas, primero, contar con la información suficiente sobre el objetivo a lograr en nuestras redes neuronales, recuerden que esta información se registra a través de una experiencia real o imaginada en todos sus detalles,  y segundo, definirle a nuestra mente exactamente la meta que deseamos lograr.
Cuando se trata de otros objetivos, diferentes a los deportivos, nuestra mente funciona de la misma manera, pero para lograr algo, al igual que el jugador, primero debemos definirle a nuestra mente que es lo que queremos; pero deben ser cosas realmente importantes para nosotros, cosas que deseamos tanto que no nos importa el tiempo, el esfuerzo, ni los recursos que vamos a invertir para lograrlas.
¿Estamos conformes con lo que hemos logrado en la vida hasta hoy?
En la búsqueda y el logro del éxito, ya sea personal o profesional, es importante tener bien claro donde nos encontramos actualmente, pero es más importante la dirección en la que nos estamos moviendo y la mejor herramienta para esto, es el establecimiento de nuestro propósito de vida y el plan de objetivos para lograrlo; pero el principal problema es que por lo general ni siquiera tenemos un plan de metas y objetivos.
Formar una familia, lograr una promoción en el trabajo, ser feliz, educar bien a mis hijos, bajar de peso, hacer una maestría; para algunos son metas; para otros son solo deseos; ¿qué es lo que realmente queremos, que es importante para nosotros?
¿Por qué algunas personas logran sus objetivos y otras no?
En un análisis realizado con más de 15,000 personas se encontró que solo el 5% de ellos se consideraban como personas con éxito; el 95% restante no se sentían felices y vivían solo para satisfacer sus necesidades diarias con grandes esfuerzos. Uno de los datos de este análisis fue que este 95% no tenía un propósito de vida claramente definido; mientras que el 5% de los que tenían éxito no solo tenían su propósito de vida bien claro, sino que además contaban con planes por escrito y bien definidos de sus metas y objetivos y el cómo lograrlas.
Otros estudios indican que solo entre el 3 y el 5% de las personas tienen un plan de metas y objetivos bien definidos y por escrito y que estas personas logran en la vida 10 veces más que las personas que no lo tienen. Nuestro mecanismo guía necesita definiciones para poder orientarse, necesita saber lo que queremos por esto es importante contar con un plan de metas y objetivos por escrito.
¿Qué tipos de Objetivos son más importantes, los personales o los profesionales?
No se puede separar el tema personal del profesional, somos personas indivisibles, todos los aspectos de nuestra vida se complementan, el secreto está en encontrar un balance adecuado para lograr el bienestar; pero debemos recordar que los objetivos deben ser algo importante para nosotros; nuestro aspecto personal, nuestra familia, nuestro trabajo.
¿Entonces solo con tener objetivos, estos se realizarán?
Si solamente pensamos en ellos o los expresamos con palabras de vez en cuando, no es garantía de que se realizarán, por esto es muy importante que estén enlazados con nuestro propósito de vida, con lo más importante para nosotros, con nuestra razón de vivir; para que a la hora de buscarlos lo hagamos poniendo nuestro máximo esfuerzo por la importancia que tienen para nosotros; no para otras personas, estos objetivos, además, deben ser definidos con la mayor claridad, deben contener las actividades que consideremos necesarias para lograrlos y aceptar que deberemos invertir tiempo y esfuerzo para lograrlos.
Cada una de nuestras metas debe tener las siguientes características:
Específicas, que es lo que deseo lograr, tener muy claro porqué deseamos alcanzarlos nos ayudará a mantenernos enfocados; mientras más concretos y precisos sean los objetivos será mucho más fácil para nuestra mente ayudarnos en el logro de los mismos.
Medibles, debemos establecer puntos de medición que nos permitan saber si estamos avanzando en el camino correcto y tomar las medidas correctivas necesarias para continuar o modificar lo planeado originalmente; esta medición nos permitirá saber que tan cerca o lejos nos encontramos del resultado final deseado.
Fecha de cumplimiento, debemos establecer una fecha para su terminación pues en caso de no contar con un límite de tiempo se puede postergar la búsqueda del objetivo.
Escritas, es importante que nuestro plan de objetivos así como cada una de las actividades para lograrlos queden establecidas por escrito eso nos permitirá evaluar de manera periódica los avances.
Existen otras características que se aconsejan a la hora de establecer objetivos:

