viernes, 8 de agosto de 2014

Inhibidores de la creatividad (Creatividad lll)


Inhibidores de la creatividad


La resistencia al cambio la encontramos no solamente en las empresas, sino en cualquier ambiente en el que nos desarrollamos; en la escuela, en la familia, entre nuestros amigos; mientras realicemos lo que debemos hacer, nos comportemos como se espera; demos los resultados que se nos piden y no nos involucremos en cosas que no nos incumben, no hay problema; pero que no se nos ocurra tratar de modificar lo ya establecido, pensar y actuar diferente a la mayoría,  porque entonces empiezan los problemas; nos tratan de ridiculizar, nos aíslan o inclusive, se nos expulsa de tales ambientes.

En cuanto creatividad, dependiendo del ambiente del que hablemos pueden existir varios factores que inhiben la generación de ideas como son la falta de recursos financieros, la mala administración de los mismos; o la falta de incentivos adecuados; podemos contar con el mejor ambiente físico; muebles, colores y texturas agradables, los mejores planes institucionales que traten de promover y premiar la creatividad, dar a las personas la libertad y seguridad necesarias para proponer sus ideas, y pareciera que esto por si solo debería crear un ambiente en el que se generara una gran cantidad de ideas creativas;  pero aun así, los resultados obtenidos pueden ser nulos o negativos; ¿Porque?, porque la creatividad tiene que ver con las personas; con sus creencias, con su cultura, con su manera de comportarse; y desde este punto de vista, podemos considerar dos tipos de factores que inhiben la generación de ideas creativas, los externos que son aquellos que encontramos en el medio en que nos desenvolvemos y se refieren principalmente a las personas con quienes interactuamos; y los internos, los que tienen su base en nuestras creencias, cualquiera que estas sean, y se encuentran profundamente arraigados en nuestra mente.

Factores externos, es sencillo identificar estos ambientes que inhiben la creatividad; en un ambiente negativo podemos encontrar que la mayoría de las personas hacen todo lo posible por mantener el orden establecido; en una empresa, por ejemplo, los primeros en bloquear las iniciativas son normalmente los jefes directos. En los ambientes negativos no se aceptan los cambios; se lucha por mantener los viejos sistemas y se combate y se trata de expulsar a todo aquel que intenta modificar la estructura vigente. Si consideramos que el 85% de las personas con las que interactuamos rechazarán de inmediato cualquier idea que implique cambios a los sistemas establecidos, nos podemos dar una idea de la magnitud de este tipo de inhibidores. Por lo general, en estos casos cuando presentamos, proponemos, o comentamos alguna idea nos responderán con frases como: "Eso no se puede hacer", "Siempre se ha hecho de esta forma", "No hay porque cambiar", "¿Cómo crees, no inventes?", "No hay nada nuevo bajo el sol", "Si esto debiera ser de otra manera, alguien ya lo habría inventado", "¿Porque piensa que usted que se necesita un cambio así?", “Usted solamente haga su trabajo y punto", “¿Para qué le movemos?", “Mientras menos ruido hagas, mejor”; “Cuidado, X persona propuso una idea similar y ya no está en la empresa”; “¿De dónde sacas tiempo para este tipo de cosas?, me da la impresión de que no tienes suficiente trabajo”.

Otras veces las ideas son tomadas en cuenta, inclusive reconocidas como buenas; aunque solo es en apariencia pues enseguida se empiezan a mencionar toda clase de obstáculos y restricciones por las que no se pueden llevar a cabo; “La idea es buena, pero no tenemos presupuesto”, “Esto sería muy costoso y complicado de implementar”, “Ya se intentó una vez y no tuvo los resultados esperados”, “Estudiaremos la propuesta”, Vamos a integrar un grupo de trabajo para su análisis”; y con esto no se hace más que enviar la idea al archivo muerto o simplemente se desecha.

Los factores externos nos pueden afectar solo si lo permitimos; si somos personas creativas y hemos experimentado la satisfacción de ver algunas de ellas convertidas en realidad, ninguna opinión ni pretexto nos convencerá de que nuestras ideas son malas o que no tienen aplicación alguna; pero si insistimos en llevarlas a cabo debemos estar dispuestos y preparados a pagar el precio que esto puede acarrearnos; el aislamiento de las personas que nos rodean, familiares, amigos o compañeros de la escuela o trabajo; inclusive la posibilidad de ser expulsados de tal ambiente.

