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jueves, 5 de marzo de 2020

Cómo cambiar tu personalidad


Cómo cambiar tu personalidad

¿Qué me hace ser como soy, como y cuando se formó mi personalidad, es posible modificarla? 

Todos podemos cambiar nuestra personalidad.
Todos podemos cambiar algún aspecto de nuestra personalidad, pero, ¿por qué debería cambiarla, cómo puedo saber si necesito un cambio?; si yo me siento de lo más normal.
La necesidad de un cambio es algo difícil de determinar, pues por más que las personas cercanas a nosotros nos digan que no estamos bien, que necesitamos modificar algo, sentimos que están exagerando y que, como todos,  tenemos algunas áreas de oportunidad, pero no estamos tan mal como ellos piensan, aunque también deberíamos aceptar que posiblemente tengan algo de razón, y probablemente si necesitamos un cambio; pero, para ser objetivos, y no basarnos solo en opiniones, podemos evaluar los resultados que hemos obtenido a lo largo de la vida, analizar si estamos inconformes con algún aspecto de nuestra conducta, si normalmente reaccionamos de manera negativa ante situaciones que están fuera de nuestro control, si tenemos conflictos con la mayoría de las personas con quienes tratamos, si constantemente estamos de malas, o deprimidos; si es así, y realmente queremos mejorarlo, lo siguiente es determinar que aspecto de un cambio.

La reconstrucción o modificación de la personalidad es algo muy serio e importante, muy pocas personas poseen una personalidad magnética y atrayente, la mayoría no nos distinguimos de los demás, no sobresalimos, somos normales. Ante las situaciones diarias de la vida, la personalidad nos hace actuar como somos, extrovertidos, introvertidos, neuróticos, preocupados, alegres, tristes, confiados; hay tantas personalidades como seres humanos hay en el mundo, cada uno de nosotros posee una serie de características que combinadas, nos hacen únicos y forman nuestra personalidad. La personalidad reside en la mente, si pudiéramos modificar las experiencias grabadas en ella podríamos modificar a voluntad nuestra conducta y personalidad.

Nuestra personalidad es lo que nos distingue de los demás, lo que la gente aprecia de nosotros, es un conjunto de factores, que combinados con el aspecto físico nos identifican como la persona que somos. 
Todos hemos conocido algunas de esas pocas personas con una personalidad que atrae; llaman la atención con su apariencia, su voz, o su manera de comportarse; alguien puede decir que tienen carisma; que son líderes naturales, que tienen suerte, o dinero, o que es por la posición que ocupan, pero lo cierto es que las experiencias, y las creencias grabadas en su mente les han permitido desarrollar ese tipo de personalidad; hacen las cosas con una pasión que atrae, no tienen miedo en actuar ni en mostrar sus emociones ante los demás, dan su máximo esfuerzo en cualquier situación, siempre utilizan todas sus habilidades y experiencia para desempeñarse de la mejor manera posible; le dan color a la vida.

La base de nuestra personalidad se forma principalmente durante 3 etapas de nuestra vida; durante la concepción, donde recibimos todas las características genéticas de nuestros padres; en la niñez, especialmente los primeros 5 años; donde el condicionamiento que recibimos por nuestra familia, amigos y maestros se va integrando a ella; y durante la adolescencia, en la que los cambios físicos, emocionales y hormonales influyen tanto en nuestro estado de ánimo como en la conformación definitiva de nuestra personalidad; al terminar la adolescencia los cambios son mínimos y van a depender en gran medida del impacto que pudieran tener las nuevas experiencias que enfrentemos en la vida.

Componentes de la personalidad
Físico, el aspecto que la gente que no te conoce aprecia a primera vista de ti; la conformación de tu cuerpo, el tono de tu voz, tu pelo, tus ojos, tu sonrisa, tu postura, tus expresiones corporales, tu salud física, la ropa y accesorios que utilizas.

Mental, el relacionados a la adquisición de cultura y conocimientos, la forma en que razonas y formas juicios lógicos, tu inteligencia, la creatividad que muestras encontrando soluciones a los problemas; tus creencias y tu forma de pensar

Emocional, la forma como controlas y expresas tus emociones, el entusiasmo, el amor, los rencores, las penas, las alegrías; el uso que puedes hacer ellas para motivarte y lograr tus objetivos, aún en situaciones difíciles.