Algunos especialistas mencionan que deben ser “alcanzables y realistas”; que establecer objetivos ambiciosos podría hacerlos inalcanzables y aconsejan ser “razonables” a la hora de definirlos, de manera que se pueda llegar a cumplirlos sin tantos problemas; pero esto, además de ser cómodo, limita el uso de nuestra fuerza de voluntad y creatividad para encontrar los medios necesarios para lograrlos, también estaría enviando un mensaje directo a nuestra mente de que no confiamos en ella y que sabemos que difícilmente nos apoyará a lograrlos; esto le impediría buscar entre la información con que cuenta; o plantear alguna actividad para adquirir esta información, y tener los recursos necesarios para lograr el objetivo planteado.
Otros especialistas mencionan que nuestros objetivos deben ser ambiciosos, retadores y exigentes, estoy más de acuerdo con esto pues creo que está más alineado con la forma en que funciona nuestra mente; le establecemos el objetivo y las actividades a realizar con las características mencionadas y nuestra mente se encargará de buscar la forma de lograrlo, utilizando para ello la información almacenada en nuestras redes neuronales, o buscando la forma de obtenerla si es que no cuenta con ella.
Esta época es un buen momento para meditar sobre cuál es nuestro verdadero propósito en la vida y elaborar un buen plan de metas y objetivos; recordemos que contamos con el mecanismo más perfecto que existe para conseguirlos; nuestra mente.
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La construcción de un mundo mejor solo es posible liberando y utilizando nuestras capacidades para el beneficio común; y la mente es la principal de ellas; ¿aún lo dudas?
¡Por tu propio bien, Trabaja en tu Mente!

viernes, 29 de noviembre de 2013

Hábitos para un Liderazgo Efectivo-II Misión de Vida


Hábitos para un Liderazgo Efectivo-II Misión de Vida

No actúes como si te quedaran cien años de vida
Marco Aurelio
Cuando en las empresas  un líder se ocupa constantemente de las actividades de operación diarias, termina por convertirse en administrador; y las funciones del líder y del administrador son totalmente diferentes, el líder guía, señala el camino, analiza los cambios del ambiente, detecta oportunidades, define la cultura, ayuda a establecer la misión y valores; y un administrador trabaja para mantener lo que ya fue establecido, crea procedimientos, programas de mejora, formatos de control, guías, manuales, etc.

En la vida personal sucede algo similar, si nos enfocamos solo en las actividades necesarias para cubrir nuestras necesidades básicas como alimentación, casa, vestido; y nos olvidamos de establecer lo verdaderamente importante; nuestra misión en la vida, nuestros valores y nuestras metas y objetivos, corremos el riesgo de ser arrastrados por el día a día, y estar tan ocupados en seguir a la mayoría, en lograr lo que por lo general se considera el éxito, cosas como una mejor posición en el trabajo, más dinero, conocimientos, y títulos; que no nos damos cuenta de que no son más que objetivos vacíos, y que en ocasiones los alcanzamos sacrificando aquello que realmente es importante; podemos llegar a una edad avanzada y arrepentirnos, no por lo que hicimos mal, sino por haber dedicado tanto tiempo al trabajo, por no haber expresado nuestros sentimientos, por lo que dejamos de hacer para vivir nuestra vida, para lograr nuestra misión. Por eso es muy importante definir nuestro propósito de vida; para saber hacia dónde dirigirnos.

¿Estamos haciendo todo lo posible para cumplir con nuestra misión de vida; y lo más importante, tenemos bien claro cuál es nuestro propósito de vida?

En el ambiente que sea, un líder debe tener bien claro cuál es su misión; y no estamos hablando solo de la misión de la empresa, sino de su misión personal, de su propósito de vida, de lo que lo hace feliz. Nuestra misión de vida es realmente lo más importante para nosotros, tan importante que no nos importan ni el tiempo ni los recursos que debamos invertir para hacerla realidad; una vez definida, siempre nos señala el camino a seguir.

Cuando analizamos nuestra vida, no es complicado darnos cuenta que estamos haciendo mucho menos de lo que podemos, mucho menos de lo que planeábamos lograr a esta edad, y muy probablemente, mucho menos de lo que esperábamos en la vida. Cuando llevamos una vida más o menos cómoda y además logramos un poco de admiración, respeto y tal vez algo de autoridad, entonces pensamos que no nos va tan mal y nos sentimos satisfechos y conformes con lo que hemos logrado, pero ¿esto es todo, no hay nada más?

Sin entrar en el terreno de la competencia, ¿Qué hay de nuestro deseo de ser un mejor hijo, un mejor esposo, un mejor padre, un mejor amigo o un mejor compañero de trabajo?

