Quien no comprenda cómo
funciona su mente, siempre correrá el riesgo de ser manipulado por aquellos que
si saben cómo lo hace.
¿Porqué nos comportamos como lo hacemos, cuándo y cómo se forma
nuestra personalidad, es posible modificarla, mejorarla?
Nuestra personalidad es lo que nos distingue de los demás, lo que la gente aprecia de nosotros. Todos conocemos personas con una personalidad que atrae; cuando llegan a una reunión parece como si iluminaran el lugar, llaman la atención con su apariencia, su voz, o su manera de comportarse; alguien puede decir que tienen carisma; que son líderes naturales, que tienen suerte, o dinero, o que es por la posición que ocupan, pero lo cierto es que las experiencias grabadas en su mente les han permitido desarrollar ese tipo de personalidad; hacen las cosas con una pasión que atrae, no tienen miedo en mostrar sus emociones, siempre dan su máximo esfuerzo, ponen en práctica todas sus habilidades y experiencia para desempeñarse de la mejor manera posible; le dan sabor a la vida.
Nuestra mente es la principal responsable en la formación de nuestra
personalidad. Si pudiéramos modificar la información que está grabada en las
neuronas de nuestro cerebro, podríamos modificar nuestra conducta y
personalidad.
La personalidad nos hace actuar como somos,
extrovertidos, introvertidos, neuróticos, preocupados, alegres, tristes, confiados; hay
tantas personalidades como personas hay en el mundo; cada uno de nosotros posee
una serie de características que, combinadas, forman nuestra personalidad; y es
a través de la experiencia que éstas características han sido grabadas en
nuestro cerebro; con una fuerza tal que nos marcan el camino a seguir ante cada
situación que se nos presenta en la vida.
Las principales características de nuestra
personalidad se forman básicamente durante 3 etapas de nuestra vida.
La primer etapa es en el momento de nuestra
concepción; en ese momento recibimos toda la herencia genética de nuestros
padres; estas características heredadas van a constituir una parte importante
de nuestra personalidad y a influir en nosotros a lo largo de nuestra vida; pero
estas características de nacimiento pueden verse modificadas en las otras 2
etapas de la formación de nuestra personalidad, posteriormente a estas etapas,
cuando nuestra personalidad ya está definida, cualquier cambio que pudiéramos
lograr será solo gracias al uso adecuado de nuestra mente.
La segunda etapa donde la mayoría de los rasgos de nuestra
personalidad se forman es en los primeros años de nuestra vida, las
experiencias que recibimos en la infancia son fundamentales en la formación de
nuestra personalidad; durante la
niñez las neuronas de nuestro cerebro reciben y almacenan información del mundo
exterior a través de los sentidos, durante esta época se forman una gran
cantidad de las redes neuronales que están recibiendo y registrando las
experiencias que van a determinar nuestra personalidad y que pueden llegar
a modificar las características
heredadas y, mediante esta información almacenada en ellas, van a formar
patrones de comportamiento que en su conjunto serán la forma en que nos vamos a
comportar durante nuestra vida. La niñez es la época de la vida en que nuestra
personalidad es moldeada gracias a los estímulos, a las experiencias que
recibimos y al medio ambiente en el que nos desarrollamos.
La siguiente etapa donde adquirimos el resto de
características que van a conformar nuestra personalidad es en la adolescencia;
durante este periodo de la vida nuestro cerebro entra en una etapa de intensa
actividad debido a la creación de nuevas redes neuronales que van a controlar
una gran cantidad de cambios hormonales que sufre nuestro cuerpo para acelerar
el desarrollo hacia la etapa adulta; es una época en la que experimentamos una gran
cantidad de cambios en nuestra personalidad. En esta época, debido a la intensa
actividad del cerebro, en la creación de las nuevas redes neuronales, nuestra
capacidad para juzgar las emociones de otros se ve disminuida y pudiéramos
parecer distantes, insensibles, descontrolados, cambiantes, o molestos ante los
demás. Las experiencias almacenadas en estas nuevas redes neuronales pueden llegar
a modificar las conductas adquiridas con anterioridad y formar verdaderas
autopistas de comportamientos que van a influir en nosotros por el resto de
nuestra vida.
Es después de la adolescencia cuando nuestra
personalidad está casi totalmente formada; de aquí en adelante nos comportaremos de
acuerdo a las conductas que aprendimos y quedaron grabadas en nuestras neuronas,
especialmente las experimentadas durante la niñez y la adolescencia; aún podemos sufrir algunos cambios, pero estos son mínimos y la mayoría de ellos solo se lograrán en base a la fuerza de voluntad.
Si ya tenemos una personalidad desarrollada, ¿Cómo hacemos para
cambiarla y adquirir patrones de comportamientos diferentes, cómo podemos
mejorarla?
La conducta de corto plazo puede ser modificada mediante cambios en el estado de ánimo, pero estas modificaciones no son duraderas, solo funcionan en nuestras actitudes de corto plazo y no tendrán influencia alguna en nuestra personalidad, a menos que las experimentemos diariamente durante por lo menos 3 semanas; de modo que se genere una nueva red neuronal; estos cambios de ánimo se pueden lograr a través de 2 medios; la asociación y la visualización; por ejemplo, para desencadenar un estado de ánimo de alegría mediante la asociación, podemos utilizar la música alegre y rítmica, imágenes agradables y palabras que desencadenen asociaciones de alegría; esto actúa sobre el cerebro produciendo hormonas que nos estimulan e influyen sobre nuestro estado de ánimo; esta situación es bien conocida y aprovechada por algunas empresas y plazas comerciales con la finalidad de impulsarnos a realizar más compras. Una persona triste no es buen comprador; una persona alegre es muy buen cliente.
El otro método que tenemos para modificar nuestra
conducta es mediante la visualización, podemos aprovechar que nuestra mente no
distingue entre una situación real y una imaginada en todos sus detalles; para
esto buscamos un lugar tranquilo, nos recostamos y relajamos nuestro cuerpo y
mente; posteriormente imaginamos la conducta que deseamos; debemos
visualizarnos como si ya la tuviéramos, actuando en nuestro ambiente normal y
comportándonos de acuerdo al cambio que deseamos; esto empezará a grabar la
nueva conducta en las redes neuronales de nuestro cerebro y la modificación de
conducta se notará después de 3 semanas de repetir este proceso; ante cualquier situación que se nos presente, nuestra
mente acudirá a nuestros bancos de memoria donde ya se encuentra la información
que hemos visualizado y almacenado; la recupera y la utiliza para provocar la
respuesta deseada.
Debemos liberar el potencial con el que nacimos; no permitir que nuestras
capacidades duerman, utilizarlas para nuestro beneficio y el de los demás;
y construir un mundo mejor para todos. Todos podemos cambiar nuestra personalidad.
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