Hábitos para un Liderazgo Efectivo-II Misión de Vida
No actúes como si te quedaran cien años de vida
Marco Aurelio
Cuando en las empresas un líder se ocupa constantemente
de las actividades de operación diarias, termina por convertirse en administrador;
y las funciones del líder y del administrador son totalmente diferentes, el
líder guía, señala el camino, analiza los cambios del ambiente, detecta
oportunidades, define la cultura, ayuda a establecer la misión y valores; y un
administrador trabaja para mantener lo que ya fue establecido, crea
procedimientos, programas de mejora, formatos de control, guías, manuales, etc.
En la vida personal sucede algo similar, si nos enfocamos
solo en las actividades necesarias para cubrir nuestras necesidades básicas
como alimentación, casa, vestido; y nos olvidamos de establecer lo
verdaderamente importante; nuestra misión en la vida, nuestros valores y nuestras
metas y objetivos, corremos el riesgo de ser arrastrados por el día a día, y
estar tan ocupados en seguir a la mayoría, en lograr lo que por lo general se considera
el éxito, cosas como una mejor posición en el trabajo, más dinero,
conocimientos, y títulos; que no nos damos cuenta de que no son más que
objetivos vacíos, y que en ocasiones los alcanzamos sacrificando aquello que
realmente es importante; podemos llegar a una edad avanzada y arrepentirnos, no por lo que hicimos mal, sino por haber dedicado tanto
tiempo al trabajo, por no haber expresado nuestros sentimientos, por lo que dejamos
de hacer para vivir nuestra vida, para lograr nuestra misión. Por eso es muy
importante definir nuestro propósito de vida; para saber hacia dónde
dirigirnos.
¿Estamos haciendo todo lo posible para cumplir con nuestra misión de vida; y lo más importante, tenemos bien claro cuál es nuestro propósito de vida?
En el ambiente que sea, un líder debe tener bien claro
cuál es su misión; y no estamos hablando solo de la misión de la empresa, sino
de su misión personal, de su propósito de vida, de lo que lo hace feliz. Nuestra
misión de vida es realmente lo más importante para nosotros, tan importante que
no nos importan ni el tiempo ni los recursos que debamos invertir para hacerla
realidad; una vez definida, siempre nos señala el camino a seguir.
Cuando analizamos nuestra vida, no es complicado darnos
cuenta que estamos haciendo mucho menos de lo que podemos, mucho menos de lo
que planeábamos lograr a esta edad, y muy probablemente, mucho menos de lo que
esperábamos en la vida. Cuando llevamos una vida más o menos cómoda y además
logramos un poco de admiración, respeto y tal vez algo de autoridad, entonces
pensamos que no nos va tan mal y nos sentimos satisfechos y conformes con lo
que hemos logrado, pero ¿esto es todo, no hay nada más?
Sin entrar en el terreno de la competencia, ¿Qué hay de
nuestro deseo de ser un mejor hijo, un mejor esposo, un mejor padre, un mejor
amigo o un mejor compañero de trabajo?
¿Qué sucedió con la verdadera vida que deseábamos tener;
en que estuvimos tan ocupados que sin darnos cuenta abandonamos nuestros sueños
y a pesar de tanto trabajo solo alcanzamos a obtener el pan de cada día?
¿Qué pasó con nuestra idea de contribuir a lograr un
mundo mejor, de liberar todo el potencial que había en nosotros, de desarrollar
al máximo nuestras capacidades y desempeñarnos de la mejor manera posible en
las actividades diarias de la vida?
¿Qué es lo realmente importante para nosotros, porqué
estamos haciendo lo que hacemos?
Tener bien claro nuestro propósito en la vida y nuestros
valores nos permite alinear nuestras actividades en la familia con otras
actividades que desempeñamos, de modo que nuestra conducta y actitudes sean
congruentes con nuestros valores más importantes. De nada nos serviría lograr
el éxito profesional si en el ambiente familiar tenemos un completo desorden.
Tenemos una serie de condicionamientos mentales que hacen
que nuestra misión no sea muy clara de definir, pero cada uno de nosotros tiene
la posibilidad de reescribir estos condicionamientos y adaptarlos para alcanzar
la misión que hemos elegido.
Nuestro propósito de vida se convierte en la guía para
tomar las decisiones más importantes de nuestra vida, sin dejarnos influir por
las emociones que surgen en la interacción diaria, además, evitaríamos muchas
de las enfermedades mentales o emocionales que son el resultado de una vida
vacía, sin significado, sin razón de ser, sin propósito de vida.
Para ayudarnos a lograr nuestra misión, la naturaleza nos
proporcionó a cada uno de nosotros un guía interno, un sistema automático que
nos lleva a lograr lo que establecemos como importante; pero con tantas
preocupaciones y actividades que tenemos, es difícil detenernos un momento y
meditar sobre cuál es nuestra misión en la vida, cual es el propósito que
orientará a nuestro guía interno a lograr lo que es verdaderamente importante. Pero
en lo más profundo de nosotros tenemos un gran aprecio por nuestra familia,
valoramos a nuestros hijos, los amamos, queremos ayudarlos, que no les falte
nada. Pero no siempre se tienen claramente estos valores a la vista, estamos
atrapados en un mar de actividades relacionadas con el trabajo, con la escuela
y la forma en que interactuamos con nuestra familia tiene muy poco que ver con
los sentimientos que tenemos hacia cada uno de ellos.
Si se nos complica definir cuál debería ser nuestra
misión en la vida, podemos utilizar un recurso del que ya hemos tratado
anteriormente, podemos hacer una visualización. Primero vamos a buscar un lugar
tranquilo donde podamos estar por lo menos 30 minutos sin ser interrumpidos;
podemos utilizar música clásica en un tono muy bajo; ahora, imaginemos que en
una fecha muy lejana, estamos asistiendo a nuestro funeral; podemos ver que
están reunidos nuestra familia, amigos y
algunos compañeros de trabajo para despedirse de nosotros; durante la ceremonia
hablarán varias personas, nuestros hijos, nuestra esposa, algunos de nuestros
amigos y tal vez algún compañero del trabajo; imaginemos lo que cada uno de
ellos va a decir de nosotros, como nos conocieron, como nos consideraban, como
fue nuestra relación; ¿Qué es lo que diría cada uno de ellos; como se
expresarían de nosotros?
¿Nos gusta lo que visualizamos, nos sentiríamos
satisfechos, que cambiaríamos?; vamos a intentarlo, aún tenemos la oportunidad
de hacerlo mejor.
Todos tenemos la oportunidad de ser líderes en alguna
actividad de nuestra vida, vamos a poner todo nuestro esfuerzo y empeño en
desarrollar y utilizar nuestras habilidades para construir un mundo mejor en
beneficio de todos; si eres estudiante trata no solo de ser mejor, sino de
ayudar a tantos compañeros como puedas; si eres político, trabaja en beneficio
de la gente y no del tuyo; si eres directivo en alguna empresa, defiende los
derechos de la mayoría, no solo los de los accionistas, si eres policía, realmente
cuida el orden y protege a las personas; si tienes una empresa, reparte las
utilidades en 4 partes iguales, una para los dueños, una para el negocio, una
para los clientes y una para los empleados; de esta forma lograremos un mundo
más justo.
La siguiente liga contiene un relato sobre la Misión de Vida:
http://rbb-desarrollo.blogspot.com/2013/11/mision-reencarnacion.html
No hay comentarios.:
Publicar un comentario