Pide y Recibirás
La reflexión de una persona en los últimos años de su vida:
Le
pedí a la vida un centavo, y eso fue lo que me dio, porque la vida es buena, y siempre
te da lo que le pides. Trabajé por un salario de miseria, y ahora, al final de mis
años, descubro que cualquier precio que le hubiera pedido, la vida me lo
hubiera pagado de buen grado (adaptado de un poema anónimo).
¡Ten más cuidado con tus pensamientos
y deseos, porque estos se convertirán en realidad!
Pide y recibirás.
Existe una gran esperanza en estas palabras, pues implican la posibilidad de
recibir lo que solicitamos; ¿será esto verdad, que con solo pedir recibiremos?;
si hacemos caso a nuestra experiencia puede ser que no confiemos mucho en
ellas, pues no podemos olvidar las numerosas ocasiones en que, a pesar de poner
nuestro mejor esfuerzo, no hemos recibido nada de lo que esperábamos; otras
veces inclusive, recibimos cosas y situaciones que aparentemente
nunca pedimos, y que de
pronto ahí están, salen de la nada; nos llegan deudas, problemas, enfermedades,
desilusiones; y sin embargo, todo lo que llegamos a
recibir es porque de alguna forma lo hemos pedido; durante nuestra vida estamos pidiendo en todo momento, aunque no lo
notemos, lo hacemos a través de nuestros pensamientos, actitudes, y palabras; el mismo hecho de no pedir, por cualquier razón válida o no, es en sí
mismo una petición, una petición de que no confiamos en recibir algo y por eso
no lo pedimos. Actualmente se habla mucho de la ley de la atracción, del poder creador
que tienen los pensamientos en nuestra vida. La mente es una herramienta muy
poderosa para obtener lo que deseamos, ya sea de manera consciente o
subconsciente, así ha funcionado siempre. Tal vez lo único que necesitamos, para
obtener lo que deseamos, es dominar nuestros pensamientos y, a través de
la concentración, tratar de mantenerlos fijos en nuestra mente.
Cada uno de nosotros somos los únicos responsables de lo
que recibimos en la vida; ¿que podríamos pensar que le está pidiendo a la vida
una persona que toma, fuma, se desvela, no hace ejercicio, no se alimenta de
manera adecuada, tiene una actitud negativa ante la vida, siempre se está
quejando de todo, no se lleva bien con las personas, no se preocupa por su desarrollo
personal y no tiene cuidado al realizar su trabajo?; esta persona, aun sin
hacerlo de manera voluntaria y consciente, está casi exigiéndole a la vida
tener solo problemas, y al final eso es exactamente lo que recibe, con el
tiempo es casi seguro que pueda perder su trabajo, llenarse de deudas, sufrir
el rechazo y abandono de quienes le rodean y tener serios problemas de salud.
Vamos a hacernos sinceramente
algunas preguntas; ¿estamos conformes
con lo que hemos recibido de la vida hasta ahora?, ¿queremos lograr un cambio
positivo en nuestra vida?, ¿queremos un mejor futuro para nuestra familia?,
¿deseamos tener mayor éxito personal y profesional?
Y la pregunta más importante, ¿le estamos pidiendo a la vida todo esto de
la manera correcta para que nos sea concedido?
Si no hemos recibido lo que deseamos, quizá es el momento
para empezar a pedir de la manera correcta. Reconociendo que todo lo que recibimos,
por bueno o malo que parezca, nosotros somos los únicos responsables.
Pero; ¿qué significa pedir y porqué la mayoría de las
ocasiones nos cuesta trabajo hacerlo?, ¿cuál es la manera correcta de pedir
para recibir algo?
La necesidad de pedir aparece cuando deseamos algo que
nos falta y que por nuestros propios esfuerzos sería difícil de lograr; un buen
trabajo, un mejor sueldo, buena salud, un mejor lugar para vivir; la atención
de nuestra pareja, la comprensión y apoyo de nuestra familia, un mejor futuro y
seguridad para nuestros hijos, etc., es entonces cuando pensamos en pedir.
Muchas veces no pedimos por orgullo, porque nos
haría sentir débiles ante los demás; ¿pedir yo?, ni pensarlo, no necesito
ayuda, el que pide ayuda es débil o no puede, no quiero deberle favores a nadie.
Otras veces no pedimos por miedo al rechazo; ¿y qué hago si me dicen que no?, no quiero
dar molestias, seguro me van a decir que no.
En ocasiones por una baja autoestima; no creo merecerlo, mejor que quedo como
estoy, no vale la pena intentarlo, me da vergüenza pedir, no tengo los méritos
suficientes; sería demasiado para mí.
