viernes, 23 de agosto de 2013

Manual para lograr el éxito-VIII Desarrollo de habilidades-Autoimagen

 
La clave para cambiar nuestra personalidad

Autoimagen, en nuestra búsqueda por ser mejores y lograr nuestros objetivos, todos hemos sentido alguna vez la necesidad de cambiar algo en nuestra forma de comportarnos, de ser mejores, de tener una personalidad diferente a la que tenemos hoy, con la que veamos las cosas de manera positiva y que nos ayude a lograr lo que deseamos.

Nuestra personalidad ha sido construida poco a poco, a través de lo que hemos experimentado y aprendido desde nuestros primeros años de vida. Estas experiencias y, sobre todo, la interpretación que hacemos de ellas, van formando nuestro sistema personal de creencias que, reales o no, influyen sobre nuestra forma de ser, de ver el mundo, de sentir y de comportarnos; todas estas creencias están grabadas en nuestra mente y forman algo que se conoce como autoimagen; esta autoimagen es el concepto mental, y emocional que tenemos de nosotros mismos; de la clase de personas que somos y de lo que somos capaces de lograr, la mayoría de estas creencias se han formado sin que nos demos cuenta, de manera inconsciente, principalmente por el modo en que otras personas han reaccionado con respecto a nosotros, a lo que hacemos, o lo que decimos, especialmente en nuestra primera infancia; con todo esto hemos construido mentalmente este conjunto de creencias sobre nosotros, y sobre lo que debe de ser el mundo, nuestra autoimagen.

Cuando una nueva creencia, ya sea real o imaginada, sobre nosotros, o sobre cómo y porqué actúan los demás, entra en nuestra autoimagen, se convierte en una verdad, y automáticamente empieza actuar sobre la forma en que nos comportamos y vemos las cosas, como si realmente fuera verdad.

La importancia de esta autoimagen, que se va formando a través de las experiencias que se han vivido en el pasado, es que determina nuestra conducta y nuestra personalidad, y nos establece los límites de lo que somos o no somos capaces de hacer, y aunque potencialmente nuestras capacidades siguen ahí, en nuestro interior, son estas creencias lo que las mantiene bloqueadas, si logramos encontrar la manera de cambiar nuestra autoimagen podemos cambiar nuestra forma de ver el mundo, nuestra personalidad, capacidades, y nuestra conducta; ¿parece sencillo no?

Es por causa de la autoimagen principalmente, que existen personas del tipo feliz, que todo lo ven de manera positiva, personalidades de tipo desgraciado, que a todo le ven lo malo, personalidades de tipo triunfador, que saben que tarde o temprano conseguirán lo que se proponen, personalidades del tipo fracaso, quienes piensan que hagan lo que hagan todo seguirá igual, personalidades que tienden a la salud y otras del tipo enfermizo. Las creencias que hemos construido como resultado de las interpretaciones de nuestras experiencias pasadas actúan como fuente de información a la cual acude nuestra mente a la hora de determinar nuestra forma de reaccionar y comportarnos ante una situación presente.

Cuando tenemos la intención mejorar algún aspecto de nuestra personalidad, la autoimagen misma actúa como un escudo en contra de estos intentos de cambio, al estar formada por nuestro conjunto de creencias, cuando de manera consciente, tratamos de introducir algún cambio, las nuevas ideas o experiencias que no son compatibles con ella son rechazadas de inmediato, no son creídas, y por lo tanto, no tienen ningún efecto sobre nuestro comportamiento; si las nuevas ideas o experiencias parecen compatibles con este sistema, son aceptadas inmediatamente e influyen en nuestra personalidad.

Si normalmente tendemos hacia una personalidad del tipo negativo, cuando nos sucede algo bueno pensamos que es debido a la suerte, a la casualidad o a algún factor externo a nosotros; si las situaciones buenas se siguen repitiendo con frecuencia, entonces empieza a cambiar también nuestra forma de pensar, y aceptamos la idea de que lo bueno que nos sucede es porque estamos haciendo las cosas bien y entonces nuestra autoimagen y conducta empiezan a modificarse. Esta es la clave para poder mejorar nuestra personalidad; antes de intentar cualquier cambio positivo en nuestras actitudes, primero debemos modificar nuestra autoimagen.

