viernes, 10 de enero de 2014

Mente Condicionamiento y Sugestión (Como funciona la mente-VI)

Condicionamiento y Sugestión

¿Qué tan libres somos en nuestra forma de actuar y de pensar; nuestras ideas y creencias son solamente nuestras, son el resultado de un proceso de elección libre, o son el fruto de la influencia que hemos recibido de otras personas; que tan auténticos somos; como seríamos si hubiéramos nacido en otra época, en otro país, con otra cultura, con otras ideas, cuál sería nuestra religión, cuáles serían nuestras costumbres y nuestras creencias?

Si reflexionamos un poco, casi nada de lo que consideramos como ideas o creencias propias son algo que hayamos elegido por nosotros mismos con total libertad e independencia; desde nuestro nacimiento, hasta el día de hoy, hemos sido influenciados y, en algunos casos, condicionados por las personas que nos rodean para responder a determinados estímulos y esto se ha grabado tan fuerte en las redes neuronales de nuestra mente; en nuestro subconsciente, que se han convertido en hábitos y estos hábitos determinan en gran medida como va a ser nuestra conducta y como vamos a interpretar y a reaccionar ante las situaciones que se nos presentan en la vida diaria. En otras palabras, desde que nacimos hemos sido condicionados para ser como somos; tal vez se escuche hasta ofensivo, por el sentido que le damos a la palabra, pero hemos sido amaestrados sin darnos cuenta; y lo peor de todo es que estamos tan acostumbrados a ello que lo seguimos aceptando sin cuestionarlo, y a la vez, nosotros también lo hacemos con las personas que nos rodean.


Para efectos prácticos podríamos decir que hemos sido hipnotizados, pero poco a poco, mediante un proceso lento, un proceso que se inició cuando nacimos y que nos sigue siendo aplicado la mayor parte del tiempo, en ocasiones, por nosotros mismos.

Nunca han sido tan ciertas las palabras de que "quién no conoce cómo funciona su mente corre el riesgo de ser manipulado".



Nuestra mente funciona en dos modalidades, de manera consciente y subconsciente, la consciente recibe la información del medio ambiente, a través de nuestros diferentes sentidos, la razona, reflexiona, llega a conclusiones y termina por aceptar o rechazar lo que observa; integrando esta información a nuestras redes neuronales, y conformando lo que denominamos autoimagen, que es el concepto mental que tenemos de nosotros mismos y de cómo es y como funciona el mundo que nos rodea; estas redes neuronales en su mayoría son manejadas por la mente subconsciente, la cual, además de controlar todos los procesos automáticos de nuestro cuerpo, utiliza la información contenida en la autoimagen, e influye sin que nos demos cuenta, en nuestra conducta, modela nuestras respuestas emocionales, nos dice como sentir, como actuar, determina lo que somos capaces de lograr y lo que no, en resumen, la mente subconsciente es la principal responsable de nuestra conducta ante cualquier situación que se nos presenta en la vida y de lo que vamos a lograr. Cuando una creencia, real o imaginada, sobre nosotros, o sobre cómo y porqué actúan los demás, es aceptada y se integra a nuestras redes neuronales, en nuestra autoimagen, se convierte en una verdad para nosotros, y automáticamente empieza a influir sobre la forma en que nos comportamos y vemos las cosas.  
Desde la infancia recibimos una gran cantidad de condicionamientos que funcionan como cadenas a la hora en que nuestra mente debe encontrar soluciones a las situaciones diarias de la vida; nos dicen cosas como, “los niños no deben preguntar tanto”, y ya nos están condicionado a no buscar respuestas a nuestras preguntas, nos están matando la curiosidad; “los niños se portan seriecitos y no gritan”, y nos comienzan a convertir en personas serias e introvertidas; “debes obedecer a tus mayores”, y con esto nos  condicionan a seguir siempre normas y convencionalismos; “los hombres no lloran”, y difícilmente podemos expresar nuestras emociones; y otras tantas parecidas, cada una de estas frases, escuchadas constantemente y aceptadas como ciertas, se integran a nuestra autoimagen y forman en nuestras redes neuronales verdaderas autopistas de comportamiento que comienzan a condicionarnos para actuar como quieren los demás; van modificando nuestra conducta de tal modo que con el tiempo toda la curiosidad y alegría que teníamos de manera natural en nuestros primeros años se ha perdido casi por completo.