Moral-Espiritual, tus valores y creencias, la claridad sobre tu propósito en la vida y la forma como utilizas tus capacidades para construir un mundo mejor.

Metas-Objetivos, son tus necesidades, tus intereses y deseos, representados en metas y objetivos bien claros que quieres alcanzar, la forma en que estos se vinculan con tu propósito de vida, las situaciones que te impulsan y te motivan en tus actividades diarias.

Social, son las habilidades que utilizas en tus relaciones diarias, el saludo, la forma de estrechar la mano, tu adaptabilidad, la tolerancia a las ideas de los demás, el respeto a sus derechos, los vínculos existentes con las personas con quienes te relacionas, la fuerza de estas relaciones, el interés que pones en ellas.

Si ya tenemos una personalidad desarrollada, ¿Cómo podemos modificarla y mejorarla?
Existen varios métodos para mejorarla; casi todos ellos se enfocan en modificar alguno de los aspectos que la integran, utilizando procesos como el Coaching, la PNL, la sugestión, y la visualización mental. Todos ellos tienen algo en común, trabajan sobre el aspecto mental; y se basan en el hecho de que nuestra mente no distingue entre una situación real de una imaginada en todos sus detalles.

El Coaching es la fase de análisis y evaluación, donde, a través de preguntas, la persona que desea modificar su personalidad, identifica aquellos aspectos que le impiden desarrollar su máximo potencial

En la siguiente fase, que corresponde a la modificación de aquellos aspectos identificados, se utilizan procesos de PNL, sugestión y visualización mental, para la aplicación de estos métodos, buscamos un lugar tranquilo, nos recostamos y relajamos nuestro cuerpo y mente; posteriormente imaginamos, con todo detalle, la conducta que deseamos adquirir; debemos visualizarnos como si ya la tuviéramos; actuando en nuestro ambiente normal y comportándonos de acuerdo al cambio que deseamos; esto empezará a grabar una nueva conducta en las redes neuronales de nuestro cerebro; la modificación en nuestra personalidad se notará después de 3 semanas de repetir este proceso. 

A partir de ese momento, ante cualquier situación que se nos presente, nuestra mente, de manera automática, acudirá a nuestros bancos de memoria donde ya se encuentra la información que hemos visualizado y almacenado previamente; la recupera y la utiliza para provocar una respuesta.






Debemos desarrollar el potencial con el que nacimos; no permitir que nuestras capacidades duerman, perfeccionarlas al máximo y utilizarlas para nuestro beneficio y el de los demás y así, construir un mundo mejor para todos.


¡Despierta... libera tu potencial!



miércoles, 11 de marzo de 2015

Profecía autocumplida


Logrando una actitud mental positiva

Tú decides como ver la vida
Si pensamos,  y confiamos en que podemos lograr algo, estamos en lo cierto, si creemos que no, ¡también!, esta situación es conocida como profecía auto-cumplida, o efecto Pigmalión y está íntimamente relacionada con la fe, el pensamiento positivo y la ley de la atracción; nuestras creencias y expectativas hacen realidad nuestros deseos, pero también pueden materializar nuestros miedos; la buena noticia es que pueden ser modificadas y utilizadas a nuestro favor para lograr nuestras metas y objetivos.
Podemos aprender cómo conseguirlo…, pero lo más importante es tener la fe suficiente; tener la firme convicción de que podemos lograrlo. ¿Cuántas veces nos hemos encontrado ante situaciones como las siguientes?:

“Todo me sale mal, sé que no voy a conseguir ese trabajo, es una empresa muy importante; lo voy a intentar, pero estoy seguro que me dirán que no”. “Necesito perder peso, pero no puedo, todos me dicen que me ejercite para mejorar mi forma física y mental, pero sé perfectamente que eso no funcionará conmigo porque ya lo he intentado varias veces sin ningún resultado”. “Nada funciona bien en mi vida, parece que todo y todos están en mi contra, debo una gran cantidad en mi tarjeta de crédito y no puedo conseguir el dinero para pagarlo”. Cada vez que nos encontramos pensando o diciendo alguna frase como las anteriores, podemos estar seguros de algo; si existía la más mínima oportunidad de que los resultados fueran favorables, lo más seguro es que, con esa actitud mental, tal oportunidad haya desaparecido; ¿por qué perder la fe en nosotros mismos; por qué no confiar en que dentro de nosotros tenemos lo necesario par lograr todo lo que nos propongamos? 