Nuestra autoimagen es la base de un mecanismo que trabaja en todo momento, y de manera automática, para conseguir lo que consciente o inconscientemente le indicamos. La autoimagen forma, junto con nuestro cerebro y sistema nervioso un sistema que opera como un buscador automático, se alimenta y funciona mediante los pensamientos, ideas e interpretaciones que hacemos de lo que nos sucede diariamente; si lo alimentamos con pensamientos de que somos inferiores e incapaces y de que todo nos sale mal, y si estos pensamientos coinciden con nuestra sistema de creencias, entonces refuerzan nuestra autoimagen y de manera automática, a través del subconsciente, este mecanismo realizará lo que sea necesario hasta llevarnos a la experiencia real de lo que le hemos solicitado, ser individuos inferiores e incapaces, a los que todo les sale mal. Si por el contrario, lo alimentamos con pensamientos o experiencias de éxito, de logro y de bienestar, el proceso funciona de la misma manera, estos pensamientos se van integrando poco a poco a nuestra autoimagen, reforzando o transformando nuestras creencias y, sin que nos demos cuenta, nuestro mecanismo interno realizará lo que sea necesario hasta llevarnos a experimentar situaciones de bienestar y de logro. La autoimagen y la forma en que se construye y funciona son la clave para cambiar nuestra personalidad y lograr nuestros objetivos.

¿Cómo podemos crear las experiencias adecuadas que nos proporcionen la autoimagen y la personalidad que deseamos?; ¿cómo podemos eliminar las creencias que hemos adquirido durante años y que nos impiden alcanzar los objetivos que deseamos?

Algunos tratamos de mejorar y lograr el éxito acudiendo a seminarios, diplomados, retiros espirituales, o lecturas de autoayuda, en donde a través del aprendizaje de procesos como el pensamiento positivo, los cambios de actitud, la planeación de metas, el logro de objetivos, la automotivación, y otros parecidos; esperamos cambiar nuestra mentalidad y alcanzar nuestros objetivos de una manera rápida; pero vemos que en la mayoría de los casos, por más positivos que intentamos ser, por más esfuerzos que hacemos, no da resultado alguno; la explicación es sencilla, la actitud y el pensamiento positivo funcionan únicamente cuando estos corresponden con la autoimagen de la persona; no tienen ningún efecto ni pueden funcionar cuando no están en relación con esta, cuando el sistema de creencias de la persona es totalmente opuesto; primero debemos modificar nuestras creencias sobre nosotros mismos, para que el pensamiento positivo tenga los resultados que buscamos. Resulta casi imposible pensar positivamente acerca de una situación o persona en particular mientras mantengamos una idea negativa con respecto a nosotros mismos; además, estos cursos de autoayuda, duran como máximo una semana, y la aceptación, e integración, de una nueva creencia en nuestra autoimagen tarda por lo menos 21 días; necesitaríamos experimentar situaciones positivas durante 3 semanas para que esta nueva creencia se fije en nuestra autoimagen y comience a dar resultados.

¿Cómo cambiar la autoimagen?, existe un proceso que nos ayuda a realizar esta modificación sin la necesidad de pasar por la experiencia real; este proceso utiliza la visualización mental como método para modificar la autoimagen y con ello modificar también nuestra personalidad. Se ha demostrado que el sistema nervioso humano no es capaz de distinguir entre una experiencia real y una imaginada en todos sus detalles, un ejemplo lo tenemos en el hipnotismo, donde se convence a una persona para comportarse de manera diferente a como actúa normalmente, inclusive una sugestión de que hace demasiado frio, o calor, puede hacer que el cuerpo del hipnotizado reaccione como si esto fuera verdad y empiece a cubrirse o a quitarse la ropa; otro ejemplo es el biofeedback, en el cual, mediante cambios en nuestros pensamientos y emociones, y apoyados con algunos instrumentos de medición para observar y mejorar los resultados, se logra que el cuerpo reaccione de una forma determinada controlando problemas como la migraña, la ansiedad, el insomnio, la hipertensión arterial, modificar la temperatura del cuerpo, incrementar el rendimiento físico, etc. La visualización mental nos permite crear y controlar una experiencia completa en nuestra mente.

