Trabajo en equipo
Trabajar
en equipo, lograr una adecuada interdependencia, tener buenas relaciones, el
todo debe ser más que la suma de sus partes, trabajar con otros con base en la
confianza, en la lealtad; los buenos principios y valores, lograr una verdadera
interacción e integración.
Es
difícil encontrar personas influyentes que no tenga la habilidad para
relacionarse con aquellos en quienes influyen. Este es el hábito más importante
en las relaciones diarias con los demás. El trato con la gente es el mayor reto
al que se enfrenta una persona en su vida, sobre todo cuando este trato
involucra aspectos como la autoestima y la seguridad en sí misma de las
personas con las que se interactúa. Podemos ganar más amigos interesándonos en
ellos, que los que podríamos ganar tratando únicamente de interesarlos en
nosotros. No importa si se trata de un empresario, de un empleado, un contador,
una ama de casa, un arquitecto o un ingeniero todos tenemos las mismas
dificultades en el trato con la gente; aún en áreas tan técnicas como la
ingeniería o la arquitectura; solamente alrededor del 15 por ciento del éxito
se debe al conocimiento técnico, y el 85 por ciento restante tiene que ver con
la habilidad en las relaciones humanas, con la forma de atraer y tratar a las
personas, a los contactos que tengamos, en resumen, a la personalidad y la
capacidad para hacer equipo y tratar con los demás; hay un refrán que dice que
una persona que no sabe sonreír no debería poner una tienda; entonces ¿es un
hábito básico que debemos desarrollar?.
El
interés y habilidad en el trato a los demás deben ser reales, no fingidos,
tener un interés sincero en los demás no sólo nos traerá más amigos, sino que
también puede crear lealtad; si se quiere convencer a una persona para que nos
acompañe en el logro de una visión o en la búsqueda de un objetivo, primero
debemos convencerlo de nuestro interés por él y por sus necesidades. Todos
tenemos necesidad de algo, reconocimiento, compañerismo, comprensión, apoyo, el
deseo de sentirnos valiosos. ¡La gente quiere sentirse importante!, quién
influye a otros solo para conseguir su beneficio personal, los está
manipulando; quien los influye y los ayuda para lograr un beneficio mutuo, los está
motivando, está creando un equipo y se convierte en un líder sin límites.
Es
motivante encontrar personas en los que la gente confía y a quienes siguen,
pero es más motivante aún colaborar con este tipo de personas; que se interesan
en la gente, la desarrollan y confían en ella; el resultado en esta situación
es de confianza y lealtad.
De
manera natural las personas se inclinan a relacionarse unas con otras de
acuerdo a la afinidad en su personalidad y temperamento, pero esto no determina
su habilidad para relacionarse. Hasta la persona más introvertida puede, y debe
aprender a desarrollar buenas relaciones.
Consejos para mejorar el trato con la
gente y formar mejores equipos.
Sonreír, las acciones dicen
más que las palabras, una sonrisa significa me gustas, me causas felicidad, me
alegro de verte, me caes bien, pensemos en el mejor amigo del hombre, porque se
ha ganado esta fama, porque cuando nos ven brincan como locos, se alegran de
vernos, nos demuestran que son felices de vernos.
La
gente que sonríe, trabaja, enseña y vende con más eficacia, y ayuda a crear
ambientes más agradables. Es preferible emplear a un vendedor sin experiencia
que tenga una agradable sonrisa, que a un doctor en filosofía con cara de pocos
amigos.
Empatía, siempre hay una razón
por la que las personas actúan como lo hacen; tratemos de ponernos en su lugar;
"¿qué pensaríamos; cuál sería nuestra reacción?, ¿por qué no cerramos los
ojos y tratamos de ver las cosas desde su punto de vista?, esto no es sencillo
y nos puede llevar tiempo acostumbrarnos, pero nos ayudará a obtener mejores
resultados en nuestro trato con la gente y con menos fricciones. Uno de los
secretos del éxito, es la capacidad para apreciar el punto de vista del prójimo
y ver las cosas desde su punto de vista como si fuera el propio.
¿No
les gustaría tener una frase mágica para detener las discusiones, eliminar
malos entendidos, crear buena voluntad y hacer que nos escuchen atentamente?;
entonces, cuando haya una situación de conflicto, comencemos diciendo, ¡no lo
culpo por sentir y reaccionar como lo hizo, si yo estuviera en su lugar, lo
habría hecho de la misma manera!
Escuchar, en una conversación
sobre el tema que sea, es muy importante poner atención exclusiva a la persona
que habla, como si no existiera nadie más en el mundo; la persona con quien
hablamos está cien veces más interesada en ella misma, en sus necesidades y sus
problemas que en nosotros; hay que animarlos a que hablen de sí mismos y cuando
sea nuestro turno hay que hablar de lo que les interesa a ellos y cómo
conseguirlo. Si alguien se interesa en ayudarnos a resolver nuestros problemas
no tendrá que esforzarse mucho por convencernos para avanzar en una dirección,
lo haremos nosotros mismos.