¿Qué sucedió con la verdadera vida que deseábamos tener; en que estuvimos tan ocupados que sin darnos cuenta abandonamos nuestros sueños y a pesar de tanto trabajo solo alcanzamos a obtener el pan de cada día?

¿Qué pasó con nuestra idea de contribuir a lograr un mundo mejor, de liberar todo el potencial que había en nosotros, de desarrollar al máximo nuestras capacidades y desempeñarnos de la mejor manera posible en las actividades diarias de la vida?

¿Qué es lo realmente importante para nosotros, porqué estamos haciendo lo que hacemos?

Tener bien claro nuestro propósito en la vida y nuestros valores nos permite alinear nuestras actividades en la familia con otras actividades que desempeñamos, de modo que nuestra conducta y actitudes sean congruentes con nuestros valores más importantes. De nada nos serviría lograr el éxito profesional si en el ambiente familiar tenemos un completo desorden.

Tenemos una serie de condicionamientos mentales que hacen que nuestra misión no sea muy clara de definir, pero cada uno de nosotros tiene la posibilidad de reescribir estos condicionamientos y adaptarlos para alcanzar la misión que hemos elegido.

Nuestro propósito de vida se convierte en la guía para tomar las decisiones más importantes de nuestra vida, sin dejarnos influir por las emociones que surgen en la interacción diaria, además, evitaríamos muchas de las enfermedades mentales o emocionales que son el resultado de una vida vacía, sin significado, sin razón de ser, sin propósito de vida.

Para ayudarnos a lograr nuestra misión, la naturaleza nos proporcionó a cada uno de nosotros un guía interno, un sistema automático que nos lleva a lograr lo que establecemos como importante; pero con tantas preocupaciones y actividades que tenemos, es difícil detenernos un momento y meditar sobre cuál es nuestra misión en la vida, cual es el propósito que orientará a nuestro guía interno a lograr lo que es verdaderamente importante. Pero en lo más profundo de nosotros tenemos un gran aprecio por nuestra familia, valoramos a nuestros hijos, los amamos, queremos ayudarlos, que no les falte nada. Pero no siempre se tienen claramente estos valores a la vista, estamos atrapados en un mar de actividades relacionadas con el trabajo, con la escuela y la forma en que interactuamos con nuestra familia tiene muy poco que ver con los sentimientos que tenemos hacia cada uno de ellos.

Si se nos complica definir cuál debería ser nuestra misión en la vida, podemos utilizar un recurso del que ya hemos tratado anteriormente, podemos hacer una visualización. Primero vamos a buscar un lugar tranquilo donde podamos estar por lo menos 30 minutos sin ser interrumpidos; podemos utilizar música clásica en un tono muy bajo; ahora, imaginemos que en una fecha muy lejana, estamos asistiendo a nuestro funeral; podemos ver que están reunidos nuestra familia,  amigos y algunos compañeros de trabajo para despedirse de nosotros; durante la ceremonia hablarán varias personas, nuestros hijos, nuestra esposa, algunos de nuestros amigos y tal vez algún compañero del trabajo; imaginemos lo que cada uno de ellos va a decir de nosotros, como nos conocieron, como nos consideraban, como fue nuestra relación; ¿Qué es lo que diría cada uno de ellos; como se expresarían de nosotros?

¿Nos gusta lo que visualizamos, nos sentiríamos satisfechos, que cambiaríamos?; vamos a intentarlo, aún tenemos la oportunidad de hacerlo mejor.

Todos tenemos la oportunidad de ser líderes en alguna actividad de nuestra vida, vamos a poner todo nuestro esfuerzo y empeño en desarrollar y utilizar nuestras habilidades para construir un mundo mejor en beneficio de todos; si eres estudiante trata no solo de ser mejor, sino de ayudar a tantos compañeros como puedas; si eres político, trabaja en beneficio de la gente y no del tuyo; si eres directivo en alguna empresa, defiende los derechos de la mayoría, no solo los de los accionistas, si eres policía, realmente cuida el orden y protege a las personas; si tienes una empresa, reparte las utilidades en 4 partes iguales, una para los dueños, una para el negocio, una para los clientes y una para los empleados; de esta forma lograremos un mundo más justo.

Que diferente sería nuestra vida si tuviéramos bien definida nuestra misión y con ella en la mente nos desempeñáramos en nuestras actividades diarias para hacerla realidad.


