viernes, 20 de septiembre de 2013

Manual para lograr el éxito-X Fuerza de Voluntad


Fuerza de voluntad

“Hay una fuerza más poderosa que el vapor, la electricidad y la energía atómica, es la fuerza de voluntad”.
Albert Einstein 

Fuerza de voluntad, la palabra voluntad significa poder, la capacidad de hacer las cosas de manera intencional y consciente; de dominar nuestros deseos y pensamientos; y nos guste o no, actuar de una manera determinada con la finalidad de lograr un objetivo.

Desafortunadamente, el principal obstáculo, para la mayoría de nosotros, al intentar lograr nuestros objetivos, somos nosotros mismos, tenemos más problemas por causas internas, entre ellas la falta de voluntad, que por causas externas; pareciera como si nosotros mismos fuéramos nuestro principal enemigo y estuviéramos obstaculizando constantemente nuestro camino hacia el objetivo deseado.

La fuerza de voluntad es un hábito fundamental para el ser humano, nos da la capacidad para llevar a cabo acciones que en ocasiones son contrarias a nuestros deseos e intereses. Sin la voluntad suficiente no se puede avanzar hasta lograr objetivos planeados y nos rendimos ante el obstáculo más pequeño.

Generalmente orientamos nuestros pensamientos y conducta hacia lo que nos parece la mejor opción, a lo que es más conveniente y que, sin tanto riesgo ni esfuerzo, nos proporciona el mayor placer o los mayores beneficios; desde la diversión con los amigos hasta la búsqueda de una mejor posición en el trabajo, incrementar nuestro patrimonio; o mejorar la situación social de nuestra familia.

Cuando se nos presentan situaciones donde debemos hacer una elección y para alguna de las opciones existe la motivación, el interés y el convencimiento suficientes sobre los beneficios que nos traerá, y además es tan sencilla de realizar que el esfuerzo, el riesgo o las dificultades que implican las actividades involucradas son mínimas; la fuerza de voluntad que debemos aplicar es casi inexistente, simplemente elegimos esa opción casi de manera automática, pues la facilidad de las actividades a realizar y los resultados esperados están en línea con nuestros intereses; como salir a pasear con nuestra pareja, ir de vacaciones a la playa, organizar una reunión con amigos, asistir al cine, o a alguna fiesta, etc.; podríamos decir que en este tipo de actividades no hay una aplicación real de nuestra fuerza de voluntad.

Pero cuando las actividades que debemos realizar no tienen motivación alguna, no nos gustan o inclusive nos desagradan, debido al esfuerzo, al riesgo, o a las dificultades que presentan, aunque el resultado final sea igual de benéfico, es cuando realmente necesitamos aplicar una gran fuerza de voluntad para realizar lo que debemos hacer, en el momento justo en que debemos hacerlo; como el realizar una tarea escolar a pesar del cansancio, estudiar una materia que no nos gusta, seguir un programa de ejercicio, dejar de fumar, controlar nuestro temperamento, terminar una relación sentimental, levantarnos temprano para llegar a tiempo al trabajo, adquirir el hábito de la lectura, etc. Todas estas situaciones representan un verdadero esfuerzo y es solo mediante la fuerza de voluntad, como se llega a la decisión de actuar de una manera determinada, en estas situaciones hacemos cada vez más fuerte nuestra fuerza de voluntad y es donde vamos adquiriendo el poder para dominar nuestros deseos y pensamientos y hacer las cosas que debemos hacer, de manera intencional y consciente para lograr nuestros objetivos.

Si no hacemos lo necesario por ejercitar y reforzar nuestra fuerza de voluntad no tendremos la capacidad suficiente para superar los obstáculos que se nos presentan en la vida y corremos el riesgo de actuar con base a las decisiones y la voluntad de otras personas.

Nuestras vidas podrían mejorar si tuviéramos más fuerza de voluntad; comeríamos de manera adecuada, haríamos ejercicio con regularidad, evitaríamos cualquier adicción, como el cigarro y el alcohol, ahorraríamos, no dejaríamos las cosas para después y en general alcanzaríamos todo tipo de metas. Una fuerza de voluntad débil es la principal responsable de nuestras decisiones equivocadas, por fortuna la fuerza de voluntad es algo que se puede mejorar con la práctica.