Si pensamos, nos expresamos y actuamos de esa forma tan negativa, sin fe en nuestras capacidades, podemos estar seguros de que no conseguiremos nada de lo que deseamos, a pesar de que exista una clara posibilidad de lograrlo; y la única persona que puede eliminar toda esa carga de negatividad y modificar los resultados no deseados de nuestra vida, somos nosotros mismos.

¿Cómo hacer para quitar la negatividad de nuestra vida?
Lo más importante que podemos hacer para conseguirlo, es comenzar a crear una tendencia de fe o de pensamiento positivo ante cada situación negativa que se nos presenta; primero debemos aceptar que lo que pensemos y esperemos, es lo que sucederá; nuestros pensamientos y creencias son muchísimo más importantes de lo que podemos llegar a creer, y es posible que, por sí solos, sean un factor determinante para el logro de nuestros objetivos.

Podemos observar y darnos cuenta que tener expectativas y pensamientos negativos sobre la vida en general, es algo muy grave, pues no se puede lograr casi nada sin tener ideas, pensamientos y expectativas favorables; cualquier cosa que deseamos lograr, desde un nuevo trabajo, hasta perder peso o ganar estabilidad financiera, dependerá mucho de nuestras convicciones para lograr el éxito y realizar esos sueños; nuestros pensamientos, positivos o negativos, tarde o temprano se convertirán en acciones. Desde el mismo momento en que creemos y pensamos si podremos hacer o no algo, tomaremos la acción de intentarlo o no, y si ni siquiera lo intentamos, será imposible que lo logremos, con lo cual se cumplirá la profecía auto-realizada.

El mundo y la vida actual no son justos, y los problemas que nos toca enfrentar no son nada fácil, los condicionamientos negativos y las malas experiencias que sufrimos nos moldean, nos roban la fe y nos hacen ver la vida de una forma incorrecta y no pocas personas terminamos viendo disminuida nuestra autoestima y perdiendo la confianza en nosotros mismos; cuando esto sucede, ya no creemos en nosotros mismos e incluso podemos experimentar la sensación de que no merecemos lograr ciertas cosas en la vida, de que no somos dignos de ellas, de que nos estamos hundiendo en un mar de problemas.

Lo primero que debemos hacer para romper esta forma de pensamiento, es justamente reconstruir nuestra fe y autoestima mediante la creencia en nosotros mismos; debemos creer en nuestras capacidades, en que internamente tenemos los recursos necesarios y que podemos lograr cualquier cosa que nos propongamos en la vida, con esto, muy probablemente generaremos la confianza suficiente como para intentar conseguirlo; esto nos ayudará a eliminar muchos de los pensamientos negativos, todo cambiará, y a medida que obtengamos algunos logros, tendremos más confianza para intentar otros mayores, y así sucesivamente; por eso, es necesario que, primero, generemos la suficiente confianza en nosotros mismos, y que hagamos hasta lo imposible por abandonar todos los pensamientos, creencias y acciones negativos que nos acompañan en la vida.

Pensemos positivamente, con la fe suficiente, sobre todo lo que deseamos hacer y vamos a obtener en la vida; desarrollemos una actitud de autoconfianza, una actitud en la que creamos que podremos conseguir cualquier cosa y, una vez que logremos esto, iniciemos acciones; iniciemos y mantengamos una tendencia de pensamiento positivo, y abandonemos toda la negatividad en la vida.

Otra cosa que podemos hacer e buscar rodearnos de gente con actitud positiva; nadie podrá animarnos a tener pensamientos positivos cuando las cosas salen un poco diferente a como esperábamos si todos los que están alrededor son negativos; no dejemos que las personas negativas nos contagien su estado de ánimo y su energía perjudicial.