Para cambiar nuestra autoimagen utilizaremos la visualización mental; vamos a crear, mediante la imaginación, un cuadro, lo más detallado posible, esto último es muy importante, sobre las actitudes o habilidades que deseamos adquirir. Para conseguir el máximo nivel de detalle debemos fijar la atención en los sonidos, colores, olores y textura de los objetos que hay en el ambiente que se imagina. Si la imaginación es suficientemente vívida y detallada, será equivalente a una experiencia real para nuestra mente, debemos visualizarnos desempeñando la nueva personalidad que tratamos de adquirir, comportándonos de acuerdo al cambio que deseamos, actuando y sintiendo como si ya fuéramos las personas que deseamos ser; este cuadro mental debe ser visualizado como si ya existiera realmente; no importa si nos sentimos incómodos con la nueva autoimagen que deseamos desarrollar, o si la sentimos poco natural; si mantenemos el cuadro mental de lo que deseamos durante el mayor tiempo posible, llegaremos a los resultados deseados.

Las visualizaciones que hagamos deben expresarse de manera positiva, debemos mantener la mente en lo que deseamos y lejos de lo que no deseamos, por ejemplo, si se trata sobre nuestro estado de ánimo, debemos visualizar “siempre estoy de buen humor”, en lugar de “nunca estoy de malas”.

Debemos confiar en que el proceso es automático y funciona y no preocuparnos demasiado de si trabaja o no, ni tratar de hacerlo funcionar mediante un esfuerzo consciente. El mecanismo funciona en el nivel subconsciente de la mente

Para mostrar el proceso vamos a utilizar uno de los aspectos y habilidades definidas en el formulario de metas y objetivos publicado anteriormente, cada quién puede elegir el que desee y modificarlo utilizando las habilidades o características que le interese adquirir, si lo desean pueden aumentar, disminuir o modificar los detalles que quieran.

Antes de explicar el método y recordando un poco lo que hemos visto las semanas anteriores, imaginemos como sería una persona que tiene bien claro cuál es su propósito de vida, que ya tiene definido su plan de metas y objetivos para lograrlo, que ya domina los métodos de lectura rápida y de memorización, y además puede modificar su autoimagen a voluntad; ¡esta persona podría lograr todo lo que se propusiera!

Método para modificar la autoimagen
Busquemos un lugar tranquilo donde, podamos permanecer a solas sin ser molestado durante treinta minutos diarios.

Vamos a crear una imagen mental, lo más detallada posible, sobre el aspecto que deseamos integrar o reforzar en nuestra conducta, para lograr mayor detalle, debemos fijar la atención en los sonidos, olores, colores y textura de los objetos que hay en el ambiente o situación que imaginamos. Vamos a visualizarnos actuando como si ya tuviéramos las características que deseamos.

Cerramos los ojos y ejercitamos nuestra imaginación con el cuadro mental siguiente:

Aspecto social-profesional (hablar en público-trato personal-liderazgo-desarrollo)
Estoy hablando en una reunión, tengo facilidad de palabra, me gusta hablar en público, siempre lo hago muy bien, aprovecho para hablar cada vez que tengo la oportunidad, la gente es lo más importante para mí, me gusta convivir con mi familia, mis amigos y mis compañeros de trabajo, me llevo bien con todo mundo, generalmente estoy de buen humor, soy muy sociable, cada vez que tengo la oportunidad comparto mis conocimientos con la gente o les ayudo con sus problemas, siempre hablo bien de los demás, me gusta mi trabajo, siempre hago más de lo que se me pide, me gusta superarme a mí mismo


Entonces, a practicar, recordemos, visualizar durante 30 minutos diarios con la mayor cantidad de detalles, como si como si ya fuéramos las personas que deseamos ser durante 3 semanas, al final evaluamos y, dependiendo de los resultados, seguimos con otro aspecto o reforzamos el actual intentándolo nuevamente, tengamos un poco de paciencia, estamos tratando de cambiar en 21 días lo que nos ha llevado años construir. Nuestro mecanismo automático alcanza sus metas mediante la retroalimentación de lo que funciona y lo que no; si lo seguimos intentando, tarde o temprano llegaremos a los resultados deseados.


La visualización mental es también la clave para lograr nuestros objetivos, dentro de 2 semanas, veremos con más detalle este tema.

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