Después viene la etapa de la adolescencia donde el condicionamiento es todavía más intenso, “no te dejes ganar por nadie, debes de ser siempre el mejor, eres un campeón”, y esto no hace otra cosa que implantar el sentido de competencia en nosotros, el buscar a toda costa ser siempre el primero; “deberías agradecer los esfuerzos que hacemos por ti”, y ya nos están reforzando un sentido de culpabilidad; “si no consigues tener dinero y bienes, no vas a tener éxito en la vida”, y ya estamos buscando a toda costa tener bienes y dinero;   “debes estudiar para trabajar en una buena empresa”, y ya nos están condicionando a trabajar para otros; “nuestra religión es la única y verdadera, nuestras ideas son las correctas”, y ya nos están reforzando la intolerancia hacia ideas y creencias diferentes a las nuestras.

Después, durante nuestra vida profesional seguimos recibiendo ideas que nos van a condicionar, “si quieres progresar debes hacer lo que dice el jefe”, “a las personas que proponen ideas nuevas casi siempre las congelan”, “es mejor no hacer mucho ruido y tener el trabajo seguro”, “si quieres sobresalir debes ser de tal forma”.

También tenemos los constantes condicionamientos que nos envían las empresas, a través de los medios masivos de comunicación, con la finalidad de crearnos una necesidad de compra, “si quieres ser exitoso debes comprar este auto”, “las personas de éxito usan tal marca”, “las personas importantes comen en estos lugares”, “divertirse es tomar bebidas de esta marca y brincar como loco”. Todo esto nos induce a considerar que los bienes y las apariencias son lo más importante y no importa que tengamos que endeudarnos con tal de conseguirlo.

También se dan los condicionamientos positivos, cuando alguien nos dice constantemente, “eres muy inteligente”, “eres muy organizado”, “tienes una gran fuerza de voluntad”, “siempre encuentras una solución a los problemas”; estas ideas terminan por ser aceptadas y grabarse en nuestras redes neuronales pasando a formar parte de nuestra autoimagen, entonces empezamos a comportarnos de acuerdo con ellas.

Una vez que hemos sido condicionados, el mantenimiento a este sistema de creencias lo realizamos nosotros mismos; ante cada situación que se nos presenta, nuestra mente recibe la información a través de los sentidos, la analiza y acude a los datos grabados en nuestras redes neuronales, en nuestra autoimagen; esta información le dicta a nuestra mente como debemos sentir y reaccionar, y la respuesta se da de inmediato, de esta forma seguimos reforzando las creencias que ya tenemos grabadas en el subconsciente. Si estamos convencidos de que somos malos estudiantes, nuestra mente nos impide literalmente lograr buenos resultados en los exámenes; si pensamos que no tenemos la habilidad para expresarnos en público; a la hora de intentarlo nuestra mente nos pondrá todos los obstáculos posibles, de modo que se cumpla con la idea que tenemos grabada en nuestro subconsciente. Según algunos especialistas, la influencia del subconsciente llega incluso a afectarnos físicamente, haciéndonos más propensos a sufrir enfermedades; a finales del siglo 19 y principios del 20, un famoso sicólogo, Emile Coue, se dio cuenta que un gran número de enfermedades tenían su origen en la mente de las personas; entonces desarrolló y aplicó un método basado en la sugestión logrando curaciones de enfermedades físicas casi milagrosas entre sus pacientes.