Desarrollar y mantener una tendencia positiva de pensamiento no es algo que se da de un día para otro, se requiere algo de tiempo, pero una vez que nos decidamos a abandonar de una vez por todas los sentimientos perjudiciales en nuestra vida, y mantengamos una sana distancia con gente que no tenga más que pensamientos negativos, podremos lograr una transformación; nuestra personalidad sufrirá cambios positivos que nos llevarán a transformarnos en personas positivas, y empezaremos a lograr nuestros y sueños.

Cuando algo suceda en nuestra vida, sin importar lo que sea, no pensemos automáticamente en el lado negativo de tal situación, pensemos siempre en la parte positiva, practiquemos diariamente manteniendo pensamientos positivos y, eventualmente, estos se integrarán a nuestra forma de ser, se convertirán en una parte de nosotros.

Una vez que hayamos logrado eliminar la actitud mental negativa de nuestra vida, veremos cómo las cosas empiezan a cambiar, y como todo aquello que deseamos y merecemos, se hace realidad.


¡Cada uno de nosotros decide la forma de quiere ver la vida, de manera positiva, con fe en si mismo, llena de luz; o en tonos grises y obscuros, llena de negatividad y falta de confianza!

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viernes, 13 de febrero de 2015

Condicionamiento para el éxito

¿Estás conforme con lo que has obtenido de la vida hasta el día de hoy?


Los seres humanos (homo sapiens) hemos existido como tal por lo menos desde hace unos 250,000 años; esto significa la existencia de miles de generaciones antes de nosotros; generaciones que nos han heredado lo mejor de cada una de ellas; sus conocimientos y experiencias, sus éxitos, los problemas que enfrentaron para dominar y superar los diferentes obstáculos, los desafíos de la geografía y el clima; y nos heredaron también toda su creatividad aplicada para lograr sobrevivir y desarrollarse; para superar y domesticar a otras especies, para desarrollar la agricultura y la escritura, para dominar el fuego y crear las tecnologías necesarias para mejorar y hacer más fácil su existencia.
Podemos ver que, física y mentalmente hablando tenemos, en los genes de cada uno de nosotros, toda esta herencia; todas las capacidades que le han permitido a la especie humana alcanzar el nivel de desarrollo y civilización que tenemos actualmente; esto significa que ¡Estamos totalmente equipados para lograr el éxito!
Desde el momento de nuestro nacimiento, heredamos lo mejor de nuestros padres; y también recibimos la herencia de las  miles de generaciones de ancestros; ¡Estamos perfectamente equipados para lograr el éxito!
Genéticamente hablando, cada uno de nosotros representamos lo mejor y más evolucionado de nuestra especie; tenemos en nuestro interior toda la herencia genética recibida de las miles de generaciones que nos precedieron; no importa lo que nos diga nadie, no importa lo que nos hayan hecho creer, no importa lo que piensen los demás; no importa si estamos conscientes de ello o no; estamos totalmente equipados para el éxito; pero, de alguna forma toda esa capacidad genética, todo ese potencial que hemos heredado al nacer, ha sufrido un proceso de condicionamiento negativo que nos restringe y nos hace funcionar solo a un porcentaje mínimo de nuestra capacidad; este condicionamiento lo hemos recibido desde el momento en que nacimos; por nuestra familia, por nuestros amigos y, en muchas ocasiones, lo que es peor, por nosotros mismos.
Desde pequeños hemos sido condicionados por quienes nos rodean para comportarnos como lo hacemos; de acuerdo a lo que la sociedad considera como normal, bueno y aceptable; y esto se ha grabado con tanta fuerza en nuestra mente subconsciente, que se ha convertido en creencias, en costumbre, en hábitos y estos hábitos y creencias determinan en gran medida como va a ser nuestra conducta y cómo vamos a interpretar los hechos y a reaccionar ante las situaciones que se nos presentan en la vida diaria; y están tan enterrados en nuestro subconsciente, que los seguimos aceptando sin darnos cuenta, sin cuestionarlos y, en este gran proceso, a la vez, nosotros también condicionamos a otras personas, muchas veces de manera involuntaria, pensando en lo que creemos que es lo más conveniente para ellos.
Hemos aceptado este condicionamiento de manera inconsciente, necesitamos recapacitar, analizar y cuestionar cuáles de estas creencias nos limitan para utilizar al máximo toda la capacidad con la que hemos nacido; podríamos ser mucho más creativos y felices con un condicionamiento diferente, un condicionamiento que elimine estos frenos que nos bloquean y nos impiden avanzar en la vida con una mayor velocidad; sin estas creencias negativas que tenemos de nosotros mismos y de cómo son o deben ser las cosas.
El condicionamiento negativo limita nuestra creatividad y el logro de resultados
Así como hemos sido condicionados, muchas veces de manera negativa durante la infancia; cada uno de nosotros puede cambiar este condicionamiento en cualquier momento por uno más adecuado; uno que vaya de acuerdo a nuestros objetivos y necesidades, podemos, literalmente, reprogramar nuestra mente, nuestra forma de interpretar y reaccionar ante cualquier situación que se nos presente en la vida diaria; para hacerlo, primero hay que identificar aquellas creencias que nos limitan y nos impiden desarrollarnos al 100%; o identificar aquellas que nos impulsarán en nuestro desarrollo y logro de objetivos; después solo hay que seguir el mismo proceso a través del cual hemos sido condicionados para implantar en nuestro subconsciente las nuevas creencias; para esto podemos utilizar lo que se conoce como visualización mental, esto es imaginar nuevas experiencias en todos sus detalles hasta que llegan a formar parte de nosotros y se convierten en hábitos.
¿Cuáles son las creencias que me limitan? (físicas-mentales-sociales)
En la escuela, ¿Qué me impide ser el mejor?
En el trabajo,  ¿Qué necesito para desempeñarme al máximo?
Con mi familia y amigos, ¿Cuáles son las creencias que me limitan?