La fuerza de voluntad es una cuestión de hábitos; algo que se va desarrollando a través de su aplicación y práctica diaria, y tiene mucho que ver con el tipo de pensamientos que dominan nuestra mente, si normalmente nuestros pensamientos son afirmaciones tales como “quiero, pero no puedo; siempre empiezo con muchas ganas, pero con el tiempo no entiendo que me pasa que ya no avanzo”, “de que me sirve hacer mi mayor esfuerzo si al final no lo voy a conseguir”, “no tengo la disciplina ni la fuerza de voluntad necesarias para lograrlo”; entonces, lo único que hacemos es reforzar la creencia de que nos falta la voluntad suficiente para lograr lo que nos proponemos; y al final, obtenemos aquello en lo que creemos, no tener la suficiente fuerza de voluntad.

¿Cómo hacer, para cambiar esto?
Casi cualquier situación de la vida es una oportunidad para ejercitar nuestra fuerza de voluntad, los obstáculos son un medio para el aprendizaje, una vida libre de situaciones en las que debemos elegir reduciría todas nuestras posibilidades de ser mejores a cero. Ante cualquier situación que se nos presenta donde implique realizar una elección o insistir en una actividad, debemos pensar detenidamente que es lo correcto, en lugar de que es lo que nos conviene o que es lo que deseamos, y entonces, simplemente hacerlo.

Hay varios consejos para ayudarnos en situaciones donde sentimos que nuestra fuerza de voluntad es débil.

1.    Modificar hábitos, en ocasiones basta con pequeños cambios en nuestros hábitos diarios, como ponernos el cinturón en sentido contrario al que lo hacemos normalmente, o utilizar la mano contraria para abrir la puerta, sostener la taza de café, lavarnos los dientes etc., para mejorar la fuerza de voluntad.

2.    Tensión muscular; la mente y el cuerpo están tan unidos que simplemente apretando los músculos, en una situación en que debemos utilizar la fuerza de voluntad, esta se puede activar.

3.    Distracción, si pensamos en otra cosa ante una tentación, nos costará menos trabajo controlarnos.

4.    Alimentación, cuando nos falta glucosa nuestra capacidad de autocontrol disminuye, se recomienda no eliminar ninguna comida para conservar la fuerza de voluntad necesaria para hacer ejercicio, dejar de fumar o estudiar.

5.    Recuerdos, en momentos de indecisión, es útil recordar a alguien por quien sentimos algo especial, de modo que su recuerdo nos ayude a sacar la fuerza de voluntad necesaria.

6.    Emociones, las emociones son un buen motor para poner en marcha la fuerza de voluntad, y se puede combinar perfectamente con el punto anterior; en una situación de indecisión, podemos recordar alguna situación que nos haya provocado coraje, o recordar alguna persona por quien sentimos algo especial, y el recuerdo de esta emoción nos ayudará a obtener la fuerza de voluntad que necesitamos.

Las situaciones anteriores son recursos que se utilizan cuando sentimos que nuestra fuerza de voluntad se debilita; para conseguir resultados más rápido, e integrarlos a nuestra conducta de manera permanente, podemos utilizar el método que hemos visto en las publicaciones anteriores; la visualización mental acompañada de afirmaciones positivas; este método se conoce también con los nombres de “Programación Neurolingüística”, “Visualización Creativa”, o “Autosugestión”.

Buscamos un lugar tranquilo donde permanecer sin ser molestado durante 30 minutos.
Creamos una imagen mental, lo más detallada posible, sobre una situación donde apliquemos nuestra fuerza de voluntad, como hacer ejercicio, leer un libro, dejar de fumar, etc., para lograr mayor detalle, debemos fijar la atención en los sonidos, olores, colores y textura de los objetos que hay en la situación que imaginamos, mientras mas detallada sea la visualización es mejor. Vamos a visualizarnos actuando y sintiendo como si ya tuviéramos las características que deseamos, esto es muy importante, el método da mejores resultados si combinamos los detalles imaginados con las emociones, como nos sentiríamos al aplicar nuestra fuerza de voluntad y obtener el resultado deseado.

Cerramos los ojos y acompañamos nuestro cuadro mental con las siguientes afirmaciones:
Me siento lleno de energía. Yo logro lo que me propongo. Siempre encuentro la solución a cualquier problema. Yo insisto siempre hasta lograr lo que quiero. Yo siempre sigo adelante. Yo siempre domino mis deseos. Todo es posible, Yo si puedo


Me imagino como sería yo si desarrollo la fuerza de voluntad suficiente para dominar mis miedos, mis deseos y pensamientos y hacer lo que debo hacer justo en el momento en que tengo que hacerlo; ¡¡¡nada podría detenerme!!!

