¿Reencarnación o Vida Eterna?
¿Creemos en la reencarnación y en la vida eterna,
porqué creemos en ella, se debe solo a la fe o es una necesidad sicológica,
tiene bases reales, y sobre todo, como afecta nuestra conducta este tipo de
creencias?
El tema de la reencarnación y la vida eterna es
algo que está presente en la vida de muchos de nosotros y tiene una gran
influencia sobre nuestra conducta.
La creencia en la reencarnación ha estado presente
en la humanidad desde las culturas más antiguas, sobre todo en las religiones
orientales, como el Hinduismo, Budismo y Taoísmo, y también en las de las tribus
de Africa, de América y Oceanía. La reencarnación afirma que la esencia de las
personas, conocida como alma, espíritu, conciencia o energía, después de morir
nace en un nuevo cuerpo; inclusive algunos afirman que este ciclo se repite de
manera constante con la finalidad de cumplir una misión; lograr el aprendizaje
y desarrollo necesarios, que nos permitirá alcanzar la liberación y la unión
con una entidad de consciencia más alta; con Dios. La creencia de que una
persona fallecida volverá a vivir con otro cuerpo ha sobrevivido incluso dentro
de las religiones judeocristianas (cristianismo, judaísmo e islam). Todas las
religiones originadas en el hinduismo afirman que la reencarnación ocurre en un
ciclo sin fin, llamado la rueda del karma, mientras nuestras buenas acciones no
sean suficientes para terminar con él.
En la mitología de la religión brahmánica, al
momento de la muerte, el alma abandona el cuerpo, y es arrastrada por los
mensajeros del dios encargado de juzgar el karma de las almas, para ser
juzgada. Dependiendo de las acciones que realizamos, buenas o malas, el alma
reencarna en un ser superior, intermedio o inferior. En el que la vida humana es
un estado intermedio. Este proceso sin fin recibe el nombre de samsara (vagar).
Las religiones orientales se refieren a este vagar como una vida sin propósito
ni sentido en la que donde nos enfocamos en el entretenimiento, codicia,
acumulación de bienes.
Cada alma viaja por esta rueda y la dirección la
marcan nuestros actos. Según el hinduismo popular moderno, el estado en el que
renace el alma está determinado por sus buenas o malas acciones (karma)
realizadas en anteriores encarnaciones.
La liberación de la reencarnación se consigue
después de haber expiado el peso de su karma, es decir, todas las consecuencias
procedentes tanto de sus buenos como de sus malos actos. Este proceso es
continuo hasta que el alma está completamente evolucionada y se identifica o
alcanza al creador del mundo, en donde es salvado de la desgracia de la necesidad
de más renacimientos.
Luego de su última muerte sale del universo
material y se funde en la Luz Divina
La tradición tibetana indica que ha de pasarse por
el bardo, que significa literalmente ‘estado intermedio’ o ‘estado de
transición’, inmediatamente después de la muerte.
El budismo plantea como la rueda de los nacimientos
se terminará cuando todos los seres vivos hayan logrado la iluminación.
El cristianismo rechaza la reencarnación por
considerarla una doctrina contraria a la resurrección de la Biblia. La doctrina
de la reencarnación fue abolida por el emperador Justiniano, pero la abolición
no fue firmada por el Papa, a quién Justiniano encarceló por negarse a
firmarla. Solamente la firmaron los obispos del concilio que convocó Justiniano
para la abolición, pues originalmente eran los emperadores quienes convocaban
los concilios en vez de los Papas.
Algunas denominaciones cristianas, han promovido la
creencia en la reencarnación principalmente iglesias de la Nueva era. Estos
grupos normalmente aseguran que tales doctrinas se pueden encontrar en la
Biblia o en la tradición cristiana primitiva.
Diversos grupos cristianos en los primeros tiempos,
como los gnósticos, asumieron la creencia en la reencarnación, ya que esta
concepción estaba muy extendida en el mundo clásico y antiguo. Algunos de los
Padres anteriores al Concilio de Nicea para combatir esta filosofía trataron
este tema en sus escritos, rechazándola y tratando de mostrar sus
contradicciones a un pueblo que en aquellos días, probablemente, no tenía problema
en asumir dicha creencia, dentro del marco del cristianismo primitivo, al estar
éste influido por muchas tradiciones anteriores.
Durante el siglo pasado, el psiquiatra Ian
Stevenson, ha investigado numerosos informes de niños que afirmaban recordar
una vida pasada. Llevó a cabo más de 2.500 estudios de caso, en un período de
40 años. Stevenson documentaba metódicamente las declaraciones de cada niño, y
posteriormente encontraba la identidad de la persona fallecida con la que el
niño se había identificado, y verificaba los hechos de la vida de la persona
fallecida que coincidían con los recuerdos del niño. Sin embargo, una gran
mayoría de casos de reencarnación notificados por Stevenson se originaron en
sociedades orientales, donde las religiones dominantes a menudo permiten el
concepto de reencarnación.
Algunos escépticos sugieren que las afirmaciones de
evidencia de la reencarnación se originan en el pensamiento selectivo y en los
falsos recuerdos, que resultan de un sistema de creencias propio y de miedos
básicos, y por lo tanto no se pueden tener en cuenta como evidencia.
Una objeción sobre la reencarnación incluye el
hecho de que la gran mayoría de la gente no recuerda vidas anteriores, y que no
hay ningún mecanismo conocido por la ciencia moderna que permita a la
personalidad sobrevivir a la muerte y viajar a otro cuerpo.
Otra de las objeciones a la reencarnación, es que
sería inconsistente con el crecimiento de la población.
Existen en Internet numerosas comparaciones entre
personajes famosos actuales con fotos de personas que murieron hace muchísimos
años y que son tan parecidas que lo muestran y utilizan para respaldar la idea
de la reencarnación.
No deberíamos dejar que este tipo de ideas nos
influyan de tal manera que nos apartemos de nuestra verdadera Misión en la
vida; el creer en una vida eterna o en una posible siguiente oportunidad a
través de la reencarnación, nos puede desviar de lo realmente importante; liberar e incrementar el
potencial con el que nacimos; no debemos
permitir que estas capacidades se duerman en nuestro interior,
debemos utilizarlas para nuestro beneficio y el de los demás; debemos
construir un
mundo mejor para todos aquí y ahora.
El tema de la reencarnación y de la vida eterna es
algo complejo, pero de lo que estoy seguro es que encontraremos la respuesta
algún día; hay demasiadas cosas en este mundo que no conocemos y que no por
ello dejan de ser reales; en mi caso siempre he pensado que la personalidad del
ser se pierde en el momento de la muerte; que no hay una consciencia que pueda
sobrevivir; que los elementos de la identidad se desintegran; y si hay algo
parecido a la vida eterna es a través de la herencia, una persona hereda sus
características físicas a sus descendientes directos; y tiene la oportunidad de
heredar también parte de sus ideas a través de la educación y formación de sus
hijos; y sin embargo aún queda la esperanza de que sea cierto.
La siguiente liga contiene un relato sobre la reencarnación:
http://rbb-desarrollo.blogspot.com/2013/11/mision-reencarnacion.html
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