Existe un método de sugestión rápida, que provoca resultados en el corto plazo, se llama hipnotismo; cuando somos sugestionados a través de la hipnosis, somos capaces de hacer cosas sorprendentes; pero esto funciona solo cuando estamos completamente convencidos de que las palabras del hipnotizador son verdaderas; es decir, cuando lo que nos plantea está de acuerdo con nuestro sistema de creencias, solo entonces comenzamos a comportarnos de una manera distinta, porque pensamos y creemos de diferente modo. La hipnosis siempre ha sido difícil de comprender, parece como si en ella hubiera alguna fuerza extraña. Pero el principio bajo el que opera es muy sencillo, es el mismo que el del condicionamiento; cuando se llega a convencer a la mente del sujeto de algo, se comporta de acuerdo con tal idea, por ejemplo, si se le convence que es insensible al dolor, este puede soportar las intervenciones quirúrgicas sin necesidad de anestesia.

Actuamos y sentimos no de acuerdo a como son las cosas realmente, sino de acuerdo como pensamos que son. Tenemos ciertas creencias con respecto a nosotros, a nuestro mundo y a la gente que nos rodea, y nos comportamos como si estas ideas fueran la verdad absoluta.

Supongamos, por ejemplo, que vamos caminando por el bosque y nos encontramos con una persona disfrazada con la piel de un oso; imaginamos y pensamos que realmente hay un oso en el bosque, la reacción del miedo se produce de manera automática; se genera en nosotros el deseo de huir; el subconsciente envía señales a los músculos del cuerpo haciéndolos más elásticos, de tal manera que podamos correr más de prisa; el ritmo del corazón se acelera; las glándulas correspondientes segregan adrenalina en nuestro sistema circulatorio; todas las funciones del cuerpo que no son necesarias para correr se detienen instantáneamente; el estómago deja de funcionar y toda la sangre disponible es enviada a los músculos que la van a necesitar; la respiración se hace mucho más rápida y la cantidad de oxígeno que se envía a los músculos se multiplica en unos segundos; y entonces salimos corriendo como si fuéramos los campeones olímpicos de los 100 metros, no sentimos los raspones que nos dejan las ramas ni las piedras del camino, toda esta reacción dura hasta que nos sentimos a salvo; cuando nos sentimos seguros nuestra mente envía las señales correspondientes al cuerpo y empieza a volver a la normalidad.

Este ejemplo, ilustra la forma en que funciona nuestra mente subconsciente frente a las ideas que consideramos como ciertas y la manera como influye y controla la forma en que reacciona nuestro cuerpo; sucede lo mismo con las ideas con las que ha sido sugestionada nuestra mente y que consideramos como verdaderas; aún sin darnos cuenta, están influyendo en nuestra conducta.

No importa cómo o cuando adquirimos las ideas o los condicionamientos que actualmente tenemos, puede ser que hayamos aceptado una idea generada por nosotros mismos, de nuestros maestros, de nuestros padres, de la publicidad en un anuncio, o de cualquier otra forma; una vez que nos hayamos convencido de que la idea es verdadera, y se grabe en nuestro subconsciente, empezará a tener efectos inmediatos sobre nuestra conducta.

Todo ser humano se halla sugestionado en una u otra forma, por ideas que aceptó de otros, o por ideas que se ha repetido constantemente a sí mismo y que le llegaron a convencer como verdaderas.

Con todo este condicionamiento que recibimos durante nuestra vida; ¿Qué tan libres nos sentimos respecto a nuestras ideas, a nuestros deseos, a nuestra forma de comportarnos; nos sentimos realmente libres o hemos sido condicionados?

Para cambiar, primero debemos modificar nuestras creencias, puse estas son increíblemente fuertes y marcan la mente tan profundamente que incluso la experiencia más notable no logra modificar nuestra conducta; nuestras creencias generan nuestra realidad, el subconsciente influye en la interpretación de lo observado.

Conociendo la forma en que funciona nuestra mente y como hemos sido condicionados, tenemos la oportunidad de cambiar esto a nuestro favor. Podemos utilizar el condicionamiento de manera positiva en la educación de nuestros hijos, podemos re-condicionar nuestra mente eliminando aquello que nos impide desempeñarnos al máximo, podemos utilizar el condicionamiento positivo para adquirir buenos hábitos y eliminar aquellos que no deseamos.

Cuando se inicia un programa de condicionamiento se debe tener cuidado con su aplicación, ya que el procedimiento funciona de la misma manera para condicionar a una persona tanto con aspectos positivos como negativos y estos quedarían incorporados en su personalidad tan pronto como el subconsciente los acepte como ciertos.