Dejemos
que hable la otra persona, ella sabe más que nosotros sobre sus problemas y
necesidades, hagamos preguntas, dejemos que nos explique; no la interrumpamos,
pues no nos prestará atención mientras tenga todavía ideas que quiera expresar,
escuchemos con paciencia. Hasta nuestros amigos prefieren hablar de sus asuntos
antes que escucharnos hablar de los nuestros, entonces, permitamos que la otra
persona sea quien hable más.
Motivar, todo el mundo tenemos
necesidades y hay una muy importante, el deseo de ser grande; de ser
importante, de ser apreciado; hay que satisfacer sinceramente este deseo de
importancia en los demás tratando de que la otra persona se sienta importante,
no importa de la situación que se trate, hay que hacerles sentir que
reconocemos su importancia; el uso de elogios en lugar de críticas es básico
para motivar, en sicología se llama reforzamiento de una conducta, utilizando
el elogio sincero, se reforzará lo bueno que hace la gente. No es fácil, cuando
estamos acostumbrados a ver solamente las cosas negativas; en ocasiones es
difícil encontrar algo que elogiar, si conseguimos encontrarlo, vamos a
aprovecharlo, a todos nos agrada ser elogiados, pero solo cuando el elogio es
sincero y no algo que la otra persona puede estar diciendo sólo para hacemos
sentir bien.
Todos
anhelamos aprecio y reconocimiento, pero nadie quiere mentiras ni adulación
fingida; no se trata de cambiar a la gente, se trata de motivar, de inspirar a
aquellos con quienes entramos en contacto para que descubran las capacidades
que poseen.
No criticar, la
crítica pone a las personas a la defensiva, y hace que traten de justificarse y
de criticarnos también; lastima el orgullo personal, hiere el sentido de
importancia y despierta resentimientos; en lugar de criticar, tratemos de
comprender por qué actúan de determinada forma, es más provechoso; cualquiera
puede criticar y quejarse, la mayoría lo hacemos; pero se necesita carácter y
dominio de sí mismo para controlarse, entender y no criticar. Cuando alguien
comete un error se siente tan mal que hacérselo notar no traerá ningún
beneficio, y menos si lo hacemos frente a otros, esto tendrá siempre un efecto
negativo, aun así, si fuera necesario llamar la atención a alguien, es siempre
conveniente hacerlo a solas, sin testigos.
Cuando
se cometen errores, es una buena oportunidad para plantearlo de manera
diferente a como normalmente lo hacemos, agradecer al grupo por su trabajo y su
esfuerzo, comentar que no es raro que alguien cometa un error, que confiamos en
que no se volverá a presentar, y asegurar delante de todos, que tenemos fe en
ellos, y que sabemos que ponen lo mejor de sí.
El
lenguaje corporal también es muy importante, se puede decir a otra persona que
se equivocó con una mirada, una entonación o un gesto, y si le decimos que se
equivoca, ¿creen que podremos convencerlo de que esté de nuestra parte?
En una
discusión, sólo hay un modo de sacar la mejor parte y es evitarla, no se puede
ganar en una discusión, porque si se pierde, ya está perdida; y si se gana, se
pierde también porque se destruyen los argumentos de la otra persona, le
hacemos sentirse inferior, lastimamos su orgullo y una persona convencida
contra su voluntad, internamente sigue teniendo la misma opinión.
Cuando
hablemos con alguien y tratemos de convencerlo de algo, empecemos destacando, y
sigamos destacando, las cosas en las que estamos de acuerdo; sigamos
reforzando, que tenemos el mismo fin y que la única diferencia es de forma y no
de fondo. A nadie le gusta sentir que lo obligan a hacer algo, nos gusta que se
tome en cuenta nuestros deseos, necesidades, ideas; que nos tengan bien
comunicados
Reconocer cuando nos equivocamos, es
mejor decir nosotros mismos todas las cosas negativas que sabemos están
pensando o quieren decir otras personas, y decirlas a la primera oportunidad;
“Señor, si lo que dice usted es cierto, la culpa es mía y no hay excusas, estoy
muy apenado por lo que ocurre”; esto evita la actitud defensiva, y
frecuentemente ayuda a resolver los problemas; cualquiera trata de justificar
sus errores, casi todos lo hacemos, pero quien los admite da un gran paso en la
solución de los mismos. Si estamos equivocados, hay que admitirlo.
No se
trata sobre cómo evitar la confrontación, se trata de hacernos reflexionar en
que si, en toda confrontación, nos concentramos en buscar los hechos y
encontrar soluciones, en lugar de buscar culpables, y lo hacemos de la forma
adecuada, todos saldremos beneficiados.
Existen
muchas otras habilidades para lograr una buena relación con las personas, pero
si alguien tiene un auténtico interés por la gente, la desarrolla y confía en
ella, no tendrá ningún problema en ganarse su respeto, su confianza y lealtad.
¡Libera tu potencial!