La siguiente liga contiene un relato sobre la Misión de Vida:
http://rbb-desarrollo.blogspot.com/2013/11/mision-reencarnacion.html

viernes, 11 de octubre de 2013

Manual para lograr el éxito-XII Pide y Recibirás


Pide y Recibirás

La reflexión de una persona en los últimos años de su vida:
Le pedí a la vida un centavo, y eso fue lo que me dio, porque la vida es buena, y siempre te da lo que le pides. Trabajé por un salario de miseria, y ahora, al final de mis años, descubro que cualquier precio que le hubiera pedido, la vida me lo hubiera pagado de buen grado (adaptado de un poema anónimo).

¡Ten más cuidado con tus pensamientos y deseos, porque estos se convertirán en realidad!

Pide y recibirás. Existe una gran esperanza en estas palabras, pues implican la posibilidad de recibir lo que solicitamos; ¿será esto verdad, que con solo pedir recibiremos?; si hacemos caso a nuestra experiencia puede ser que no confiemos mucho en ellas, pues no podemos olvidar las numerosas ocasiones en que, a pesar de poner nuestro mejor esfuerzo, no hemos recibido nada de lo que esperábamos; otras veces inclusive, recibimos cosas y situaciones que aparentemente nunca pedimos, y que de pronto ahí están, salen de la nada; nos llegan deudas, problemas, enfermedades, desilusiones; y sin embargo, todo lo que llegamos a recibir es porque de alguna forma lo hemos pedido; durante nuestra vida estamos pidiendo en todo momento, aunque no lo notemos, lo hacemos a través de nuestros pensamientos, actitudes, y palabras; el mismo hecho de no pedir, por cualquier razón válida o no, es en sí mismo una petición, una petición de que no confiamos en recibir algo y por eso no lo pedimos. Actualmente se habla mucho de la ley de la atracción, del poder creador que tienen los pensamientos en nuestra vida. La mente es una herramienta muy poderosa para obtener lo que deseamos, ya sea de manera consciente o subconsciente, así ha funcionado siempre. Tal vez lo único que necesitamos, para obtener lo que deseamos, es dominar nuestros pensamientos y, a través de la concentración, tratar de mantenerlos fijos en nuestra mente.

Cada uno de nosotros somos los únicos responsables de lo que recibimos en la vida; ¿que podríamos pensar que le está pidiendo a la vida una persona que toma, fuma, se desvela, no hace ejercicio, no se alimenta de manera adecuada, tiene una actitud negativa ante la vida, siempre se está quejando de todo, no se lleva bien con las personas, no se preocupa por su desarrollo personal y no tiene cuidado al realizar su trabajo?; esta persona, aun sin hacerlo de manera voluntaria y consciente, está casi exigiéndole a la vida tener solo problemas, y al final eso es exactamente lo que recibe, con el tiempo es casi seguro que pueda perder su trabajo, llenarse de deudas, sufrir el rechazo y abandono de quienes le rodean y tener serios problemas de salud.

Vamos a hacernos sinceramente algunas preguntas; ¿estamos conformes con lo que hemos recibido de la vida hasta ahora?, ¿queremos lograr un cambio positivo en nuestra vida?, ¿queremos un mejor futuro para nuestra familia?, ¿deseamos tener mayor éxito personal y profesional?

Y la pregunta más importante, ¿le estamos pidiendo a la vida todo esto de la manera correcta para que nos sea concedido?

Si no hemos recibido lo que deseamos, quizá es el momento para empezar a pedir de la manera correcta. Reconociendo que todo lo que recibimos, por bueno o malo que parezca, nosotros somos los únicos responsables.

Pero; ¿qué significa pedir y porqué la mayoría de las ocasiones nos cuesta trabajo hacerlo?, ¿cuál es la manera correcta de pedir para recibir algo?

La necesidad de pedir aparece cuando deseamos algo que nos falta y que por nuestros propios esfuerzos sería difícil de lograr; un buen trabajo, un mejor sueldo, buena salud, un mejor lugar para vivir; la atención de nuestra pareja, la comprensión y apoyo de nuestra familia, un mejor futuro y seguridad para nuestros hijos, etc., es entonces cuando pensamos en pedir.

Muchas veces no pedimos por orgullo, porque nos haría sentir débiles ante los demás; ¿pedir yo?, ni pensarlo, no necesito ayuda, el que pide ayuda es débil o no puede, no quiero deberle favores a nadie.

Otras veces no pedimos por miedo al rechazo; ¿y qué hago si me dicen que no?, no quiero dar molestias, seguro me van a decir que no.

En ocasiones por una baja autoestima; no creo merecerlo, mejor que quedo como estoy, no vale la pena intentarlo, me da vergüenza pedir, no tengo los méritos suficientes; sería demasiado para mí.