¡Yo Puedo lograr todo lo que me proponga!






RBB-Coaching & Consultoría

rbusbed@gmail.com


viernes, 6 de septiembre de 2013

Manual para lograr el éxito-IX Actitud mental positiva

Actitud mental positiva

La visualización mental, además de ser la clave para cambiar nuestra autoimagen y nuestros hábitos, también nos ayuda a lograr nuestros objetivos

Si creemos que no podemos lograr algo, lo más probable es que no lo hagamos; esta situación se conoce como profecía auto-realizada. Los pensamientos negativos, se convierte en acciones negativas. Desde el momento en que pensamos que algo no se puede hacer de ningún modo, evitamos intentarlo, y si ni siquiera probamos, será imposible que logremos algo, con lo cual se cumplirá la profecía auto-realizada.; sin embargo, esto puede ser modificado logrando una actitud mental positiva; pero la actitud positiva es una cuestión de hábitos; y si los pensamientos que dominan nuestra mente normalmente son de negatividad, tales como “necesito perder peso, pero no puedo, todos me dicen que camine y ejercite para mejorar mi forma física y mental, pero sé que eso no funcionará conmigo”, “sé que no voy a conseguir ese trabajo”, “nada funciona en mi vida”, “necesito dinero y no tengo forma de conseguirlo”, “otra vez el rollo del pensamiento positivo, eso no da resultado”; entonces, difícilmente tendremos una actitud positiva hacia las situaciones que se nos presentan en la vida diaria; pensando de tal forma, podemos estar seguros de que no conseguiremos nada de lo que deseamos; y la única persona en el mundo que puede cambiar esto somos nosotros mismos.

Somos nosotros los que escogemos que actitud tomar ante lo que nos pasa, y esta es una elección continua que hacemos durante toda nuestra vida; una gran cantidad de adultos no tomamos la responsabilidad de nuestras actitudes; si algo sale mal y estamos molestos decimos “me levanté con el pie izquierdo”, “tengo mala suerte”, “me casé con la persona equivocada”, “me tienen mala voluntad”, “las promociones se las dan a sus amigos”, etc., siempre culpamos a otros por lo que pasa.

Tener pensamientos negativos sobre la vida en general, es algo muy grave por los efectos que puede tener sobre nosotros mismos y quienes nos rodean; y es muy  importante trabajar en corregirlo de inmediato puesto que no se puede lograr casi nada sin una forma positiva de pensar. Cualquier cosa que deseemos lograr, desde un nuevo trabajo, hasta perder peso o tener estabilidad financiera, dependerá mucho de nuestros pensamientos y convicciones para tener éxito y realizar nuestros sueños.

¿Cómo hacer, para eliminar la negatividad de nuestra vida?

El pensamiento es más importante de lo que se cree, y es determinante para el logro de nuestros objetivos. Para conseguir una actitud mental positiva, lo más importante es comenzar teniendo una tendencia de pensamiento positivo en cada situación adversa que se nos presente. Lo que pensemos, a la larga, es lo qué sucederá.

Frecuentemente tratamos de controlar cosas que no podemos; externas a nosotros, pero muy rara vez decidimos controlarnos a nosotros mismos; no podemos cambiar las situaciones negativas que suceden en el mundo, pero si podemos cambiar la manera en que pensamos.

Los problemas dan significado a la vida.

Antes que nada debemos modificar las nuestras creencias sobre el significado de los problemas. El único obstáculo que tiene que vencer un ave, para volar con mayor velocidad, es el aire; sin embargo, si el aire fuera eliminado, y solo existiera el vacío, el ave caería de inmediato imposibilitada totalmente para volar. Los mismos elementos que ofrecen la resistencia al vuelo son al mismo tiempo la condición necesaria para volar.

Casi en cualquier situación de la vida se puede aplicar el mismo principio; los obstáculos son condiciones para el aprendizaje y el éxito. Una vida libre de problemas y dificultades, reduciría todas nuestras posibilidades de ser mejores a cero. Si eliminamos los problemas la vida perderá su tensión creativa.

El pensamiento positivo es la manera cómo se piensa sobre un problema. El entusiasmo es la manera cómo nos sentimos respecto al problema. Los dos aspectos determinan lo que hacemos con el problema. Debemos trabajar constantemente en cambiar nuestras perspectivas e interpretaciones sobre lo que nos sucede, no en eliminar los problemas.