Para modificar las creencias limitantes, o implantar en el subconsciente una creencia positiva, podemos utilizar, además de la visualización, la autosugestión, el hipnotismo y la programación neurolingüística.

Mediante el condicionamiento podemos literalmente construir la personalidad que deseamos para lograr el éxito


 
¡Libera tu potencial…!

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viernes, 5 de septiembre de 2014

Mi Propósito de Vida


¿Cuál es mi propósito en la vida?

Parece una pregunta sencilla, aparentemente muy fácil de contestar, pero muchos de nosotros pasamos gran parte de la vida tratando de encontrar la respuesta; otros no llegamos a encontrarla nunca; y, por si fuera poco, nuestras condiciones de vida cambian constantemente, esto hace más complejo para la mayoría tener bien claro cuál es nuestro propósito en la vida, de esta forma, lo que considerábamos como lo más importante hace algunos años ha pasado a segundo plano y ahora lo más importante puede ser algo totalmente diferente; esto ocasiona que le dediquemos una gran cantidad de tiempo a cosas que no nos llevan a ningún lado, que tal vez llenan de actividades nuestros días, pero que, al mismo tiempo, nos ocasionan un sentimiento de vacío y de angustia, una sensación de frustración, de sentir que estamos desperdiciando la vida, nuestro tiempo y nuestras capacidades en algo que no nos satisface completamente; en ocasiones sentimos que por más que lo intentamos no avanzamos; es una sensación muy dentro de nosotros de que estamos dejando de hacer algo muy importante y no sabemos que es; es un sentimiento difícil de explicar, una sensación de pérdida, de falta de sentido, de tristeza... de algo o de alguien que no hemos logrado encontrar. Algunos buscamos este propósito de vida en la religión, otros lo hacemos en la ciencia y el estudio, en los deportes, la mayoría en la diversión y los amigos; pero, por más que lo intentamos, la sensación no desaparece; sigue ahí.

Solo para ejemplificar esto; vamos a imaginar al capitán de una nave espacial, entrando al puente de mando, se dirige a al piloto de la nave y le ordena Sr. X salgamos del puerto espacial; ¿hacia dónde nos dirigimos capitán?; -diríjase hacia cualquier lado, no importa el rumbo...; es fácil imaginar que con estas instrucciones la nave podría pasar años sin llegar a ningún lado; podría perderse en el espacio infinito, ser atraída por la gravedad de algún hoyo negro o de alguna estrella, o simplemente, los tripulantes podrían morir de hambre y sed; y en éste, como en cualquier viaje que iniciemos, siempre debe haber un destino y un tiempo de recorrido perfectamente definidos, de otra forma el viaje no tiene sentido, a menos de que el viaje en sí mismo sea el propósito.