Reflexionemos un poco; somos seres humanos; no podemos con todo; tenemos limitaciones; somos capaces de hacer algunas cosas y otras no. Vivimos en un mundo de interdependencia, donde todos dependemos de todos, donde los resultados logrados se consiguen mediante una combinación de esfuerzos propios y esfuerzos de los demás.

¿Qué pasa si no pedimos?; pues que perdemos oportunidades y no obtenemos lo que deseamos; solo conseguimos lo que podemos hasta el límite de nuestras capacidades; además, la gente nos percibe como soberbios y arrogantes, en el trabajo vivimos sobrecargados de actividades, no tenemos con quién compartir ideas, no logramos conseguir los recursos necesarios ni abrir caminos hacia el éxito personal ni profesional; no construimos relaciones que puedan ayudarnos; y el resultado final es que difícilmente lograremos lo que deseamos

El principal problema es que la mayoría de las veces pedimos de manera incorrecta y cuando no recibimos lo que esperamos nos sentimos defraudados; veamos algunos ejemplos:

Si decimos algo como, “que calor hace”, pensamos que la persona a quien se lo decimos tiene que interpretar que lo que queremos decir es, “enciende el ventilador o enciende el aire acondicionado”; no somos específicos al expresar lo que deseamos y al final el resultado es que no recibimos lo que esperamos

En ocasiones no pedimos; ordenamos y exigimos y esto trae como consecuencia un rechazo casi inmediato a nuestra petición, ¿resultado?, no obtenemos lo que queremos.

La mayoría de las veces pedimos sin haber creado las condiciones necesarias para que nuestra petición sea escuchada y aceptada, es decir que queremos recibir sin dar nada a cambio, con un mínimo de esfuerzo.

¿Cómo pedir correctamente?

Primero hay que crear las condiciones necesarias para que nuestra petición sea escuchada y aceptada; tener bien claro que vamos a dar a cambio a la persona que aceptará nuestra petición, cual es la ventaja para ella, porque le interesaría darnos lo que solicitamos.

Si solicitamos un aumento de sueldo, o un mejor puesto en el trabajo, la mejor forma de crear estas condiciones sería llegando siempre a tiempo, haciendo un trabajo perfecto, aportando nuevas ideas para mejorar los procesos, manteniendo una actitud positiva, apoyando a otros a resolver sus problemas de trabajo, observando lo que necesitan los demás, especialmente tu jefe; el hacer esto no garantiza que recibirás lo que pides, pero si garantiza que no habrá ningún pretexto relacionado con tu actitud y trabajo para negarlo.

En la familia, cuando pedimos algo a nuestros padres o hermanos, como un permiso para una fiesta, que nos presten el auto, o que confíen más en nosotros, la mejor forma de crear las condiciones adecuadas es haciendo lo que nos piden, estudiar, mantener nuestra habitación en orden, no llegar tarde, practicar algún deporte, no tomar, no fumar, manejar con cuidado, pero normalmente hacemos lo contrario y luego nos molestamos porque no obtenemos lo que pedimos.

Pedir de buena manera, sin exigir ni ordenar, cuando conocimos a nuestra pareja y decidimos pedirle que se casara con nosotros, primero tuvimos que conocerla, saber sus gustos, tratar de agradarle, mostrar lo mejor de nosotros, nos tomó tiempo, atenciones, conversaciones, regalos, presentarnos como el mejor candidato; inclusive llegamos a cambiar nuestra forma de comportarnos con tal de agradarle y lograr su aceptación; hay que poner una dedicación parecida cuando vamos a pedir algo.

Sentir que merecemos recibir lo que pedimos, sin esta convicción no vamos a tener la fuerza para pedirlo con claridad y seguridad, creer de corazón que merecemos lo que pedimos y confiar en que lo podemos recibir, y para que esto suceda es necesario crear antes las condiciones necesarias para recibir lo que pedimos; de esta manera la confianza en que recibiremos lo que deseamos tiene como respaldo las acciones realizadas anteriormente a través de nuestras actitudes, pensamientos y palabras.

Aceptar negativas, entender que aun cumpliendo con todo lo anterior puede haber una negativa y que esto no significa que no merecemos lo que pedimos, ni que debamos sentirnos desanimados por ello. Pedir implica que existe la posibilidad de un no y aun entonces se tiene la oportunidad de entrar en una negociación.


En resumen, para poder recibir, antes, hay que dar




¡Vamos a pedirle a la vida, de manera correcta, que nos conceda lo que deseamos, vamos creando las condiciones necesarias para recibirlo a través de nuestros pensamientos, palabras y acciones!