El condicionamiento a la personalidad de nuestros hijos se va a realizar lo queramos o no, no podemos impedir el contacto que tendrán con otras personas a lo largo de su vida, entonces, por lo menos vamos a tomar parte activa en el proceso de manera que el condicionamiento sea lo más positivo posible.

Si tenemos niños pequeños, vamos a condicionarlos positivamente reforzando la curiosidad, la alegría y la confianza que tienen de manera natural, así como algunas otras características que pudieran ayudar en el desarrollo de su personalidad.

Si nuestros hijos ya son adolescentes podemos también ayudar en su desarrollo condicionándolos para que adquieran hábitos como el gusto por el deporte, la curiosidad por el aprendizaje y la lectura, la disciplina, la fuerza de voluntad, la organización y sobre todo el interés por los demás.

Al aplicar un programa de condicionamiento a nuestros hijos, o a otras personas, debemos pedir el apoyo de quienes interactúan con ellos, tanto familiares como maestros, para que en la medida de lo posible, los reforzamientos y comentarios sobre su conducta estén en línea con el tipo de características que queremos desarrollar en su conducta; debemos también vigilar el tipo de influencia que tienen sus amigos y compañeros de la escuela para evitar que interfieran con el condicionamiento que estamos tratando de implantar en ellos.

En el caso de que el condicionamiento sea para nosotros mismos, podemos también empezar a modificar los hábitos que hemos adquirido a lo largo de los años, solo tenemos que definir cuales características deseamos incorporar en nuestra personalidad y empezar con un programa de autosugestión que nos llevará a modificar la información que tenemos grabada en nuestras redes neuronales y que conforma la autoimagen que tenemos de nosotros.

El condicionamiento que hemos recibido a través de los años se ha basado en la repetición de una opinión o idea sobre nosotros mismos hasta la aceptamos como verdad y esta llega a grabarse en nuestras redes neuronales; con un niño podemos utilizar el mismo método, reforzar una idea a través de la repetición hasta que se llega a grabar en su subconsciente, pero alguien mayor como un adolescente o un adulto que ya tienen bien establecida su personalidad, el método debe ser diferente, el método que puede dar resultados más rápidos es a través de la visualización mental.

Un programa de re-condicionamiento se realiza mejor cuando la mente consciente se encuentra en un nivel bajo de actividad; las frases y las imágenes mentales para implantar una nueva idea en nuestra subconsciente deben efectuarse cuando la persona está lo más relajada posible. El doctor Coue, aconsejaba realizar el proceso cuando la persona estaba dormida; pero aplicando un programa de relajación también se logra disminuir la atención de la mente y de esta forma el inconsciente recibe mejor el condicionamiento.

 El método de la sugestión practicado por Emile Coue, se basa en dos principios:

1.    Toda idea que implantamos en la mente, buena o no, cierta o no; tienen no solamente tendencia a realizarse, sino que incluso se convierten en algo real para nosotros. Es decir que si la idea es posible, terminará por realizarse.

2.    La principal facultad de la mente humana es la imaginación, cada vez que existe un conflicto entre la voluntad y la imaginación, esta última es la que predominará.

Método utilizado por Emile Coue para sanar enfermedades: 

Existe otro método para realizar un re-condicionamiento mental, este consiste en modificar nuestra autoimagen, si modificamos el concepto mental que tenemos de nosotros mismos, implantando una creencia, ya sea real o imaginada, sobre nosotros, o sobre cómo y porqué actúan los demás, esta se graba en nuestras redes neuronales, en nuestro subconsciente, y se convierte en una verdad; entonces de manera automática empieza a influir sobre la forma en que nos comportamos y vemos las cosas, como si realmente fuera verdad.

Método para modificar la autoimagen:



La construcción de un mundo mejor solo es posible liberando y utilizando nuestras capacidades para el beneficio común; y la mente es la principal de ellas; ¿aún lo dudas?



¡Libera tu potencial, trabaja en tu Mente!



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