Haciendo una analogía; la nave espacial somos cada uno de nosotros en nuestro viaje por la vida; el capitán de la nave es nuestra mente consciente; la que dirige a la nave, la que marca la dirección y el destino al que debemos llegar; establece los tiempos de recorrido, y da el rumbo hacia el cual dirigirnos; el piloto es nuestro subconsciente y la tripulación es nuestro cuerpo, con todos los recursos con que está equipado, es nuestro subconsciente; quién se encargará, además de buen funcionamiento de todos los sistemas en la nave, de ejecutar las instrucciones recibidas y de llevarnos al lugar indicado; y el espacio es el periodo de tiempo que dura nuestra vida; por lo tanto debemos ser conscientes de hacia dónde queremos ir, de lo que queremos lograr en la vida, del tiempo que vamos a dedicar a ello y de los recursos necesarios para lograrlo.
Si no somos conscientes de cuál es nuestro propósito en la vida, podemos desperdiciar una gran cantidad de tiempo y esfuerzos; podemos vagar durante años, perdidos, ocupados en la búsqueda de una gran cantidad de objetivos, de intereses y actividades; llegar a una edad determinada y darnos cuenta de que nos faltó hacer algo, de que toda la actividad que realizamos no nos llevó a lograr nada; o de que lo que logramos no nos satisface ni nos hace felices.

¿Cómo defino mi propósito o misión en la vida? 

En la publicación sobre metas y objetivos se habla de lo importante que es tener un sueño, un propósito que le de dirección a nuestra vida, que nos enfoque y nos señale el camino; y para ayudarnos a definir este sueño, primero tenemos que analizar los siguientes aspectos:

¿Qué es lo más importante para nosotros?


Que hacemos y que nos gusta tanto que lo haríamos sin recibir nada a cambio; que podemos hacerlo durante horas y horas sin sentir cansancio alguno y sin darnos cuenta de como pasa el tiempo; algo que afecta nuestras pensamientos y sentimientos, que nos da la energía necesaria, no importa lo que sea, está ahí, en nuestro interior, solo tenemos que buscar un poco y encontrarlo.

¿Por qué es importante tener bien claro nuestro propósito de vida?


Porque nos dará la fuerza y la motivación suficientes para persistir en su búsqueda. Nuestro propósito o misión de vida nos señala el camino a seguir, nos enfoca en lo que debemos hacer, y mientras no lo identifiquemos no tendremos claridad sobre que recursos o habilidades debemos desarrollar antes para poder lograrlo; tampoco sabremos si avanzamos en la dirección correcta o no; nos permite desarrollar nuevas habilidades para explotar al máximo nuestro potencial y lograr alcanzarlo; si tenemos claro nuestro propósito sabemos que tendremos que renunciar o posponer algunas cosas para lograrlo. No estaremos sentados esperando a ver que es lo que sucede, nosotros determinaremos las acciones necesarias para lograrlo y nosotros mismos haremos que tales cosas sucedan, tomaremos la iniciativa, seremos los actores principales, nos brindará independencia, pues en la determinación y búsqueda de nuestro sueño, las opiniones y decisiones de otras personas no nos llevarán de un lado a otro, nosotros estableceremos que hacer, el como y cuando tenemos que realizar lo que sea necesario.

¿Cómo nos damos cuenta si estamos en el camino correcto?

Existen señales que nos pueden guiar, solo tenemos que aprender a reconocerlas e interpretarlas; ¿generalmente nos sentimos contentos con lo que hemos logrado en la vida?, ¿estaríamos dispuestos a seguir haciendo lo que estamos haciendo por menos de lo que recibimos, o incluso sin recibir nada a cambio?; ¿sentimos que nuestro mundo es muy pequeño y rutinario?; ¿nos sentimos motivados a realizar nuestras actividades diarias o nos pesa levantarnos cada día y acudir a nuestro trabajo?; ¿estamos normalmente de buenas o nos quejamos constantemente de todo?; ¿nos enfermamos fácilmente?; estas son algunas señales que nos dicen si realmente estamos en el camino correcto o si debemos hacer algún cambio de manera inmediata.