Una actitud mental positiva no siempre cambia nuestras circunstancias, pero siempre nos cambia a nosotros. Cuando podemos pensar correcta y positivamente en relación a situaciones difíciles, entonces nuestra visión de la vida es mucho mejor; las cosas se nos facilitan.

En el mundo actual no son pocas las personas que, debido a las situaciones que han enfrentado, terminan perdiendo la confianza y la autoestima en ellos mismos; incluso pueden estar tan desmotivados que llegan a experimentar la sensación de que no se merecen ciertas cosas. En estos casos, lo primero que debemos hacer para romper este círculo vicioso, es reconstruir nuestra autoestima mediante la modificación de las creencias que tenemos de nosotros mismos.

Si creemos que podemos lograr cualquier cosa que nos propongamos en la vida, muy posiblemente tendremos la confianza suficiente como para intentar conseguirlo y, a medida que vayamos obteniendo logros, tendremos más confianza para intentar otros mayores, y así sucesivamente.

La actitud positiva tiene que ver más con la mente que con lo que nos sucede; pensemos siempre positivamente sobre nosotros y todo lo que deseamos hacer y lo que vamos a obtener en la vida. Vamos a Desarrollar la firme creencia de que podemos conseguir cualquier cosa que intentemos, y una vez realizado esto, a conseguir nuestros objetivos.

En condiciones normales, toma algo de tiempo desarrollar y mantener una tendencia positiva de pensamiento. Esto no sucede de la noche a la mañana, nuestras creencias se forman con los resultados y la interpretación de las experiencias que vamos enfrentando en la vida; normalmente, primero tendríamos que tener éxito en lograr algunos de nuestros objetivos y esperar que al conseguir los resultados deseados, nuestra percepción de las cosas vaya modificándose poco a poco hasta llegar a ser completamente positiva; afortunadamente, como vimos la semana anterior, hay una forma para lograrlo más fácilmente y sin tener que esperar tanto tiempo, vamos a utilizar el mismo método que sirve para modificar nuestra autoimagen; la visualización mental.

Antes de iniciar con el método vamos a meditar sobre dos preguntas; la primera es, ¿con quién crees que prefieren tu pareja, familia o amigos, pasar el tiempo?

¿Con alguien que es pesimista, desconfiado, de mal humor, que siempre espera lo peor de cualquier situación, que no sabe qué hacer y se desespera ante los problemas?

¿Con alguien optimista, seguro de sí mismo, sociable, que siempre espera lo mejor de la vida, que sabe como enfrentar y encontrar la solución a un problema?

La segunda pregunta es ¿cómo te gustaría ser a tí?


Método para lograr una actitud mental positiva

Busquemos un lugar donde podamos permanecer sin ser molestado durante 30 minutos diarios.

Vamos a crear una imagen mental, lo más detallada posible, sobre una actitud positiva, para lograr mayor detalle, debemos fijar la atención en los sonidos, olores, colores y textura de los objetos que hay en el ambiente o situación que imaginamos. Vamos a visualizarnos actuando como si ya tuviéramos las características que deseamos.

Cerramos los ojos y ejercitamos nuestra imaginación con el cuadro mental siguiente:

Me siento bien, me veo bien, estoy lleno de energía, soy muy saludable, siempre veo lo bueno en cualquier situación, normalmente estoy de buen humor, sonrío constantemente, cuando inicio algo sé que me va a salir bien, siempre espero lo mejor de cualquier situación; cuando surge algún problema sé que voy a encontrar la solución, soy muy inteligente; me cae bien todo mundo, generalmente pienso cosas positivas de la gente, siempre logro lo que me propongo, la gente es lo más importante para mí, me gusta convivir con mi familia, mis amigos y mis compañeros de trabajo, me llevo bien con todo mundo, soy muy sociable, cada vez que tengo la oportunidad comparto mis conocimientos con la gente o les ayudo con sus problemas, siempre hablo bien de los demás, me gusta mi trabajo, siempre hago más de lo que se me pide, los problemas son una oportunidad para aprender.

Me imagino como sería yo, si ya tengo claro cuál es mi propósito en la vida, tengo bien definido y por escrito mi plan de metas y objetivos para lograrlo, y además puedo modificar mi autoimagen y conducta cuando quiera, y siempre veo lo positivo en todas las situaciones. ¡Puedo lograr todo lo que me proponga!


“Lo que está frente a nosotros y lo que está detrás de nosotros son sólo pequeñeces comparado con lo que hay dentro de nosotros”. Ralph Waldo Emerson