Un mundo mejor
“El Reino de los Cielos es semejante a un tesoro escondido en un
campo, si un hombre lo descubre, lo tapa y, feliz de haberlo encontrado, va,
vende todo lo que tiene y compra ese campo”
Evangelio de San Mateo
Entonces, tal vez el Reino de los Cielos debe ser algo mucho
más importante que solo lograr los objetivos personales que nos proponemos a lo
largo de la vida.
El Reino de los Cielos no es un lugar físico, representado
por alguna iglesia en particular; tampoco es algo fuera de este mundo, ni algo
que esté por llegar; como lo anuncian los profetas de algunas religiones; el reino
de los cielos es un mundo casi perfecto, y la posibilidad de encontrarlo está dentro
de cada uno de nosotros, es una forma de vida, una manera de ser; es un proceso
constante de búsqueda del conocimiento, del aprendizaje y desarrollo de nuevas
habilidades y de superación, tanto personal como de aquellos que nos rodean; es
el trabajo realizado día a día para la creación de un mundo mejor del que hemos
recibido, un mundo donde no existan la desigualdad, la injusticia ni la
pobreza.
"Busquen primero el Reino y todo lo bueno que este supone, y
todas esas cosas las recibirán por añadidura”
Evangelio de San Mateo
Al realizar nuestra búsqueda personal y constante de este
mundo perfecto, estamos cumpliendo con la responsabilidad que como seres
humanos adquirimos en el momento de nuestro nacimiento, si, genéticamente
hablando, representamos lo mejor de nuestra especie, debemos hacer todo lo posible para liberar e incrementar el potencial con
el que nacimos; si somos la combinación de las mejores
características de incontables generaciones de ancestros, no debemos permitir que estas capacidades se
duerman en nuestro interior, debemos mejorarlas y utilizarlas sin miedo
y sin restricciones para beneficio nuestro y de quienes nos
rodean; ahí está la verdadera riqueza; ahí está realmente el
Reino de los Cielos; en construir un mundo mejor para todos los que
vivimos en el.
La posibilidad de construir un mundo mejor siempre ha
estado entre nosotros; se va haciendo realidad para aquellos que creen en el, y
que poco a poco, en su corazón y en su conciencia, a través de sus palabras y
sus actos lo van construyendo día a día.
Los invito a poner todo nuestro esfuerzo y empeño en
desarrollar y utilizar nuestras habilidades para construir un mundo mejor en
beneficio de todos, con la misma alegría y dedicación como lo haríamos si hubiéramos
encontrado realmente un tesoro; si eres estudiante trata no solo de ser el
mejor, sino de influenciar positivamente y ayudar a tantos compañeros como
puedas; si eres político, trabaja en beneficio de la gente y no busques solo tu
beneficio personal; si eres directivo en alguna empresa, defiende también los intereses
de tus empleados de tus clientes y proveedores, no solo los de los accionistas,
si eres policía, realmente cuida el orden y protege a las personas sin abusar
de tu autoridad; si tienes una empresa, reparte los beneficios en partes
iguales, una para los dueños, una para el negocio, una para los clientes y una
para los empleados; si tienes facilidad para adquirir conocimientos,
compártelos con tantas personas como te sea posible; si tienes la capacidad
para liderar a otros, trata de influir en ellos para impulsarlos a lograr cosas
positivas; de esta forma lograremos un mundo más justo y estaremos haciendo
realidad el Reino de los Cielos.
¡Despierta, libera tu potencial,
trabaja en tu mente…!
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