¿Cuándo empezar? 

El mejor momento es ahora, no importa si tenemos 10, 30, o 40 años, tampoco importa lo que hicimos o dejamos de hacer, eso ya quedó en el pasado y no podemos remediarlo; lo que cuenta, lo realmente importante es lo que vamos a hacer a partir de hoy; ante nosotros tenemos todo un mundo de posibilidades para elegir, pero antes tenemos que determinar cuál es la ruta correcta, y para hacerlo, debemos tener una razón que nos guíe en cada elección tomada, que nos mantenga en la ruta deseada; y eso es lo que hará precisamente nuestro propósito de vida.

¿A pesar de todo se nos dificulta establecer nuestro propósito de vida?

Tal vez hemos confundido metas y objetivos con propósito de vida; el tener un auto nuevo, una mejor casa, una mejor educación, o un trabajo mejor pagado solo son objetivos, nuestro propósito de vida es algo más importante aún, y este propósito es compartido por todos los seres vivos que existen.

Hay un propósito de vida común a todo ser vivo; podemos, y debemos, tomar de manera natural este propósito como nuestro; este propósito es crear vida; todo ser vivo tiene como instrucción básica, en su ADN, la creación de vida, y hace todo lo posible por lograrlo; este debe ser el propósito central en nuestra vida, y todo lo demás son metas y objetivos que deben estar alineados con él; pero no se trata solamente de crear vida, sino de crear un tipo de vida en mejores condiciones que las que tenemos nosotros, un tipo de vida más resistente, más inteligente y evolucionada; con  todo lo que esto implica; y ¿Cuáles son las implicaciones?:

Si vamos a crear una vida en mejores condiciones, debemos cuidar nuestro cuerpo y mente para heredar lo mejor de nosotros; esto implica desde realizar una adecuada actividad física, hasta el cuidado de nuestra salud y alimentación; eliminar el consumo de cualquier alimento o substancia que afecte negativamente nuestro cuerpo y pueda dañar o modificar algún componente genético.

Mantener un programa de aprendizaje continuo y desarrollar nuevas habilidades; en nuestra mente tenemos los recursos necesarios para lograr cualquier cosa que nos propongamos, solo es cuestión de despertar, de romper el condicionamiento intelectual que la misma cultura, la época y la sociedad nos están provocando a través de los medios de comunicación.

Si ya tenemos cubierto el aspecto físico-mental; si las características físico-mentales que podemos heredar a nuestros hijos son las mejores; lo siguiente es hacer todo lo posible, mediante la actividad que mejor se adapte a nuestras necesidades, para que nuestro nivel de vida sea tal que le permita a cada integrante de nuestra familia un desarrollo adecuado, un espacio agradable y seguro donde vivir, un lugar en el que puedan estudiar, aprender, desarrollar sus habilidades y contribuir a su propio desarrollo y el de los demás.



 Si logramos esto, habremos cumplido con el propósito para el cual fuimos creados como seres vivos, si no lo hemos realizado...; solo imaginemos los años de evolución y desarrollo, de mejoras genéticas, de esfuerzos por sobrevivir, de experiencias y adaptación al medio ambiente de incontables generaciones de ancestros; todo esto tiene un propósito y no podemos dejarlo a un lado. Existe, similar a este, un propósito común para todos los seres humanos como grupo, pero esa es otra historia.
 



¡Libera tu potencial…!

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miércoles, 25 de junio de 2014

¿Estamos preparados para el Exito?

Emociones y Condicionamiento
El hombre actual (homo sapiens) ha existido como tal por lo menos hace unos 250,000 años; esto significa aproximadamente unas 12,500 generaciones antes de nosotros; generaciones que nos han heredado lo mejor de cada una de ellas; sus conocimientos, experiencias y emociones, sus éxitos para dominar y superar los obstáculos de la geografía y el clima; y toda su creatividad aplicada para lograr sobrevivir y desarrollarse; para superar y domesticar a otras especies, para desarrollar la agricultura, la escritura, para dominar el fuego y crear la tecnología necesaria para mejorar su existencia.