Factores internos, la forma más común y al mismo tiempo la más aberrante de todas es cuando la generación de ideas creativas es obstaculizada por nosotros mismos; ya de por sí es bastante preocupante que el 85% de las personas con quienes tratamos van a rechazar y obstaculizar cualquier idea que propongamos, sin importar los beneficios que esta pueda traer; como para que seamos nosotros mismos quienes acabemos con cualquier posibilidad que pudiera tener alguna idea creativa; cuando las dudas, actitudes y opiniones de otros nos influyen de tal manera que nos crean dudas y creencias negativas sobre nuestra capacidad para desarrollar ideas creativas, entonces si tenemos un verdadero problema; por lo general estas dudas se manifiestan a través de pensamientos tales como; "Yo no sé nada de esto", "¿Y si me equivoco?"; "No sabría cómo hacerlo", "Si así ha funcionado siempre, seguro es por algo", "¡Yo no nací para esto!", "Más vale malo por conocido que bueno por conocer", "¿Que van a decir de mí si esto no funciona?", "Ya tengo una posición y debo cuidarla", "Tengo mucho que perder y nada que ganar", "¿Para que moverle?, que tal si me despiden". Este tipo de pensamientos congelan cualquier posibilidad de generar ideas creativas y se refuerzan con nuestras debilidades y miedos, la mayoría de las veces el temor al fracaso es el resultado de momentos embarazosos que hemos vivido; volvemos a sentir la vergüenza de cuando enfrentamos desafíos para los que no teníamos respuesta alguna; pensamos en el terror que sentimos al hablar frente a un grupo de personas, en especial cuando estamos por iniciar una reunión donde intentamos presentar alguna propuesta.

Este tipo de factores, aparentemente son sencillos de superar pues dependen completamente de nosotros mismos, sin embargo, se encuentran escondidos en nuestro subconsciente; se alimentan del miedo y la vergüenza que experimentamos ante alguna situación negativa que hayamos sufrido en el pasado; la única forma de eliminarlos es mediante la fuerza de voluntad acompañada de una actitud mental positiva, y también por la experiencia positiva que acompaña el desarrollo y la implementación  exitosa de la misma idea; aunque el precio que debemos estar dispuestos a pagar es el mismo que el enfrentar los factores externos; el aislamiento de las personas que nos rodean, familiares, amigos o compañeros de la escuela o trabajo; inclusive la posibilidad de ser expulsados de tal ambiente.

Si aun así nos seguimos sintiendo inseguros, recordemos que una gran cantidad de inventos se han desarrollado por personas que no se consideraban “expertos” o “especialistas” en el campo correspondiente a su idea; esto podría explicarse porque generalmente el especialista se limita exclusivamente a los conocimientos de su campo, en los que es experto, desecha todo aquello que no está relacionado, alguien con conocimientos sobre otras áreas cuenta con el material necesario para combinar ideas de diferentes campos para buscar soluciones.

Otro factor interno muy importante es la Falta de cultura, esta es quizá, la razón principal por la que no se obtienen los resultados esperados, además de nuestras creencias, miedos y debilidades; en Nuestro país no se tiene el hábito de la lectura, y por lo tanto nuestra cultura se limita solamente a lo que hemos aprendido en la escuela o el trabajo; ¿cómo pretendemos sacar ideas creativas de una mente sin cultura e información; si en promedio leemos menos de un libro al año; no se pueden generar ideas innovadoras si antes no hay adquisición de conocimientos suficientes y variados, estos son la materia prima para elaborar nuevas ideas; si solo contamos con los conocimientos adquiridos a través de la escuela o en la experiencia laboral, nuestra creatividad será igual de limitada. El remedio para esto es simple, adquirir tantos conocimientos, en cantidad y variedad, como nos sea posible; mientras más mejor, y para esto la lectura es el mejor medio.

La creatividad tiene que ver con las personas; con sus creencias, con su cultura, con su manera de aprender y comportarse; la creatividad no se da por decreto y como ejemplo, los siguientes párrafos son enunciados reales sobre el tema de la creatividad de una empresa muy importante de nuestro país, la que, a pesar de los recursos invertidos, los programas y esfuerzos realizados, sigue sin tener los resultados esperados.
“Casi cualquier crisis puede solucionarse si tenemos un proceso continuo de innovación; una nueva forma de hacer las cosas, de entender los problemas, de resolverlos y de enfrentar las oportunidades que se nos presentan”
“Necesitamos ideas y procesos innovadores, que nos permita mejorar nuestros productos, costos, distribución y atención a los consumidores ya que eso es lo que nos transformará en mejores empresas; y esto solo será posible a través de la innovación y la creatividad”


Al final todos podemos generar ideas creativas, solo es cuestión de actitud y de alimentar a nuestra mente con información y conocimientos.


¡Libera tu potencial…!

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