Reflexionemos un poco; somos seres humanos; no podemos
con todo; tenemos limitaciones; somos capaces de hacer algunas cosas y otras no.
Vivimos en un mundo de interdependencia, donde todos dependemos de todos, donde
los resultados logrados se consiguen mediante una combinación de esfuerzos propios
y esfuerzos de los demás.
¿Qué pasa si no pedimos?; pues que perdemos oportunidades
y no obtenemos lo que deseamos; solo conseguimos lo que podemos hasta el límite
de nuestras capacidades; además, la gente nos percibe como soberbios y
arrogantes, en el trabajo vivimos sobrecargados de actividades, no tenemos con
quién compartir ideas, no logramos conseguir los recursos necesarios ni abrir
caminos hacia el éxito personal ni profesional; no construimos relaciones que
puedan ayudarnos; y el resultado final es que difícilmente lograremos lo que
deseamos
El principal problema es que la mayoría de las
veces pedimos de manera incorrecta y cuando no recibimos lo que esperamos nos sentimos
defraudados; veamos algunos ejemplos:
Si decimos algo como, “que calor hace”, pensamos
que la persona a quien se lo decimos tiene que interpretar que lo que queremos
decir es, “enciende el ventilador o enciende el aire acondicionado”; no somos específicos al expresar lo que deseamos y
al final el resultado es que no recibimos lo que esperamos
En ocasiones no pedimos; ordenamos y exigimos y esto trae como consecuencia un rechazo casi inmediato a nuestra
petición, ¿resultado?, no obtenemos lo que queremos.
La mayoría de las veces pedimos sin
haber creado las condiciones necesarias para que nuestra petición sea
escuchada y aceptada, es decir que queremos recibir sin dar nada a cambio, con
un mínimo de esfuerzo.
¿Cómo pedir correctamente?
Primero hay que crear las
condiciones necesarias para que nuestra petición sea escuchada y
aceptada; tener bien claro que vamos a dar a cambio a la persona que aceptará
nuestra petición, cual es la ventaja para ella, porque le interesaría darnos lo
que solicitamos.
Si solicitamos un aumento de sueldo, o un mejor puesto en
el trabajo, la mejor forma de crear estas condiciones sería llegando siempre a
tiempo, haciendo un trabajo perfecto, aportando nuevas ideas para mejorar los
procesos, manteniendo una actitud positiva, apoyando a otros a resolver sus
problemas de trabajo, observando lo que necesitan los demás, especialmente tu
jefe; el hacer esto no garantiza que recibirás lo que pides, pero si garantiza
que no habrá ningún pretexto relacionado con tu actitud y trabajo para negarlo.
En la familia, cuando pedimos algo a nuestros padres o
hermanos, como un permiso para una fiesta, que nos presten el auto, o que
confíen más en nosotros, la mejor forma de crear las condiciones adecuadas es
haciendo lo que nos piden, estudiar, mantener nuestra habitación en orden, no
llegar tarde, practicar algún deporte, no tomar, no fumar, manejar con cuidado,
pero normalmente hacemos lo contrario y luego nos molestamos porque no obtenemos
lo que pedimos.
Pedir de buena manera, sin exigir ni ordenar, cuando conocimos a nuestra
pareja y decidimos pedirle que se casara con nosotros, primero tuvimos que
conocerla, saber sus gustos, tratar de agradarle, mostrar lo mejor de nosotros,
nos tomó tiempo, atenciones, conversaciones, regalos, presentarnos como el
mejor candidato; inclusive llegamos a cambiar nuestra forma de comportarnos con
tal de agradarle y lograr su aceptación; hay que poner una dedicación parecida
cuando vamos a pedir algo.
Sentir que merecemos recibir lo que pedimos, sin esta convicción no vamos a tener la fuerza para pedirlo
con claridad y seguridad, creer de corazón que merecemos lo que pedimos y confiar
en que lo podemos recibir, y para que esto suceda es necesario crear antes las
condiciones necesarias para recibir lo que pedimos; de esta manera la confianza
en que recibiremos lo que deseamos tiene como respaldo las acciones realizadas
anteriormente a través de nuestras actitudes, pensamientos y palabras.
Aceptar negativas, entender que aun cumpliendo con todo lo anterior puede
haber una negativa y que esto no significa que no merecemos lo que pedimos, ni
que debamos sentirnos desanimados por ello. Pedir implica que existe la posibilidad
de un no y aun entonces se tiene la oportunidad de entrar en una negociación.
En resumen, para poder recibir, antes, hay que dar