De esta forma podemos ver que, física y mentalmente hablando tenemos, en los genes de cada uno de nosotros, toda esta memoria genética; todas las capacidades que le han permitido a la especie humana alcanzar el nivel de desarrollo y civilización que tenemos actualmente. ¡Estamos equipados para lograr el éxito!

Esto es muy cierto; en el momento de nuestro nacimiento, heredamos lo mejor de nuestros padres y de todos nuestros ancestros; ¡Estamos perfectamente equipados para lograr el éxito!. Genéticamente hablando, representamos lo mejor de nuestra especie; la herencia recibida de miles de generaciones que nos precedieron; no importa lo que nos diga nadie, no importa lo que nos hayan hecho creer, no importa lo que piensen los demás; estamos totalmente equipados para lograr el éxito; pero, de alguna forma toda esa capacidad genética, todo ese potencial que hemos heredado al nacer, ha sufrido un proceso de condicionamiento mental y emocional negativo para funcionar solo en un porcentaje mínimo; este condicionamiento lo hemos recibido desde el momento mismo en que nacimos; por nuestra familia, por nuestros amigos y, en muchas ocasiones, lo que es peor, por nosotros mismos.

Desde que nacimos hemos sido condicionados mental y emocionalmente por quienes nos rodean para comportarnos como lo hacemos; de acuerdo a lo que la sociedad considera como normal, bueno y aceptable; y esto se ha grabado con tanta fuerza en nuestro subconsciente, que se ha convertido en costumbre, en hábitos y estos hábitos determinan en gran medida como va a ser nuestra conducta y como vamos a interpretar los hechos y a reaccionar física, mental y emocionalmente ante las situaciones que se nos presentan en la vida diaria; y están tan dentro de nosotros, en nuestro subconsciente, que lo seguimos aceptando como cierto sin darnos cuenta, y, en este gran proceso, a la vez, nosotros también condicionamos a otros, muchas veces de manera involuntaria, generalmente pensando en que lo que creemos es lo más conveniente, para las personas que nos rodean.


Hemos aceptado este condicionamiento de manera inconsciente, necesitamos reflexionar, analizar cuáles de estas creencias y emociones nos limitan para utilizar al máximo toda la capacidad con la que hemos sido equipados; podríamos ser mucho más creativos y felices con un condicionamiento diferente, sin estos frenos que nos bloquean y nos impiden avanzar en la vida con una mayor velocidad; sin estas creencias negativas que tenemos de nosotros mismos y de como son o deben ser las cosas.





El condicionamiento negativo limita nuestra creatividad y el logro de resultados

Podemos utilizar el siguiente cuadro para reflexionar sobre cuales creencias nos limitan y funcionan como un freno en cada uno de nosotros y, una vez identificadas, buscar la manera de modificarlas o eliminarlas y liberar así un poco más del potencial que recibimos al nacer.

Las creencias y emociones que me limitan (físicas-mentales-sociales)
Niñez



Adolescencia



Adultez



Escuela



Trabajo




Afortunadamente cada uno de nosotros puede cambiar este condicionamiento por uno más adecuado; uno que vaya de acuerdo a nuestros objetivos y necesidades, podemos, literalmente, reprogramar nuestra mente y emociones, nuestra forma de interpretar y reaccionar ante cualquier situación que se nos presente en la vida diaria; para hacerlo, primero hay que identificar aquellas creencias y emociones que nos limitan y nos impiden desarrollarnos al 100% con la ayuda del cuadro anterior; también podemos identificar aquellas que normalmente nos dan buenos resultados y que nos impulsarán en nuestro desarrollo y logro de objetivos; después solo hay que seguir el mismo proceso a través del cual hemos sido condicionados para implantar en nuestro subconsciente las nuevas creencias; la repetición constante de las mismas hasta que nuestra mente termina por aceptarlas como ciertas y las incorpore a nuestras redes neuronales.


¡Libera tu potencial…!



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